Las Cuencas perdieron la mitad de sus ganaderías de vacas desde principios de siglo: "No tiene cuenta ni cebar un xatu"

"Es insostenible", claman los ganaderos ante la subida de los piensos, el bajo precio de la carne y la política del lobo

Vacas en un mercado ganadero de Lena.

Vacas en un mercado ganadero de Lena. / SILVEIRA

"Es que no tiene ya cuenta ni cebar un xatu". Los ganaderos de las Cuencas va camino de estar en peligro de extinción: en lo que va de siglo, según los datos de la  Sociedad Asturiana de Estudios Económicos e Industriales (SADEI), las explotaciones de vacas se han reducido a la mitad (de 4.955 a 2.705 explotaciones). Los responsables del sector consultados por este diario afirman que, detrás de estas cifras, están años de caída libre. "La subida de los piensos, el bajo precio de la carne y la política del lobo han hecho nuestro medio de vida insostenible", señalaron. También apuntan al final de la minería ya que, durante décadas, la ganadería fue parte de una economía mixta con el carbón en el motor.

Los queseros asturianos de Afuega'l Pitu afirmaron el domingo, en el Certamen de La Foz de Morcín, que uno de los problemas que encaran es la falta de ganaderías de leche. "Terminará por escasear la materia prima", aseveraron. Si bien en las Cuencas la mayoría de las explotaciones son de carne, la merma de producciones es más que evidente.

Por concejos, la caída en los municipios más poblados ha sido estrepitosa. En Langreo, de 435 a 212; en Mieres, de 731 a 358 ganaderías. En Lena pasaron de 677 a 407 ganaderías; y, en Aller, de 903 a 535. Y una caída más suave en Laviana: de 758 a 451 productores. Caso, concejo tradicionalmente ganadero, también aguanta mejor: de 274 a 156. En Sobrescobio llegan ahora a 39 ganaderías, frente a las 83 que había registradas al inicio del siglo. Morcín y Riosa suman unas trescientas explotaciones, cerca de la mitad que en el año 2000.

"El alto precio de los piensos, y ahora también de la electricidad, no hace rentable ni criar un xatu para venderlo", afirmó Chus García, presidente de la Asociación de ganaderos afectados por el llobu (Agall) en la comarca del Caudal. La política de gestión de los cánidos, y de la fauna salvaje en general, tampoco ayuda: "Muchos han abandonado por las pérdidas que ocasionan los lobos. No es de recibo que estemos más de un año esperando por el pago de daños, y que las poblaciones sigan sin controlarse como es debido", apuntó ayer el productor.

Chus García afirmó que las ganaderías de cabras y ovejas están próximas a desaparecer: "La cría de animales pequeños ya no tiene cuenta en las Cuencas. Están asediados por los lobos", aseguró. En este punto, los datos no le dan la razón. Según el SADEI, las ganaderías de ovino en las Cuencas han caído en un 30 por ciento. De 1.821 a 1.266. Las de caprino se mantienen prácticamente estables, solo se han reducido en un 10 por ciento (de 488 a 434).

Reses

Los ganaderos llevan años alertando también de que la producción tiene que profesionalizarse cada día más para que el sector pueda salir adelante. "Cada día hay que tener más vacas para poder salir adelante", destacó García. Según los datos del SADEI, efectivamente, la caída en el número de cabezas de ganado está lejos de la reducción de las explotaciones. En la fecha de elaboración del último informe (2020), había censadas 39.005 vacas en las comarcas del Nalón y el Caudal. A principios de siglo, eran 44.178 (solo un 10% más).

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