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El lenense Eliseo Quiñones ya es "Gaiteru Mayor"

Los vecinos de Carabanzo rindieron homenaje al músico, que sigue en activo a sus 81 años: "Bien se lo merece"

Eliseo Quiñones tocando en la fiesta de «La Santina».

Carabanzo rindió homenaje, con motivo de sus fiestas, a don Eliseo Quiñones, toda una institución dentro del folklore y la tradición asturiana. Un vecino del pueblo que, de parte de sus más allegados, recibió el título de "el Gaiteru Carabanzo".

Eliseo Quiñones bailando en pareja.

"Ya formas parte del patrimonio cultural, del folklore y de la memoria musical de Asturias, además de ser un tesoro, una joya, de la tradición. Por ello, 12 años después de ser nombrado gaitero mayor de Lena, te queremos renombrar ‘Gaiteru Mayor’, en términos absolutos, porque tu trayectoria durante todos estos años bien lo merece". Así es como, los vecinos del pueblo de Carabanzo concluían el domingo el homenaje a Quiñones. Recordando su envidiable capacidad con la gaita desde "aquella primera actuación en el puerto de Pinos a mediados de los años 50 hasta el día de hoy, con 81 años". Eliseo Quiñones ha conseguido destacar en el ámbito musical, pero también en el amor que tiene por los suyos. Sus más allegados definen al gaitero como "una gran persona"

El gaitero lenense nació el 27 de diciembre de 1940. Desde bien pequeño tuvo curiosidad por la gaita ya que en su casa no era algo desconocido: su padre era Kiko Quiñones, gran gaitero de la época. El propio Kiko no quería que su hijo aprendiese a tocar y siguiese sus pasos con el instrumento.

Quiñones siempre relata que, cuando su padre no se encontraba en casa, cogía su gaita y escapaba con ella para practicar. Su espíritu autodidacta provocó que, copiando los movimientos que hacía su padre con el instrumento y reproduciendo las melodías de "oreya", comenzara a tocar la gaita a mediados de los años 50.

Así es como Eliseo Quiñones comenzó a familiarizarse con el instrumento, teniendo como figura referente la de su padre, así como la de otros importantes gaiteros y tamboriteros del concejo y de la época, como "Alfredo el tamboreteru" o "Canorín el de Columbiello", entre otros.

La gaita era un instrumento que por aquel entonces "no daba para vivir". Por ello, el gaiteru de Carabanzo supo combinar su vocación por la música con otros trabajos como la mina, el camión o el ganado –entre muchos– y también con otra de sus grandes aficiones: el monte y la caza.

A lo largo de todos estos años, con el instrumento al hombro, ha vivido mil y una batallas entre romerías, fiestas campestres, misas y procesiones, desfiles, bailes a lo suelto, concursos, actos oficiales... por toda Asturias, desde el oriente al occidente, centrando su mayor actividad en la zona de la montaña central y las cuencas del Caudal y del Nalón.

Los homenajes a Liseo Quiñones empiezan a ser también un clásico en su vida. Tal y como definen sus más allegados Liseo es "querido allá donde va". Homenajes como el del "Gaiteru predilectu de Llueves", en Cangas de Onís o "Fijo en el desfile d humanitarios de San Martín, en Moreda", son los que hacen de Quiñones una figura realmente importante en el mundo de la memoria musical asturiana.

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