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Castilla y León suspende el radiomarcaje de osos que lideraban científicos de Mieres: los investigadores denunciaron un posible caso de furtivismo

La Junta abre un expediente al grupo de investigación días después de que informase al Seprona del caso

Un momento de la captura de un oso macho realizado el pasado mes de julio en la Montaña Palentina. | Junta de Castilla y León

La Junta de Castilla y León ha suspendido, al menos de manera temporal, el programa de radiomarcaje de osos pardos que desarrollaba el Grupo de Investigación del Oso Pardo Cantábrico, que forma parte del Instituto Mixto de Investigación en Biodiversidad (IMIB). La decisión se tomó, tal y como pudo saber este periódico, días después de la denuncia de un posible caso de furtivismo en la vecina provincia de León. Una denuncia que hizo pública el grupo de investigación.

A los días de presentar la denuncia ante el Servicio de Protección de la Naturaleza (Seprona) de la Guardia Civil, la administración de Castilla y León abrió un expediente a los investigadores por "incumplimiento" del convenio de colaboración. También les quitaron el permiso para realizar más capturas de osos. De momento, los abogados del Centro Superior de Investigaciones Científicas (CSIC), del que forma parte el IMIB, han formulado las correspondientes alegaciones al expediente y se encuentran a la espera de su resolución.

El programa de radiomarcaje de osos pardos comenzó hace un año con el objetivo de controlar entre veinte y treinta ejemplares en la Cordillera Cantábrica en el plazo de cuatro años. El proyecto pretendía trabajar en una etapa iniciar en la provincia de León, para ampliarlo en el medio plazo a Galicia, Palencia y Cantabria.

De hecho, el pasado mes de julio se amplió el plan a la subpoblación oriental de la Cordillera Cantábrica con la captura de un macho adulto en el parque natural de la Montaña Palentina, tal y como había informado la propia Junta de Castilla y León. La captura, como explicaban, fue realizada mediante el sistema de remolque trampa utilizado en capturas dirigidas sobre un ejemplar concreto previamente identificado y localizado. Un sistema de captura sobre el que la Junta desarrolló un doble sistema de seguridad que evita atrapamientos o lesiones sobre un segundo ejemplar que pudiera acceder a la trampa. La anestesia del oso capturado, un macho de 200 kilos de peso, transcurrió sin complicaciones.

La iniciativa se desarrolló sin incidencias hasta finales de verano cuando los investigadores encontraron uno de los collares de radiomarcaje que habían colocado tres semanas atrás en un plantígrado, así que denunciaron los hechos ante el Seprona. Los indicios de que podía tratarse de un caso de furtivismo los encontraron en el estado en que se encontró el collar. "Tenía un corte raro, muy preciso, y el resto estaba perfecto, sin ningún rasguño ni mordisco que hiciera pensar que se hubiera caído tras una pelea entre dos osos o que el propio animal hubiera intentado quitárselo", habían explicado desde el grupo de investigación. El collar fue analizado en el IMIB, donde se llegó a la conclusión de que el corte "ha podido realizarse con un objeto cortante". También se pusieron en contacto con un grupo de investigación del oso pardo escandinavo, con una amplia experiencia en el radiomarcarje de osos. La conclusión fue la misma: "No se puede descartar la hipótesis del furtivismo, ya que nunca se les había roto un collar en tan poco tiempo, porque éste llevaba colocado sólo tres semanas".

El collar apareció en el Alto Sil, cerca de la localidad leonesa de Villar de Santiago, con lo que el grupo de investigación denunció lo ocurrido en el cuartel de la Guardia Civil de Villablino, quien trasladó la investigación al Seprona. El programa de radiomarcaje de osos pardos cuenta en la actualidad con seis animales controlados, que se reducen a cinco tras la aparición del collar roto de uno de ellos.

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