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Langreo estrena letronas bilingües, una fuente con luces y un "cascayu digital"

La plaza Merediz cuenta desde ayer con un conjunto escultórico con el topónimo del concejo y una zona de juegos interactivos con códigos QR

Carmen Arbesú, a la derecha, junto a las letronas, con ediles de Langreo y vecinos. | M. Á. G.

Langreo ya forma parte del abecedario de las "letronas" asturianas. El concejo se sumó ayer a otras poblaciones de la región como Gijón, Oviedo, Llanes o Lena que ya contaban con conjuntos escultóricos que representan sus respectivos topónimos. El objetivo, junto a su finalidad ornamental, es que los vecinos y los visitantes puedan hacerse fotografías de recuerdo junto a las letras. Las del concejo cabecera del Nalón aportan la novedad de que son bilingües, con el topónimo en castellano (Langreo) y en asturiano (Llangréu). Serán el principal atractivo de la renovada plaza Merediz de La Felguera, pero no el único. Este espacio urbano también cuenta ahora, tras su remodelación, con una fuente con chorros a ras de suelo y una suerte de "cascayu digital" con juegos interactivos con códigos QR en el suelo.

"Las letras no están al revés", explicaba ayer la alcaldesa, Carmen Arbesú, a los que se preguntaban por qué el conjunto no estaba enfocado hacia el interior de la plaza. "Es para que la gente se haga la foto y se vea detrás el parque Dolores Fernández Duro, la estatua de Pedro Duro y el entorno de la iglesia".

La regidora –que estuvo acompañada en la inauguración por concejales, trabajadores municipales y vecinos– aseguro que se trata de "un espacio muy céntrico que queremos poner de relieve. Ha quedado una plaza totalmente accesible, sin ningún tipo de barrera, lo que le da muchísima más amplitud. Y hay la misma zona de sombra, quizá incluso algo más". Sobre la nueva fuente, a ras de suelo, Arbesú indicó que requiere menos mantenimiento que la anterior "y por la noche le podemos poner luz".

"También hemos habilitado" –añadió la alcaldesa langreana– "un banco circular alrededor del gran roble que hay en la plaza, un aparcamiento de bicicletas y una zona de juegos interactivos totalmente novedosa con códigos QR. Es una plaza para disfrutar en la que también se pueden hacer concentraciones y eventos porque esa accesibilidad permite que la gente esté cómoda y que no haya escalones de por medio".

Flor Díaz, una vecina que se acercó a la plaza junto a Ismael Rodríguez y el nieto de ambos, el pequeño Mateo, dio un veredicto positivo. "Quedó guapa. Ya no tiene los desniveles que tenía y para que jueguen los niños está mucho mejor".

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