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El lobo vuelve a atacar en Llosorio y suma setenta reses muertas en lo que va de año

El último incidente tuvo lugar el pasado miércoles a plena luz del día y junto a una casa | Los ganaderos piden "más control" de los cánidos

Ganaderos de la zona de Llosorio, durante una concentración que realizaron el pasado año. | D. M.

Los ganaderos del monte Llosorio, que aglutina a los concejos de Mieres, Morcín y Riosa, siguen sufriendo los daños que provocan los lobos. Entre terneros, potros, cabras y ovejas, han perdido ya setenta animales en lo que va de año. El último de los ataques se produjo el pasado miércoles a plena luz del día y junto a una casa. Ante esta situación, exigen al Principado un mayor control del lobo "para que pueda ser compatible con la actividad ganadera".

Las principales víctimas del lobo son los animales de menor tamaño. Eso es lo que ocurrió el pasado miércoles cuando uno de estos animales salvajes atacó una de las ovejas que el ganadero José Manuel Estrada tiene en un prado al lado de su vivienda. El propio ganadero fue testigo del ataque, ya que se produjo a las once de la mañana. Y aunque cuenta con un perro para proteger al ganado, nada pudo hacer por salvar al animal. Éste es uno más de los ataques que se han producido en el último año en esta zona, como señalan desde la Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (Agall). La entidad está muy descontenta con la gestión de la Consejería de Medio Rural y Cohesión Territorial, a la que señalan como responsable de una situación insostenible en el tiempo. "Hay tres lobos por la zona que están haciendo grandes destrozos en la ganadería local", explican. Esto hace complicado el desarrollo de la actividad ganadera, obligando a muchos profesionales a desistir en su labor y disuadiendo a otros de comenzar con una explotación para que se produzca un relevo generacional.

El objetivo de Agall, como explican, "no es el exterminio del lobo, queremos que siga en los montes, pero que se controlen para que sean compatibles con la actividad ganadera". Y es que la culpa "no es del lobo, sino de la gestión del Principado que es incapaz de controlarlos". Además, no se trata de una situación nueva, "sino que llevamos años con esta lucha por los daños del lobo".

El malestar de los ganaderos de la zona se visualizó el año pasado tras una concentración que realizaron en el pueblo mierense de Loredo. Allí se dieron cita profesionales que habían perdido más de setenta cabezas, la mayoría corderos, en los últimos quince años. Además, asumiendo cuantiosas pérdidas. Y es que el Principado sólo indemniza por aquellos animales que aparecen muertos, cuando la mayoría desaparecen. Tampoco están de acuerdo en que las indemnizaciones no recojan las pérdidas indirectas que provocan los ataques de cánidos salvajes, como la leche que deben comprar cuando un ternero queda sin madre o los gastos veterinarios para cuidar a los animales que sobreviven.

Daños en Redes

Junto al monte Llosorio, otra zona especialmente afectada por el ataque del lobo dentro de las Cuencas son los montes de Caso y Sobrescobio, en pleno parque de Redes. Hace unos días también se produjo un ataque de lobo, en esta ocasión contra una potra. Y aunque el ganadero, el coyán Belarmino Canella, fue indemnizado por los daños, considera que se deberían actualizar los baremos.

La indemnización que recibió por la muerte del animal fue de 180 euros. Hasta ahí todo bien, el problema es que esta cantidad dista mucho del precio que tendría esta potra, que contaba con cuatro meses de vida, en el mercado. El ganadero podría haber pedido hasta 600 euros por el animal. Por ello, este profesional pide que, de cara al futuro, "se actualicen los baremos de daños". Además, cada vez hay más ganaderos que están apostando por este tipo de animales en lugar de las vacas, dado el mejor rendimiento que obtienen por los caballos y yeguas.

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