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Un cierre sin salida para la piscina Manuel Llaneza de Mieres

La normativa actual de accesibilidad y seguridad obligaría a hacer una gran inversión para reabrir el centro deportivo, según los gestores

Alumnos durante uno de los últimos cursillos de natación en la piscina Manuel Llaneza. | A. Velasco

Fue a finales de la década de los 80 del siglo pasado cuando la piscina Manuel Llaneza, tras muchos años sin uso, reabría sus puertas a la sociedad mierense. Un club con lista de espera para inscribirse por el gran número de vecinos interesados en formar parte de la entidad. Sin embargo, ahora, tres décadas y media más tarde, es precisamente la falta de socios uno de los motivos que lleva al club Manuel Llaneza a la desaparición y al cierre de las instalaciones. Una clausura que esta vez no tendrá una nueva reapertura, tal y como explican los propios responsables de la entidad, hoy inmersa en un proceso de liquidación que terminará con una larga y provechosa historia en algo más de un mes. "La normativa actual impediría que, si la piscina cierra, se vuelva a reabrir, porque sería necesaria una inversión de cientos de miles de euros para adaptar la instalación", apuntan desde la entidad.

Fue en 1950 cuando se inauguraba la piscina cubierta de Mieres ubicada en la calle Escuela de Capataces en un inmueble que también alberga la Casa del Pueblo de la villa. Poco duraría esa primera etapa, ya que el edificio, entonces propiedad del SOMA, fue incautado por el régimen franquista tras la Guerra Civil. La piscina siguió usándose hasta comienzos de la década de los 70, cuando tuvo que cerrar por el deterioro de las instalaciones.

A la muerte del dictador, los sindicatos recuperaron sus antiguas dependencias, aunque a modo de cesión, ya que el inmueble hoy en día sigue perteneciendo al Ministerio de Trabajo. Sea como fuere, en 1988, y tras una renovación de las instalaciones, la Agrupación Deportiva Manuel Llaneza reabría la piscina. Y fueron cientos los mierenses que quisieron participar de la actividad de este enclave.

Una instalación que abrió con una normativa mucho más laxa que la actual, especialmente en lo referente a las barreras arquitectónicas o medidas de seguridad en lo referente al vaso o a las profundidades. Y este hecho es el que condena a que una hipotética reapertura de la piscina de Manuel Llaneza una vez que se liquide el club sea poco menos que una quimera.

Los actuales gestores de la Agrupación señalan que "la gente no se da cuenta de que el día que esto cierre, ya no abrirá más, porque hace falta una tremenda inversión". Apuntan, como ejemplo, a la misma entrada del centro, compuesta por unas escaleras, pero que no tiene rampa de acceso para personas con movilidad reducida. "De la puerta ya no pasaríamos con la normativa actual", indican. Y como este hecho, unos cuantos más: el tejado, el acceso a los gimnasios, el propio vaso de la piscina... "Va a ser imposible que estas instalaciones puedan volver a utilizarse si no es con una inversión que sería de cientos de miles de euros para adaptarlo todo a la normativa actual", indican los actuales gestores, que están inmersos en pleno proceso de liquidación del Club Deportivo Manuel Llaneza.

La dirección de la piscina comunicaba esta misma semana la decisión del juez de liquidar el club, una vez que la directiva había presentado, "conforme a la legalidad vigente", el concurso voluntario de acreedores. Textualmente, en el auto, el magistrado señala que "se acuerda la declaración del concurso voluntario del Club Deportivo Básico Manuel Llaneza (...), acordando al propio tiempo su conclusión por insuficiencia de masa activa, y la extinción de la persona jurídica concursada, no obstante lo cual, quedará responsable del pago de los créditos existentes". Aunque no es firme y cabe la posibilidad de recurrir, todo parece indicar que el proceso terminará aquí.

Pero, ¿qué ha llevado a esta situación a una emblemática y exitosa agrupación?. Las causas principales son dos. Por un lado, y la primera en aparecer, fue la brutal caída de socios, derivada especialmente de la pandemia. "Mucha gente se borró, y pasamos de superar los 1.200 abonados y quedarnos en la mitad", señalan desde el club. Una situación que con unos gastos normales pudieron ir paliando poco a poco. Sin embargo, este año han recibido la estocada definitiva: el incremento de los precios de la energía derivados de la invasión rusa en Ucrania.

Así las cosas, y más de siete décadas después de que la piscina Manuel Llaneza acogiera sus primeras brazadas, la instalación verá como en más o menos un mes, la verja se cerrará para no volver a abrir.

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