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La piscina Manuel Llaneza lanza su "último SOS" para evitar el cierre

La agrupación se reunió ayer con el Alcalde y el movimiento vecinal para solicitar colaboración en la captación de socios

Por la izquierda, Javier García Palacios, Fernando Gómez, José Luis Fernández Roces, Manuel Ángel Álvarez y Aníbal Vázquez. | D. M.

La dirección de la Agrupación Deportiva Manuel Llaneza aún confía en evitar el naufragio de la entidad. La emblemática piscina mierense busca un bote salvavidas y ayer mantuvo reuniones con el alcalde, Aníbal Vázquez, y con el movimiento vecinal. Tras recibir el apoyo de las asociaciones de comerciantes del municipio, el club hará un último intento por captar nuevos socios. "Esto debe verse como un SOS definitivo", apuntó ayer el director del equipamiento deportivo, Fernando Gómez Jano.

La piscina Manuel Llaneza ya informó detalladamente la semana pasada al Principado de su delicada situación. Los representantes del club Manuel Llaneza insistieron ayer en que cualquier posibilidad de evitar el cada vez más amenazante cese de la actividad pasa por reforzar su masa social. Esta inquietud es la que se trasladó al Alcalde. De esta forma, la agrupación deportiva mierense demanda ayuda, con urgencia, para intentar captar socios. Actualmente la lista ronda los 680 y cualquier plan de supervivencia pasa por superar, al menos, la barrera de los mil.

El segundo problema que golpea a la piscina mierense es el aumento de los precios de la energía. Con todo, la dirección tiene claro que la viabilidad del proyecto pasa por incrementar el número de socios, ya que con el actual respaldo social es inviable a medio plaza cubrir los gatos fijos que genera la instalación, más tras el reciente aumento de los costes de la energía. "Las facturas de gas y luz se han incrementado por encima del cien por cien y eso es inasumible, pero la final la clave de todo pasa por captar socios que te permitan equilibrar gastos e ingresos a medio plazo", remarca Gómez Jano.

Las gestiones

La entidad acaba de solicitar un preconcurso de acreedores. Se trata de una medida casi desesperada por evitar la quiebra. Y es que el descontrolado aumento del coste del suministro energético que demanda una instalación de estas características ha terminado por quebrar la resistencia de un equipamiento que ha perdido casi la mitad de sus socios. Ahora será el Juzgado de lo Mercantil de Oviedo quien evalúe la viabilidad del equipamiento. En la practica, son dos las opciones que están sobre la mesa. La más drástica sería que el juez decretase la liquidación de la agrupación. Otra posibilidad es el nombramiento de un administrador judicial que de continuidad a las gestiones que la actual directiva está realizando para intentar salvar la piscina.

La histórica piscina, inaugurada en 1950 y reabierta en 1988, atraviesa por una situación económica que ya no es difícil, sino crítica. En estos momentos cuenta con menos de 700 socios tras haber perdido más el 45 por ciento de su capital social a lo largo de la pandemia.

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