A Sobrescobio le vuelve a ir la marcha

La Sextaferia Cultural Coyana terminó ayer retomando una de sus actividades clásicas, la caminata por los pueblos del concejo, que contó con unos cuatrocientos participantes

Los participantes al inicio de la marcha en Campiellos

Los participantes al inicio de la marcha en Campiellos

Érika Ferraro Mallada

El Valláu (Sobrescobio)

La marcha popular por los pueblos de Sobrescobio supuso ayer el cierre de la Sextaferia Cultural Coyana. Una caminata que, celebrada ayer sábado, fue sinónimo de encuentro entre los habitantes y visitantes del municipio que, aprovechando este popular recorrido por los pueblos del concejo, presume de "intercambiar experiencias, disfrutar del entorno y hacer algo de deporte".

Cuatrocientos participantes fueron los que este año emprendieron la marcha para contribuir a esta decimosexta edición. Un trayecto que "cada vez cuenta con más asistentes regionales y de distintas comunidades". Una edición que los más veteranos han vivido con " mucha ilusión" tras dos años de parón a causa de la pandemia.

Un grupo de amigos, entre ellos el alcalde Marcelino Martínez y el director general de Empleo, Pedro Fernández-Raigoso

Un grupo de amigos, entre ellos el alcalde Marcelino Martínez y el director general de Empleo, Pedro Fernández-Raigoso / É. F. M.

Diez de la mañana. La comitiva popular parte del pueblo de Campiellos, como es habitual. La marcha se dirige hacia Rioseco y continúa dirección a La Polina, Villamorey, Camín de Castru, Ladines y Soto de Agues. Una experiencia que no ha dejado indiferente a nadie y para la que tal y como afirma Carmen García "no hay edades, esto puede y debe hacerlo todo el mundo, es impresionante".

Haciendo cola para recibir el "bollu" en el área recreativa

Haciendo cola para recibir el "bollu" en el área recreativa / É. F. M.

Por su parte, el alcalde de Sobrescobio, Marcelino Martínez no dudó ni un instante en volver a participar en esta ya tradicional marcha. Insistía además, en la importancia que esta nueva edición tenía para sus viandantes. Pudiendo disfrutar de " una nueva senda peatonal alrededor de la carretera que ya teníamos gana de ver". Calificó de "especial" el retorno de esta nueva edición y además afirmó sentirse muy "contento de poder haber realizado la ruta entera" en compañía de su nieta de un año "ha sido muy importante".

La marcha, en el tramo entre Rioseco y La Polina

La marcha, en el tramo entre Rioseco y La Polina

Una marcha que por costumbre reconoce el esfuerzo de sus asistentes. La generosidad del concejo ha hecho que cada participante obtenga un obsequio al término de la ruta. En este caso la comitiva ofreció a cada participante "una camiseta, un bollín preñau y un refresco".

Asimismo, jamás olvidan la importancia de los que desequilibran la media de edad en la marcha. Tal y como afirmó la concejala de Servicios Sociales de Sobrescobio, Berta Suárez, consideraron oportuno recompensar al "participante más pequeño y al más mayor". Una muestra de reconocimiento por su esfuerzo y dedicación con este popular trayecto.

Un grupo familiar en el área recreativa de El Valláu

Un grupo familiar en el área recreativa de El Valláu / É. F. M.

El área recreativa del Valláu supuso la meta de este largo recorrido. Punto de encuentro para sus participantes que, hacia las dos de la tarde concluían su marcha para comentar la jugada en compañía de una sustanciosa comida, acompañada de amigos y familiares. El intercambio de mantel no fue lo único que compartieron los "deportistas". Las experiencias, así como cada anécdota derivada de la marcha, añadieron la guinda del pastel a esta ruta por los pueblos de Sobrescobio. Un "prau" que pudo disfrutar del orgullo, la satisfacción y la unión de un concejo que, tras haber retomado su tradicional marcha disfrutaba en compañía de "los suyos y los de fuera".

Sobrescobio ponía punto y final así a la Sextaferia Cultural Coyana, que la que hubo presentaciones de libros ("La bella de la tierra" y "Refraneru coyán), actividades medioambientales ("Comando basurilla" y "La escala microscópica del bosque"), cuentacuentos y la exposición "Movilizaciones mineres", de Fernando Rodríguez, fotógrafo de LA NUEVA ESPAÑA.

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