Lo resumían Paula Rodríguez Chico de Guzmán y Amanda Moriyón. Las dos son alumnas del IES Cuenca del Nalón y han hecho las últimas cuatro etapas del Camino de Santiago con otros 27 compañeros y 4 profesores. La primera estaba sorprendida porque “hasta con los profesores hemos entablado relación y hemos podido hablar de todo”. Moriyón celebraba “haber llegado a congeniar con gente que a veces te cruzabas en los pasillos del instituto y ni te saludabas”.
Era la primera vez que el centro educativo organizaba esta actividad que no tenía una motivación religiosa, ni siquiera deportiva. Se planteó como una oportunidad de convivencia, de conocerse unos a otros y de conocerse a ellos mismos y sus límites. “Ha sido una oportunidad fantástica para conocerse como grupo, para ayudarse y hacer comunidad”, explicaba la profesora de inglés, Ángela Huerres, que fue una de las docentes que participaron en la peregrinación junto a sus compañeros Cristina Sánchez (Educación Física), Ástor Llaneza (Biología) y Enrique Alonso (Religión).
El objetivo lo consiguieron, los chavales disfrutaron, aunque también sufrieron, como reconocían Javier Rodríguez, que vio el camino “difícil y empinado”, o Luken Redondo, que reconocía que “hubo momentos difíciles pero me quedo con la experiencia de conocer mejor a mis compañeros”.