La localidad allerana de Soto vivió ayer su fiesta de Nuestra Señora de Miravalles, considerada como alcaldesa perpetua del concejo de Aller. Una jornada en la que cientos de personas se congregaron en torno al santuario para participar de una de las celebraciones más esperadas en el calendario local. Además, la jornada tuvo un momento emotivo durante la procesión de la Virgen de Miravalles, ya que fue la última del párroco Celestino Riesgo Iglesias como responsable del templo, ya que dejará Aller para trasladarse a una nueva encomienda en Covadonga.
Tras el oficio religioso y la puya’l ramu se sucedieron las actuaciones musicales para amenizar la comida a los diferentes grupos que en el prau aprovecharon para comer y pasar una agradable jornada.