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Los pisos vacíos de las barriadas impulsan el mercado inmobiliario en las Cuencas

Los precios, “muy económicos”, atraen a compradores de fuera de la región que convierten los barrios obreros en su “segunda vivienda”

El barrio de La Joécara en Langreo, con algunos de los pisos más económicos de La Cuencas. | Fernando Rodríguez

Entre los años 50 y 70, la construcción de los barrios obreros en las principales localidades de las Cuencas impulsaron el mercado inmobiliario y el urbanismo de los valles mineros. Permitieron acoger a una gran cantidad de familias, muchas llegadas desde otras comunidades autónomas, buscando un trabajo en las decenas de pozos de carbón que salpicaban el paisaje de la comarca. Setenta años después, cerradas ya aquellas minas, y con una población menguante cuyos jóvenes buscan oportunidades de trabajo en otras partes, las barriadas siguen siendo protagonistas del mercado inmobiliario.

Estos pisos que solían habitar las familias obreras son hoy adquiridos por personas que prefieren utilizarlos como segunda residencia, tal y como confirman varias inmobiliarias consultadas por este periódico. Ven en ellas varias ventajas: su precio económico y la situación de muchas localidades de las Cuencas, bien comunicadas tanto con el mar como con la montaña asturiana.

Las inmobiliarias consultadas, como una de Sama, explican que si bien “hay muchos pisos vacíos”, también es cierto que sus precios económicos provocan que haya “mucho movimiento de compraventa”. Y de las palabras a los hechos, en la inmobiliaria Alonso Díaz, ubicada en El Entrego, aseguran haber vendido dos pisos de este tipo tan solo en la última semana, concretamente en la barriada de El Serrallo, en Sotrondio. “Somos una de las zonas más económicas, no solo de Asturias, sino de España, y se nota a la hora de vender los pisos”. Simplemente por este bajo valor “viene gente de fuera de las Cuencas para comprarlos y tenerlos como segunda residencia”, explican desde la inmobiliaria. Los precios por este tipo de pisos en barriada rondan los 20.000 euros, incluso un poco menos, “con lo que se venden muy bien, ya que son una buena opción cuando no se tiene una nómina demasiado alta”.

Lo mismo ocurre en la comarca del Caudal. Desde otra conocida inmobiliaria explican que los pisos de barriada tienen muy buena salida comercial “porque tienen unos precios bastante bajos y son muy asequibles”, comentan. Esto ocurre en las barriadas de Santa Marina y San Pedro, en Mieres; pero también en las barriadas de San Isidro y El Carmen en la localidad allerana de Moreda. También hay movimiento con los pisos que no se encuentran en barriada, cuyos precios ya sitúan en una horquilla entre los 30.000 y 50.000 euros. “Pero para que se vendan, tienen que tener muchos servicios”, explican desde la inmobiliaria de El Entrego. El comprador es más exigente entonces con estos pisos, también baratos, pero que no llegan a tener un precio tan económico como el de los barrios obreros.

Caso distinto es el del alquiler. “No hay casi oferta, pero sí que hay mucha demanda de alquiler, así que en cuanto sale un piso, se alquila muy rápido”, explican en la inmobiliaria de Sama. Esta situación se confirma en todas las inmobiliarias consultadas. Una situación que no hace más que confirmar la situación del mercado inmobiliario a nivel estatal, con alquileres demandados pero escasa oferta.

Así, las Cuencas pierden población, y muchos pisos que aparentan estar vacíos no lo están tanto: empiezan a ser segundas residencias. Los geógrafos llaman a mejorar el urbanismo y ofrecer viviendas de alta calidad como método para, al menos, evitar la sangría demográfica.

Urbanismo

El modelo de ciudad, afirman, es importante. Esta fue precisamente la cuestión que desarrolló hace unos días la doctora en Historia del Arte y Profesora de la Universidad de Oviedo, Carmen Adams, en una charla en la Casa de la Buelga de Ciaño. Adams señaló que “desde la concreción del urbanismo moderno en el siglo XIX, la ciudad como foco centrípeto de atracción de población y centrífugo como generadora de opinión ha ido evolucionando, pero lo que no ha cambiado es la intención de ideólogos urbanistas y políticos en buscar el bienestar de los ciudadanos”. Así, la profesora destacó que, para este siglo XXI “surgen nuevos términos a tener en cuenta, como la ciudad de los 15 minutos, la ciudad de los mayores, la tercera revolución industrial, la de las energías renovables o la recuperación del espacio público, términos donde el asunto sigue siendo el mismo, el bienestar. Otros partieron de la utopía para buscar el bienestar, nosotros debemos ser creativos para no consolidar la distopía”.

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