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El rojo latido del pozo Fortuna: Mieres acogió un homenaje a las víctimas de la represión franquista

El Foro de Memoria Histórica distinguió ayer al histórico socialista Avelino Pérez y a las asociaciones antifranquistas de la región de Murcia

Asistentes al encuentro, arrojando rosas en la caña del pozo. | D. M.

El paso del tiempo ha convertido al Pozo Fortuna en una conmovedora paradoja. La caña de la explotación turonesa se cubrió con escombros al termino de la guerra civil, ocultando los cadáveres de decenas, posiblemente centenares, de republicanos víctimas de la represión franquista. En 2003 esta desdeñada tumba se rescató del olvido. Lo que fue una catacumba de la vileza más totalitaria es hoy un mausoleo de certidumbre democrática. El histórico político socialista y sindicalista langreano Avelino Pérez Fernández y la Federación de Asociaciones de Memoria Histórica de la Región de Murcia asumieron ayer la tarea de ser embajadores del legado de quienes reposan en las entrañas del pozo Fortuna.

Por la izquierda, José Nieto, Avelino Pérez, Joaquín López, Paqui Ureña, Aníbal Vázquez y Sergio Gutiérrez, ayer en las inmediaciones del Pozo Fortuna tras la entrega de los galardones. | D. M.

Muchos simpatizantes republicanos se dieron cita ayer en Turón para asistir a la entrega de los galardones que cada año entrega el Foro Pozu Fortuna. La entidad convocante definió a Avelino Pérez como un «socialista irreductible y un minero honesto». José Nieto recordó que pagó con torturas y la cárcel su lucha en defensa de la democracia y las libertades. Emocionado, el que fuera secretario general de UGT en Asturias y diputado por el PSOE lamentó que le hubiera tocado «ver las atrocidades» de la guerra civil. «Decenas de miles de españoles decentes fueron encarcelados y asesinados». Junto a la fosa común del pozo Fortuna, donde no se sabe con certeza cuántos ni quienes están allí enterrados, reclamó «una solución» para quienes «permanecen ocultos en las cunetas».

Avelino Pérez alzó ayer su pesarosa voz poco días después de que el Senado aprobase de forma definitiva el Proyecto de Ley de Memoria Democrática, que refuerza el compromiso del Estado en la búsqueda de desaparecidos de la Guerra Civil y el franquismo, y abre la puerta a estudiar posibles vulneraciones de derechos humanos entre 1978 y finales de 1983. «Hay que conseguir rehabilitar a muchas víctimas inocentes», recalcó el premiado, que ya ha cumplido los 90 años.

La Federación de Memoria Histórica de Murcia también fue agasajada. La entidad ha dado forma al primer catálogo de fosas de víctimas de la represión franquista en esta región levantina. «Investigar crímenes no puede ser considerado un acto de venganza ni de revancha. No hay venganza alguna en querer aplicar la justicia y el estado de derecho», apuntilló José Nieto.

Estímulo

Paqui Ureña y Joaquín López fueron los representantes de la plataforma murciana que ayer estuvieron en Mieres. «Este reconocimiento supone un acicate a nuestra trayectoria y nos estimula a seguir trabajando», señaló Ureña. Joaquín López, por su parte, repasó las numerosas referencias al franquismo que aún se proyectan en espacios públicos de la región de Murcia. Sobre un escenario adornado con dos grandes banderas de la Segunda República, Joaquín López lanzó un sentido lamento: «En Murcia, hoy en día, aún es impensable poder hacer presente una bandera republicana en un acto institucional».

El encuentro estuvo ayer presidido por el alcalde de Mieres, Aníbal Vázquez, y por el concejal de Memoria Histórica, Sergio Gutiérrez. Ambos tuvieron palabras cariñosas para José María Prieto, conocidos por todos como Chemari. Fallecido hace poco menos de un año, fue un de los referentes del Foro Pozo Fortuna, llegando a presidir la asociación. «Fue una de esas personas con las que puedes contar para todo, además de ser un gran amigo en lo personal», destacó Aníbal Vázquez. «Chemari jugó un papel muy destacado al frente de esta asociación en los últimos años, a la que dedicó mucho tiempo, esfuerzo e ilusión», apuntó José Nieto en nombre del colectivo. «Sabía la importancia de reivindicar la historia de las personas que lucharon por la democracia y las libertades en este país y actuó en consecuencia».

Con la mañana tocando ya a su fin y con un leve orbayu humedeciendo los castañales de la zona alta de Turón, llegó el momento de despedir el acto. Se arrojaron rosas rojas a la caña del pozo. Hubo lágrimas y abrazos. Luego se guardó un minuto de silencio en recuerdo de José María Prieto, llenando de quietud todo el valle. La banda de Música de Mieres y el Coro Minero de Turón dieron armonía al cierre del emotivo encuentro.

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