El restaurado paso medieval de Puente d’Arcu quedará cerrado a los coches que no sean del pueblo

El gobierno lavianés defiende la reforma ante la oposición, asociaciones y expertos, tras las críticas recibidas | Las obras, casi concluidas

Trabajos en el paso de Puente d’Arcu, en Laviana. | L. M. D.

Trabajos en el paso de Puente d’Arcu, en Laviana. | L. M. D. / L. M. D.

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Pola de Laviana

El gobierno local de Laviana, acompañado de técnicos del Principado y de la Universidad de Oviedo, defendió esta semana, ante grupos políticos municipales y las asociaciones culturales, la obra de restauración del paso medieval de Puente d’Arcu, uno de los principales emblemas del concejo. Es una actuación que había sido criticada por vecinos y partidos de la oposición al considerar que no se conservaban algunos elementos patrimoniales. Durante el encuentro, trascendió que el puente pasará a ser de uso peatonal, como norma general, quedando cerrado para los coches, salvo para los de los vecinos de la localidad. Hasta ahora, el tramo formaba parte de la red de carreteras. Las obras, se explicó también, están además a punto de terminarse.

Asistentes al encuentro celebrado en el Ayuntamiento de Laviana.

Asistentes al encuentro celebrado en el Ayuntamiento de Laviana. / L. M. D.

En la reunión participaron Julio García, alcalde lavianés; Pablo León, director general de Cultura y Patrimonio; Elías Carrocera, arqueólogo de la Universidad de Oviedo, y Andrea Álvarez, arquitecta responsable del área de Restauración en el Principado. Estuvieron invitados concejales del gobierno local, los portavoces de todos los grupos municipales, representantes de la Asociación Cultural y Gastronómica La Pegarata, del Grupo de Investigación Histórica Los Bribones y los historiadores lavianeses Rosa Álvarez y Luis Benito García.

El doctor en Arqueología Elías Carrocera, encargado de hacer el estudio histórico del puente, relató que, si bien es medieval, tuvo que ser reconstruido a principios del siglo XIX "debido a diferentes incidentes provocados por la fuerza del río Nalón". Así, en la restauración "nos encontramos con un elemento arquitectónico, del siglo XIX, muy deteriorado por las distintas modificaciones que sufrió, como la introducción de traídas de agua, una ventosa, el uso de los primeros automóviles que además no podían subir esas pendientes, por lo que los vecinos de las casas de la zona rellenaron ese lomo de burro para solventar las incidencias del tráfico rodado que pasaba por el puente y que continúa formando parte de la red de carreteras del Principado de Asturias".

Una vez culminen las obras, el Ayuntamiento espera asumir la titularidad del puente y de la travesía del pueblo. Según el gobierno local, "lo más lógico para su preservación es que su uso sea peatonal y que el tráfico rodado quede restringido a los vecinos del pueblo".

La obra, añadió Carrocera, ha sido compleja, ya que el puente estaba en muy malas condiciones. Ahora se ha estabilizado y ganado en seguridad. El arqueólogo subrayó que del suelo del siglo XIX apenas quedan rastros por "las obras que se realizaron para meter tuberías". Este es uno de los puntos más criticados de la obra, el "hormigonado" del suelo. El piso antiguo que quedaba "se ha preservado, y el nuevo simulará un acabado romano".

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