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"Microcirugía" para desmantelar la térmica de Lada

El desmontaje de la central se acomete "retirando pieza a pieza" sin las voladuras de otras plantas al estar integrada en la zona urbana

Una grúa utilizada para el desmantelamiento de la térmica de Lada. L. M. D.

La chimenea de 200 metros y 4.500 toneladas de peso de la central térmica de La Robla, en León, saltó por los aires el pasado jueves tras la voladura controlada programada por su propietaria, Naturgy. En Lada, sin embargo, la proximidad del casco urbano obliga a desmantelar la planta "poco a poco", con técnicas de "microcirugía".

"Los trabajos no se pueden hacer tan rápido como en otros sitios donde se hacen voladuras", aseguró el CEO de Iberdrola Renovables Energía, Julio Castro, en un acto organizado por la compañía en las instalaciones langreanas. El desmontaje de la planta comenzó a finales del pasado año. El coste de la actuación ascenderá a los 12 millones de euros.

En la antigua térmica de Lada se aplicará "microcirugía para desmantelarla en dos años", indicó el representante de Iberdrola. "Al estar tan integrados en el núcleo hay que hacer una demolición controlada y no podemos retirar grandes piezas", añadió. De la dirección del proceso de desmontaje se encarga la empresa langreana Mingiser. Su gerente, Ramón Martínez, indicó que la retirada de las instalaciones "es un reto de ingeniería".

"El desmantelamiento es complicado por el entorno", remarcó. Junto con la cercanía del núcleo urbano, también está próximo el río Nalón y la empresa Bayer. Eso hace, dijo Martínez, que el trabajo sea "muy exhaustivo". Con "muchos estudios" para conocer en profundidad tanto la instalación como cuál era su funcionamiento para a partir de este análisis "realizar los procedimientos específicos de trabajo para cada equipo".

Entre las estructuras que tienen que ser retiradas figuran la chimenea, de hormigón y de 175 metros de altura, y la caldera, de estructura metálica de 80 metros. "Hay que diseñar todas las tareas para ir bajando pieza a pieza", señaló. Explica Martínez que para la plantilla de la empresa "esta obra es una motivación ya que vivimos aquí". Mingiser ha trabajado con Iberdrola en otras tareas de desmantelamiento de instalaciones.

La central térmica de Lada ocupa una superficie de 24,61 hectáreas. Las unidades que necesitarán más tiempo para su demolición, por su magnitud o su localización son la caldera, la chimenea, la nave de turbinas y la desulfuradora, según figura en el proyecto de la compañía eléctrica.

Las torres de refrigeración de La Robla, demolidas en mayo. | Naturgy

La última de las instalaciones que se desmontará será la presa sobre el río Nalón. Para ello, calcula Iberdrola, serán necesarios cuatro meses de trabajo. También figurarán, entre las labores de la fase final, aquellas estructuras que tienen como misión principal la seguridad industrial o la preservación y control ambiental, además de las oficinas y los aparcamientos, por motivos logísticos.

El desmontaje de la térmica de Lada generará 102.488 toneladas de residuos, de los que se prevé reutilizar 65.683. En el proyecto elaborado para el desmantelamiento la empresa distingue cuatro áreas de actuación. La primera de ellas corresponde al parque de carbón y escorrentías (cintas y tolvas, balsas, pozos de bombeo de escorrentía y planta de tratamiento, tanque de gasoil y diversos edificios). La segunda está ubicada en la orilla derecha del Nalón y de ella forman parte los silos de cenizas, tolvas de carbón, antiguas calderas, presa y sistema de captación de aguas, tanques de fuel-oil, depósito de fuel, diversos edificios, aparcamiento y accesos.

En el área tres se encuentra la torre de refrigeración junto con el edificio de transformadores, el almacén y planta de tratamiento de aguas. La zona cuatro se corresponde con la instalación de producción Lada IV (silos de yeso y caliza, calderas y chimeneas, precipitadores, turbogenerador, salas de control, desulfuradora y planta de tratamiento de sus efluentes, tanques de fuel y fuel-oil, grupos diesel, tanque de lechada, y diversos edificios).

Todos los edificios de la térmica serán demolidos. En aproximadamente dos años, si se cumplen los plazos previstos, la actuación habrá concluido.

Más de cuatro hectáreas de los terrenos que ocupan la térmica, los próximos al río Nalón, serán cedidos por Iberdrola al Ayuntamiento de Langreo. Para ellos la Confederación Hidrográfica del Cantábrico en colaboración con el Consistorio ha elaborado un proyecto de parque fluvial, con la restauración del río y la habilitación de 2,4 kilómetros de sendas peatonales

Esta actuación también hará posible el desarrollo de usos alternativos al de la central en el suelo colindante, que actualmente estarían limitados ya que están calificados como inundables. Iberdrola aseguró que trabaja en la atracción de proyectos para los terrenos de la térmica y apuesta por la implantación de un polo de actividades logísticas y el asentamiento de industria vinculada a la transición energética.

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