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"Nadie nos llamó, esto es inhumano", dice la mujer del trabajador fallecido en Noreña

La familia del mierense Baldomero Menéndez exigirá responsabilidades: "No dejaremos que le echen la culpa, con 3 hijos haces lo que mandan"

Concejales y delegados sindicales del Ayuntamiento de Mieres, ayer, durante un minuto de silencio.

Ramón Baldomero Menéndez fue incinerado ayer en el tanatorio de Mieres ya cerca de las nueve de la noche. Fue un día desgarradoramente largo para sus familiares y amigos, que al mediodía aún desconocían los detalles del fatal accidente en el que este mierense de 50 años perdió la vida el pasado martes tras caer del tejado de un edificio municipal de Noreña: "Nadie nos ha llamado del Ayuntamiento para darnos al menos una explicación. No sabemos nada de lo que sucedió y el trato que hemos recibido es inhumano", lamentaba ayer rota de dolor la mujer de "Mero", como era conocido el fallecido. Elcilene Monteiro apenas lograba articular palabra mientras era arropada por sus amigas más íntimas: "Cuando esté más tranquila hablará con abogados y estudiará tomar medidas para que se esclarezca si hubo negligencia", explicaban los allegados al matrimonio, que cuenta con tres hijos de entre 17 y 9 años.

Una foto reciente de Baldomero Menéndez, en la playa.

Varios de los compañeros del plan de empleo en el que trabajaba "Mero" Menéndez acudieron ayer al tanatorio para arropar a la familia. Entre ellos estaba el trabajador que le acompañaba en el momento del siniestro. Visiblemente conmovido, revivió las impactantes últimas palabras del fallecido. Al parecer, en el momento de la caída estaba barriendo el tejado y su compañero le instó a que tuviera cuidado, bromeando con su peso, ya que la víctima era de comprensión muy fuerte. "Me dijo que no tenía miedo a la muerte y que llevaba toda la vida andando por los tejados". Según sus compañeros, fueron sus últimas palabras. Segundos después yacía sin vida en el suelo del edificio. Todo indica que al dar un paso hacia adelante la chapa de la fina cubierta cedió y se precipitó hacia adelante, golpeándose con la cabeza contra el piso. Murió en el acto.

Todo indica que Baldomero Menéndez no llevaba arnés de seguridad en el momento del accidente. La familia dejó claro ayer que bajo ningún concepto permitirán que nadie intente echarle la culpa al propio trabajador fallecido. "Cuando tienes tres hijos que alimentar haces lo que te manden, por mucho que Mero fuera un hombre de fuerte personalidad", explicó su mujer. En este sentido, la delegada del Gobierno en Asturias, Delia Losa, tras lamentar ayer en Gijón el "injusto fallecimiento" del trabajador mierense, definió lo sucedido como una "tragedia enorme". Calificó de "inadmisible" que ocurran accidentes laborales de este tipo y confirmó que Inspección de Trabajo se personó en el lugar del siniestro para realizar la obligada investigación, al igual que la Policía Judicial. Añadió que, "en función a los resultados de la citada investigación, se verán las medidas que se toman".

Baldomero Menéndez ya había trabajado en un plan de empleo de Mieres antes de incorporarse al de Noreña. El Ayuntamiento Mieres convocó un minuto de silencio ayer y el vicealcalde, Manuel Ángel Álvarez, estuvo con la familia.

"Era una persona que no paraba nunca, siempre estaba haciendo cosas", explicaba ayer la pareja de un familiar cercano. "Era muy buen compañero y de esos trabajadores que no hacen nada a medias, que siempre quieren dejar las cosas bien terminadas". El fallecido creció en Rioturbio y actualmente residía con su mujer y sus tres hijos en El Campu, muy cerca del alto de Santo Emiliano, en el límite con Langreo, donde estudian los niños y trabaja la madre. "Los cinco estaban tremendamente unidos esto es una tragedia muy dolorosa", apuntaban ayer varias amistades. "Mero era una persona que merecía la pena tenerla al lado". En el valle de San Juan no había ayer consuelo.

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