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El fracaso del programa termal del Imserso amenaza las cuentas del balneario de Ledesma

El Montepío confía en dar la vuelta a una situación generada por la entidad que aporta el 60 por ciento de sus clientes

Usuarios en las instalaciones del Balneario de Ledesma esta misma temporada. | Comunicación Montepío

La relación entre el Montepío de la Minería y el Imserso (Instituto de Mayores y Servicios Sociales) ha sido tradicionalmente buena, especialmente con uno de los residenciales de la mutualidad, el balneario de Ledesma. Sin embargo, en los últimos años, este matrimonio tan bien avenido a comenzado a dar signos de fatiga. De hecho, la situación ha empeorado desde que el coronavirus, allá por marzo de 2020, hiciese acto de presencia. Y esto puede traer consecuencias importantes para la entidad minera, ya que el fracaso del programa de termalismo que pone en marcha el organismo del Gobierno no está yendo todo lo bien que debiera, lo que deja el final del año para el residencial salmantino en una compleja situación. Si a eso se le suma los más de 600.000 euros que el Montepío reclama al Imserso por los gastos de mantenimiento generados durante el cierre por el coronavirus, el matrimonio Ledesma-Imserso pasa por sus horas más complicadas.

El nuevo presidente del Montepío, Armando Fernández Natal, explicaba hace unos días en LA NUEVA ESPAÑA, en la primera entrevista que concedía tras su nombramiento, que “el programa termal del Imserso no está tan bien como otros años y a partir de septiembre apenas hay reservas que nos permitan soportar una apertura sin costes en Ledesma”. Además, reconocía que “estamos trabajando para ver cómo podemos completar esa ocupación para llegar con un mínimo para equilibrar el balances”. La realidad es que le peso del Imserso en las instalaciones salmantinas es vital: en torno al 60% de los usuarios al cabo del año provienen de este programa.

El programa de los viajes del Imserso, incluido el programa termal, está causando también tensiones internas dentro del propio Gobierno español entre Unidas Podemos y el PSOE, y también con el sector hostelero, ya que la idea del Ministerio de Derechos Sociales es la de congelar los precios, mientras que desde la patronal hostelera lo califican de ruina, y los socialistas se alinean en la idea de subir los precios.

Sea cual fuere el embrollo político, la realidad palpable es que el balneario de Ledesma apenas ha recibido reservas para los meses de septiembre y octubre en lo que al programa termal se refiere. Eso hace que la situación sea complicada, y que ahora mismo, con la previsión existente, ni siquiera se lleguen a cubrir los costes de la apertura del centro, algo que preocupa, y mucho, a la entidad. Y es que el alza de los precios, especialmente la cesta de la compra y la energía, hacen que los costes por brindar los servicios se hayan disparado.

“Tenemos que buscar soluciones para poder incrementar el número de reservas, bien sea con mutualistas o con privados, y que el Imserso reacciones y promocione debidamente su programa para no entrar de nuevo en una situación complicada”, explicaron fuentes de la mutualidad.

Y es que Ledesma acaba de salir de una gran crisis derivada de la pandemia. El balneario del Montepío sufrió como ninguna instalación de la mutualidad el impacto de la pandemia. Cerró 2020 con unas pérdidas por valor de 1,16 millones de euros, tras poder abrir apenas unas semanas. De hecho, por aquel proceso, la entidad entiende que el Imserso debe compensarles con 600.000 euros más de lo que ya lo ha hecho. Un asunto que deberá dirimir un juez si antes no se llega a un acuerdo.

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