En el campo de fútbol de Turón luce desde este sábado una escultura dedicada a José Manuel Fernández. No se trata del máximo goleador de la historia del club, ni del jugador con más partidos jugados, ni de un directivo de trayectoria intachable y laboriosa. El homenajeado es Lolín el "baloneru". Una institución en la entidad. "Me gusta el muñeco, pero lo que quiero es seguir ayudando", apuntaba entre lágrimas este emblema de fútbol turonés durante el homenaje que se la tributado este fin de semana.
El Turón se volcó el pasado sábado para rendir tributo a Lolín. Decenas de niños de los equipos de formación acudieron con sus uniformes para acompañar al popular y querido recogepelotas. Muchos otros que antes vistieron esa histórica camiseta también quisieron estar presentes, como una gran familia. "Forma parte de la historia de la entidad y es un ejemplo de entrega", apuntaban ayer varios exjugadores.
José Manuel Fernández tiene ya 74 años. Desde los 15 acude cada día a los entrenos del Turón, en todas sus categorías, para recoger los balones y echar una mano en todo aquello que se le pida. Siempre transmitiendo una contagiosa alegría. La escultura que acaba de inaugurarse en el campo de La Bárcena ha sido sufragada a través de una cuestación popular. Lolín es ya inmortal en el campo de fútbol en el que ha pasado miles de tardes.
Tanto el Oviedo como el Sporting se sumaron al homenaje. Lolín recibió sendas camisetas dedicadas por las plantillas de los dos clubes más representativos de la región. Estuvieron presentes en Turón exjugadores rojiblancos como Jiménez, Redondo o Claudio.
El vicealcalde del concejo, Manuel Ángel Álvarez, elogió la iniciativa del Turón: "Dice mucho de la entidad que distinga no a un goleador o a un gran portero, sino a alguien que ha trabajado desde la base, regalando además cariño y simpatía en todo momento".
Calzado con sus botas de caña alta de pescador y con su vieja sacadera en la mano, sigue metiéndose en el río para sacar los balones que superan la valla. Esa estampa ha pasado ya a ser parte de la esencia del Turón. El sábado muchos lo vieron por primera vez de traje y corbata. Desbordando humanidad, como siempre, las lágrimas de emoción fueron su respuesta al torrente de muestras de cariño que recibió. Y es que para muchos el siempre diligente Lolín es el mejor fichaje de la historia de Turón.
El homenaje a Lolín el recogepelotas se enmarcó dentro de la programación de las fiestas del Cristo de La Paz. Los festejos se cerraron ayer, por la tarde, con el reparto del "bollu preñau". Por la mañana se había celebrado una marcha cicloturista. No faltó la música para despedir la cita organizada por la Sociedad Turonesa de Festejos.
