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A juicio el repartidor que atropelló mortalmente al guardia civil mierense Tono Ambrosio: afronta quince meses de cárcel

La Fiscalía considera al conductor, que arrolló al agente en un control en la Autovía Minera, responsable de un delito de homicidio por imprudencia

El lugar del accidente. ANGEL GONZALEZ

La Fiscalía del Principado de Asturias solicita una pena de un año y tres meses de cárcel para el repartidor que en febrero de 2021 causó la muerte del guardia civil mierense Ángel Antonio (Tono) Ambrosio al atropellarlo con su furgoneta en un control a la salida de un túnel en la Autovía Minera. En el accidente resultaron heridos otros dos agentes y el conductor de un coche que estaba detenido en el dispositivo de vigilancia, contra el que se estrelló el acusado. La vista oral está señalada para este martes.

El Ministerio Fiscal considera al conductor responsable de un delito de homicidio por imprudencia. La acusación pública sostiene que el acusado, de 50 años y que trabajaba en aquella fecha como repartidor de paquetería para una empresa dedicada a la venta de complementos médicos metálicos, inició un viaje en Gijón para llevar mercancía a Madrid. Al llegar a la Autovía Minera, sobre las seis y cuarto de la tarde, atravesó un túnel, momento en el que comenzó a buscar una emisora de radio. Al no tratarse del vehículo que conducía habitualmente, invirtió más tiempo del acostumbrado en encontrar el dial que quería, instante en el que apartó la vista de la carretera, “sin prestar la atención mínima imprescindible para la conducción”. Por ello, no se percató con la debida antelación de que, a la salida de ese túnel, había establecido un control de la Guardia Civil, perfectamente señalizado.

Ángel Antonio Ambrosio, jugando con un perro. Saúl Bardío

Los agentes habían colocado señales verticales sucesivas de limitación de velocidad a 80, 60 y 40 kilómetros por hora, respectivamente, una señal vertical de “control de la Guardia Civil” y de estrechamiento de la calzada y habían instalado conos que vedaban provisionalmente para la circulación el carril izquierdo de los dos que había para el mismo sentido. También se colocó señal de balizamiento indicando la obligación de tomar el carril derecho. En el momento en el que salió del túnel la furgoneta conducida por el acusado, los agentes se encontraban junto a otro turismo, al que habían detenido en el control. 

Falta de atención

Siempre según Fiscalía, al salir del túnel, el acusado, “por no estar atento a la conducción”, no vio el control con la suficiente antelación como para frenar y aminorar la velocidad para evitar estrellarse contra los vehículos que estaban detenidos y realizó “una maniobra de evitación, desviándose por el arcén derecho de la calzada”. No obstante, en el arcén se encontraba el agente fallecido, el cual, ante el impacto de la furgoneta, que en ese momento rodaba una velocidad estimada de 85 kilómetros por hora, salió despedido por el aire, para luego caer sobre el parabrisas del propio vehículo y terminar atrapado en sus bajos. Tras arrollar a este guardia civil, el vehículo que conducía el acusado colisionó con un todoterreno oficial, que con la violencia del impacto giró en su posición 180 grados, alcanzando a su vez a un segundo agente, que salió proyectado hacia el arcén izquierdo de la vía. 

La furgoneta siguió avanzando por la inercia de la velocidad que llevaba y atropelló a un tercer agente, para finalmente impactar contra el turismo que había sido parado por los guardias civiles en el control y cuyo conductor se hallaba en su interior. 

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