Vivir por debajo del umbral de la pobreza: un total de 3.320 familias de las Cuencas ingresan menos de 5.000 euros anuales

Las entidades sociales alertan de un nuevo perfil de usuarios; trabajadores con sueldos tan precarios que tienen que recurrir a ayudas

Un reparto de comida organizado por Cruz Roja del Alto Nalón en Sotrondio.

Un reparto de comida organizado por Cruz Roja del Alto Nalón en Sotrondio. / Juan Plaza

Vivir en la pobreza. Un total de 3.320 familias de las Cuencas resisten con unos ingresos oficiales por debajo de los 5.000 euros al año, según los datos del Atlas de Distribución de Renta de los Hogares del INE (Instituto Nacional de Estadística). El umbral de la pobreza está establecido en 9.535 euros. Las entidades de ayuda social consultadas por este diario avisan del incremento de usuarios con un perfil que, hasta ahora, apenas se veía: familias con personas en el mercado laboral, pero con sueldos tan precarios que siguen al filo de la escasez. Tanto la inflación como el alto precio de combustible y suministros, no ayudan a mejorar este balance. Los municipios más poblados de las Cuencas están por encima de la media regional (un 6%) de familias con muy bajos ingresos anuales.

Los datos que se desgranan a continuación son los porcentajes de población recogidos por el INE. Se detallan en base a la media de personas por unidad familiar en cada concejo de las comarcas mineras, también reflejada en el Atlas de Renta de los Hogares. Langreo es el municipio con más familias en el umbral de la pobreza: 1.645 unidades familiares tienen que sobrevivir muy por debajo del IPREM (Indicador Público de Renta de Efectos Múltiples), establecido en 600 euros al mes. En Mieres, hay 1.280 familias en esta situación.

Con los porcentajes en la mano, el municipio con más familias con ingresos muy bajos es San Martín del Rey Aurelio. Un 8,80 por ciento de las unidades familiares subsisten con menos de 416 euros al mes. "Este concejo tiene una alta demanda de ayudas para todos los programas, también para los repartos de comida no perecedera", explica Sandra García, técnica de Cruz Roja en el Alto Nalón -incluye San Martín del Rey Aurelio, Laviana, Caso y Sobrescobio-. Muchas de las familias a las que ayudan son viviendas de inmigrantes. Personas que acaban de llegar a la comarca y no tienen una red de apoyo: "Para muchos es muy difícil porque ni siquiera pueden solicitar ayudas. Es vivir con cero ingresos", apunta.

En la zona urbana y también en la rural. El párroco de Campomanes, Antonio López, es el responsable de Cáritas para los valles del Huerna y Pajares. Actualmente, atienden a casi una veintena de familias: "Hablamos de casas en las que también viven niños, la situación es muy difícil. Creo que aún sufrimos las consecuencias económicas de la crisis del covid-19", subrayó el sacerdote. En Lena hay un total de 287 familias viviendo por debajo del umbral de la pobreza. En Aller son 442. Los municipios más rurales de las Cuencas tampoco se escapan a esta realidad. Si bien Morcín y Riosa rondan el cuatro por ciento de unidades familiares que ingresan menos de 5.000 euros al año, el porcentaje se incrementa en Caso y Sobrescobio: un 5,90 por ciento en el primero, un 6,20 por ciento en el segundo.

Nuevo perfil

La coordinadora de Cáritas en Mieres, Isabel Sendino, avisa de que el balance aún puede empeorar: "Por el momento no hemos percibido los efectos de la inflación ni el incremento del precio de suministros". "Creemos que empezará a notarse a partir de ahora", añadió. Lo que sí han registrado ya es el incremento de usuarios con un perfil que pocas veces habían visto antes: el de trabajadores que tienen empleos tan precarios que no pueden sobrevivir sin ayudas. "Hablamos de personas contratadas por horas, medias jornadas o empleos que están muy mal pagados y que solo se aceptan por una apremiante necesidad", destaca Sendino.

Son familias que nunca antes habían recurrido a las ayudas sociales. "Estas personas tienen que superar muchos obstáculos antes de llegar a solicitar un apoyo a Cáritas o a otra entidad o servicio", explica la coordinadora del Caudal. El primero, es que sienten pudor y tardan mucho en pedir ayuda para la familia. "Antes suelen intentar mejorar la situación. Queremos dejar claro que nuestras puertas están abiertas para todos los que lo necesiten", apunta Sendino. Lo segundo, y aún más difícil de superar, es que en muchos casos ni siquiera conocen sus derechos ni las subvenciones y apoyos que pueden recibir. "Ocurre mucho que, tras una primera entrevista, las familias que acuden por primera vez se dan cuenta de que no saben bien qué necesitan. Esto ocurre porque son personas que nunca antes habían recurrido a las ayudas sociales".

Tanto los responsables de Cáritas como los de Cruz Roja recuerdan que, actualmente, hay varias líneas de ayuda para las personas que lo necesitan. Además de los repartos de comida no perecedera, están disponibles bonos para el pago de suministros y ayudas para la vivienda. La mayoría de los casos que reciben estas entidades de ayuda social son derivados desde los ayuntamientos, que elaboran un listado de las familias que necesitan apoyo para atravesar un momento difícil. Los inmigrantes irregulares, en cambio, apenas pueden optar a ayudas oficiales. "Hay personas sufriendo mucho, viviendo con cero ingresos al mes", apunta Sandra García.

De vuelta a las cifras. El número de familias en difícil situación económica se dispara subiendo solo un poco el límite de ingresos anuales. El porcentaje más alto es, de nuevo, el de San Martín del Rey Aurelio: un 13 por ciento de unidades familiares sobreviven con menos de 7.500 euros anuales. En Mieres y Langreo son un doce por ciento los que pasan por grandes estrecheces económicas, frente al diez por ciento de Lena, Sobrescobio, Riosa y Caso. En Aller y Morcín tienen los porcentajes más bajos. Aún así, subsisten en esta delicada situación económica ocho de cada cien unidades familiares.

Suscríbete para seguir leyendo