Por un lado, la alegría por volver a la normalidad de las ferias, tras dos años de parón por la pandemia. Por el otro, la incertidumbre de un sector, el ganadero, sumido en una crisis casi perpetua, a la que ahora hay que añadir el alza de los precios, que hacen que el pienso cueste ahora "el doble que hace unos meses".

Este era el ambiente ayer en el concurso de ganado de Sobrescobio, que contó con la participación de 536 reses y un total de 42 ganaderías. Entre el tipo de animales se detecta en los últimos años una fuerte tendencia: la recuperación de la "reciella", las cabras y las ovejas. En el ferial de Sienra se congregaron 142 cabezas de ganado vacuno, 38 de caballar, 98 de ganado ovino y 258 de caprino. El alcalde de Sobrescobio, Marcelino Martínez, indicaba que "tras dos años de parón, la participación ha sido mejor de lo que esperábamos". Y destacaba la tendencia a ir recuperando el "ganado menor", cabras y ovejas, cuya presencia en los montes puede ayudar a "evitar incendios, son una desbrozadora natural".

Numerosas cabras en el recinto ferial de Sienra. Luisma Díaz

Una de las ganaderías participantes en el concurso era la de "La Lláscara". Paula Marín, Adrián Fernández y el pequeño Saúl Fernández están completamente implicados con la feria. "Este año estos certámenes están siendo un éxito", explica Marín, porque tras dos años de parálisis "se volvió con ganas". En el sector hay "muchas ganas de tirar para adelante, pero es cierto que el contexto es complicado". A los habituales problemas con los daños del lobo, o al estancamiento de precios –la carne y la leche se vende al mismo precio desde hace muchos años– se suma ahora el alza de los costes, del combustible y de los piensos. "Apenas se gana nada", afirma Marín, "quienes ganan son los que están arriba". Pone un ejemplo: el pienso cuesta el doble que hace unos meses.

En la cancha cubierta, además, coincidiendo con el concurso, se instalaron los puestos de la feria de artesanía. Más de 25 puestos de venta, con todo tipo de productos: desde pan y queso a artesanía de la madera.

Una pancarta colocada en el recinto pide "Respeto para el mundo rural". Respeto, porque futuro parece tenerlo, al menos viendo la gran cantidad de niños y jóvenes que había entre los asistentes.