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La reforma del refugio de Brañagallones se aplaza un año: "Su futuro pende de un hilo"

El guarda alerta del mal estado del tejado, de las continuas averías en los generadores eléctricos y afirma que "el invierno pasado fue caótico"

Las instalaciones del refugio de montaña de Brañagallones, al fondo. | Fernando Rodríguez

Llueve sobre mojado en Brañagallones. La reparación integral de la cubierta tendrá que esperar, al menos, hasta el próximo año. Así lo aseguró el guarda de la instalación, José Manuel Prado. "Lo que nos ha comunicado la Fempa (Federación de Deportes de Montaña, Escalada y Senderismo del Principado de Asturias) es que la intención del Principado (propietario de la instalación) es hacer ahora una reparación de urgencia para aguantar el invierno y dejar la reforma integral para el próximo año. Y aprovechar para colocar paneles solares". Prado lamentó este nuevo retraso y manifestó su confianza en que "sea el último y se haga de una vez" porque, entre los problemas causados por el estado del tejado y los cortes de suministro que provoca el mal funcionamiento de los generadores eléctricos, "el futuro de Brañagallones pende de un hilo".

Desperfectos en la cubierta del edificio, en una imagen de archivo.

La obra de reforma de la cubierta del refugio arrancó el pasado noviembre pero la llegada de un temporal hizo imposible continuarla. Al dejarse las obras a medias, se produjeron filtraciones en el interior del equipamiento. La situación acabó haciéndose insostenible y, finalmente, las instalaciones echaron el cierre durante algo más de tres meses. No fue hasta la pasada Semana Santa cuando el refugio volvió a abrir sus puertas, tras realizar una reparación provisional de la reforma. Sin embargo, se hacía necesario volver a licitar los trabajos porque la empresa adjudicataria no había cumplido con los plazos marcados en el procedimiento. Ahora la idea es hacer una reparación de emergencia para tratar del salvar el invierno y acometer la actuación de mayor calado el próximo año.

"Las humedades ya han generado problemas de deterioro en el interior. El invierno pasado fue caótico y no podemos seguir así. Deben repararlo de una vez para solucionar el tema de las goteras y de esas humedades; no podemos esperar más", argumenta Prado, que se ocupa de la explotación de las instalaciones.

No es la única complicación a la que se viene enfrentando en los últimos años. El mal estado, debido a su prolongado uso, de los dos generadores eléctricos de gasoil ha provocado constantes problemas de suministro e incluso apagones, el último de ellos el pasado fin de semana. "Es un riesgo continuo, es esta época del año porque tienes muchos alimentos en las cámaras frigoríficas que se pueden echar a perder. Cada dos semanas hay una avería; si no es un bomba es una pieza y a todo eso se añade cómo se ha disparado el coste del combustible", relató Prado, para concluir: "Un guarda tiene que hacer tareas de mantenimiento, pero me últimamente me dedico más a ser mecánico que a la gestión".

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