El Afuega'l Pitu, un asunto de familia en Morcín

La Quesería Temia (Grado) triunfa en el XLI Certamen de La Foz, al que llevan acudiendo tres generaciones de queseros asturianos

El Afuega'l Pitu es un asunto de familia. Quedó claro ayer, en el XLI Certamen del Quesu Afuega'l Pitu de La Foz de Morcín. Al concurso se presentaron veinticuatro piezas de este manjar asturiano, la mayoría de queserías de la región que llevan hasta tres generaciones sin faltar a la cita. La Quesería Temia, de Grado, fue la gran triunfadora de la jornada: recogió tres de los cuatro grandes premios. Mejor "Atroncau Blancu", mejor "Atroncau Roxu" y mejor "Roxu de Trapu". La Quesería Tierra de Tineo se llevó el mejor "Blancu de Trapu".

"Llevamos viniendo más de cuarenta años, es un negocio familiar. Primero venían los abuelos, luego los padres, ahora venimos nosotras y nuestros hijos ya están aprendiendo para coger el relevo", afirmó una sonriente Verónica Álvarez. Es una de las responsables de Quesería Temia, viuda del productor principal. El de la Quesería Temia fue uno de los puestos con más trajín en la jornada de ayer. "Estamos muy contentas con los premios", ha afirmado. No en vano, recogieron tres de los cuatro galardones.

¿El secreto para un queso vencedor? Verónica Álvarez lo desvela sin problema: "Materia prima buena, de ganaderías excepcionales con buenos pastos; también mucho amor por lo rural y la tradición". Corren tiempos difíciles, subida de precios en suministros y materia prima mediante. "Sobrevivimos gracias a los consumidores que apuestan por los productos artesanos y naturales en tiempos industrializados". "Hacen todo lo posible porque sigamos adelante", ha añadido, visiblemente emocionada.

Luis López estaba al frente del puesto de la otra vencedora de la jornada, la Quesería Tierra de Tineo. Afirma que lo mejor de su producto es "la leche, de una calidad excepcional". La materia prima para un buen Afuega'l Pitu tiene que tener "una buena grasa y una buena proteína". "Tiene que ser balanceada, para que sepa bien", ha añadido. Y no menos importante, "mucho mimo y mucho cariño durante la elaboración".

Los padres de Ana García Martínez, de Quesería La Borbolla, empezaron a acudir al certamen de Morcín. Ahora, ella mantiene la tradición: "Un buen queso tiene que tener mucha paciencia". Curación lenta y atenta para darle "el punto". Cristina González, de Quesería Rebollín, tampoco se ha perdido ni uno de los certámenes. Dependiente de una cooperativa, destaca del queso Afuega'l Pitu su versatilidad en la cocina.

Sobre ese buen sabor en los fogones habló la pregonera de este año; Amada Álvarez, presidenta del Club de Guisanderas de Asturias. "Es un queso agradecido en la cocina. Desde hacer una buena cuajada, añadiéndole leche y un poco de nata, con nueces y miel. Se puede hacer también tarta o salsinas para cualquier carne o pescado". Recordó, en su intervención, que el queso "quitó mucha fame en los tiempos más difícil" y agradeció "la labor de los que han hecho que hoy estemos aquí. De todos los que han trabajado en la promoción de este queso y de otros manjares asturianos".

Distinciones

Como José Antonio Campoviejo, cocinero del restaurante El Corral del Indianu (Arriondas), al que la organización -a cargo de la Hermandad de la Probe- concedió el "Queseru Mayor de Asturias" por su "amor a los quesos". "Si estuviera en una isla desierta, sin lugar a dudas, me llevaría un queso", ha afirmado durante su intervención. El "Afuega'l Pitu de Oro" fue para Lluis Nel Estrada, cocinero y consultor y especialista de marketing asturiano. "Queda mucho por hacer, animo a todos a 'puxar' por lo nuestro", ha señalado.

La carpa estaba llena y hubo suficientes manos para entregar todos los galardones. Acudieron el Consejero de Medio Rural y Cohesión Territorial, Alejandro Calvo, la directora general de Desarrollo Rural y Agroalimentación, Begoña López, el alcalde de Morcín, Mino García y la presidenta de la Hermandad de La Probe, Nuria Ruiz. También Pepe Sariego, miembro de la citada entidad; y presentó el acto Fernando Delgado. Uno de los momentos más emotivos fue la recogida del "Nabo de Plata", que recayó en Pedro Mallada. Con 96 velas sopladas, es un fiel defensor de la tradición gastronómica del municipio. No intervino, pero su sonrisa lo decía todo.

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