Los colectivos de discapacidad pedirán explicaciones al Gobierno por la baja actividad del centro neurológico de Langreo

La Confederación Española de Personas con Discapacidad Física y Orgánica de Asturias (Cocemfe-Asturias) ha solicitado una reunión con Delia Losa, delegada del Gobierno en Asturias, para conocer "qué piensa hacer el Imserso" con el  centro de referencia para personas con discapacidades neurológicas (Credine) de Barros, que se puso en marcha en mayo tras diez años de espera. Lo hizo muy por debajo se su capacidad, solo funcionando como centro de día, ya que los otros dos ejes incluidos originalmente en el proyecto –el bloque residencial y la parte dedicada a la investigación– siguen sin fecha de puesta en marcha. Actualmente solo se atiende a una decena de pacientes de los noventa previstos.

Cocemfe-Asturias, a través de su presidenta, Mónica Oviedo, ya mostró el pasado martes su "desilusión" y "cabreo" por la "infrautilización" del centro. "Se inauguró en mayo, pero para nosotros sigue sin estar abierto. Es un espejismo porque la atención que presta es testimonial. Es incomprensible que se hayan gastado tanto dinero (13 millones de euros) para ponerlo en marcha y no se utilice", señaló Oviedo, que detalló los pasos que dará la entidad para mostrar su malestar: "Hemos pedido una reunión con Delia Losa porque es el Gobierno central el que debe decir qué quiere hacer con la instalación".

Oviedo esgrimió que "hacen falta recursos para contratar profesionales y un servicio de transporte accesible y queremos saber va a haber una apuesta en esa línea el próximo año. Y también queremos conocer qué va a pasar con la residencia, la investigación y la formación a familias y cuidadores de la que se hablaba", señaló.

Tampoco descarta Cocemfe-Asturias impulsar un frente a nivel nacional para pedir que se dote de actividad al Credine. "Al fin y al cabo estamos hablando de un centro de referencia estatal y si esto sigue así algo tendrán que decir las asociaciones de personas con discapacidad a nivel estatal. Si hay que ir a Madrid, se va", indicó Mónica Oviedo.

Los enfermos tuvieron que esperar una década para ver el Credine abierto, una inauguración que no cumplió las expectativas. El centro empezó a construirse en el año 2009 e iba a llamarse centro “Stephen Hawking”. Hubo que cambiarle el nombre, pero se mantuvo el espíritu: crear un centro de referencia nacional, dependiente del Imserso y dedicado a la atención directa y especializada de personas con discapacidad neurológica. También apoyar a sus familias y cuidadores. Según los plazos iniciales de la obra, el centro tendría que estar abierto desde 2012. Tras varios problemas (entre ellos la quiebra de la constructora), retrasos y arreglos, los trabajos concluyeron en 2017. Después llegaron trámites varios como la compra del mobiliario y los equipos, y finalmente, la contratación de los trabajadores y la dirección. También fue usado para tratar a pacientes con covid durante la pandemia. En total, para su puesta en marcha se gastaron 13 millones de euros.

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