La actividad nunca cesa en el área de Servicios Sociales del Ayuntamiento de Langreo y las últimas semanas del año siempre suponen un pico de trabajo. Es una época en la que se tramitan muchas ayudas y en la que alcanzan su máximo desarrollo muchas de las actividades que se organizan al servicio de la ciudadanía.

–¿Qué puede encontrar un vecino o vecina que acuda a las oficinas de los Servicios Sociales en Sama?

–Una cosa que me gustaría hacer es desmontar esa imagen que tienen los Servicios Sociales, que es un poco peyorativa tanto para su trabajo como para sus usuarios. Aquí atendemos las emergencias sociales, claro que sí, prestamos ayuda a las personas que se hallan en situaciones extremas y que necesitan que alguien les eche una mano de manera inmediata para hacerles frente. Pero solo es una parte del trabajo y no es ni mucho menos todo lo que se hace en la casa. Las trabajadoras sociales gestionan todo tipo de ayudas, no solo de emergencia, y de programas dirigidos a todo tipo de colectivos que tienen que ver con la educación, la cultura y el ocio saludable. Podemos poner a disposición de la ciudadanía muchos recursos que van más allá del salario social y las ayudas de emergencia y nadie debería perderlos por pensar que recurrir a nosotros va asociado a situaciones que pueden causar vergüenza. Hay que superar esa forma de pensar.

–¿Qué convocatorias hay abiertas en este momento?

–En noviembre se paga el IBI y es la época en la que sacamos el IBI social, que es una ayuda abierta a muchas personas y permite cubrir hasta el 100% del recibo de la contribución. Las ayudas contra la pobreza energética, abiertas también a muchos hogares y no solo a los más vulnerables están abiertas todo el año. Pero diciembre es la mejor época para pedirlas porque permite incluir los recibos de todo el año. El Ayuntamiento concede ayudas que, cuando llegan a su máximo, permiten recibir 350 euros para abordar pagos de luz y gas o de cualquier otro tipo de consumo relacionado con la energía.

–Su concejalía se ocupa también de los programas dirigidos a las personas mayores.

–Sí, y estas son otras de las iniciativas de las que pueden beneficiarse personas con independencia de su situación económica. Porque tenemos en marcha la balneoterapia en la piscina del Sanatorio Adaro, con 10 sesiones para cada persona participante. Y los cursos de alfabetización digital y la gerontogimnasia del Programa de Vida Activa y Saludable. Estas dos actividades se imparten en los centros sociales municipales. Mis competencias incluyen no solo los Servicios Sociales, sino también la Participación Ciudadana, y desde esa perspectiva doble este equipo de gobierno quiere potenciar los centros sociales para que sean verdaderos puntos de dinamización de la vida vecinal en los pueblos del concejo. No se trata únicamente de que haya un bar, sino de que sean puntos de encuentro para los vecinos de diversos grupos de edad y que ofrezcan actividades saludables, formativas o de ocio. Son espacios muy importantes a los que queremos sacar el máximo rendimiento.

–¿Pero insistirán en acciones específicas para las personas mayores?

–Por supuesto. Estamos completando todos los pasos necesarios para que Langreo ingrese en la Red de Ciudades Amigables con las Personas Mayores, que es una iniciativa promovida por la Organización Mundial de la Salud para dar respuesta a las demandas y necesidades de ese sector de nuestros vecinos y vecinas. Es una iniciativa que va mucho más allá de los Servicios Sociales y exige pensar en el urbanismo o en la prestación de servicios. Pero, por supuesto, la plantilla de los Servicios Sociales va a seguir ahí para ayudarles en necesidades concretas e importantes, como valoraciones del grado de dependencia, solicitudes del grado de discapacidad, envío de ayuda a domicilio o acceso a programas de teleasistencia. La demografía de Langreo es la que es. Tenemos una población que envejece. Las personas mayores de 65 años serán más en los próximos años, es un colectivo que va a crecer y tenemos que estar preparados para atenderlo en todo lo que necesiten.

–¿Qué hay de las familias jóvenes y con necesidades?

–Los Servicios Sociales de Langreo nunca dejan a nadie tirado. Nunca recibimos a menos de un centenar de usuarios al día y se valoran las necesidades de todos. Ayudamos a tramitar el salario social, tenemos nuestra propia línea de ayudas contra la pobreza infantil y, para lo más urgente, ayudas de emergencia que se conceden casi de inmediato en situaciones apremiantes. Siempre pensamos mucho en proteger a los menores. Hemos adelantado las convocatorias de las becas de comedor escolar y compra de libros y material. Se convocan a finales de cada curso para que las familias beneficiarias puedan percibirlas cuando empieza el siguiente y llega la época de los grandes desembolsos. El Ayuntamiento, además, colabora con el colectivo Les Filanderes en un programa de recogida e intercambio de libros de texto. Y hemos empezado a preocuparnos por la conciliación y a organizar campamentos, destinados a familias que ya son usuarias de los Servicios Sociales, durante las vacaciones y los periodos no lectivos del calendario escolar. Esos menores merecen acceso al ocio y no descuidar su aprendizaje académico y lo hacemos con plena convicción. Estos campamentos no vienen a sustituir, sino a complementar y a convivir con los que organiza la Concejalía de Igualdad