Entrevista | Ana Lobeto Historiadora. Autora del libro correspondiente a Caso de la colección "Asturias concejo a concejo" del RIDEA

"Los casinos somos prudentes, precavidos y poco arriesgados"

"Si no fuésemos Parque Natural, el siglo XXI nos habría devorado"

Ana Lobeto, con su libro

Ana Lobeto, con su libro / FERNANDO RODRIGUEZ

David Orihuela

David Orihuela

Ana Lobeto Álvarez es doctora en Historia por la Universidad de Oviedo, profesora de Geografía e Historia en el IES Juan José Calvo Miguel de Sotrondio, en San Martín del Rey Aurelio. Durante casi 14 años estuvo al frente de la biblioteca municipal de Caso, concejo en el que se crio. Una parte de su actividad profesional y académica la mantiene ligada a la investigación y difusión de la cultura del concejo. Acaba de publicar el volumen correspondiente a su municipio dentro de la serie «Asturias concejo a concejo», editada por el Real Instituto de Estudios Asturianos (RIDEA). La autora presentará el libro este sábado a las cinco y media de la tarde en el Hotel Reciegos, en Campo de Caso. 

–La obra analiza datos estadísticos, geografía, historia, patrimonio, tradiciones locales y plantea tres rutas turísticas. Resuma cada uno de estos aspectos. 

–En el capítulo de «Datos estadísticos» se exponen las cifras. En el caso de las de población, es la parte más dura del libro, pues nos enfrenta a la realidad de la debacle demográfica en la que nos encontramos. La Geografía estudia el medio físico, caracterizado por una orografía montañosa y unas condiciones climatológicas complicadas, cuyos efectos se siguen padeciendo hoy. El clima complica la vida, pero también produce una gran riqueza forestal, en la que predomina la faya, y siguen los carbayos, fresnos… En el capítulo de Historia se describe la evolución del concejo desde los tiempos prehistóricos, partiendo de la Carta Arqueológica de Caso hasta el presente. Un campo apasionante a estudiar son los documentos medievales, que relacionan a nuestro concejo con señoríos monásticos como los de Santa María de la Vega en Oviedo, San Bartolomé de Nava, la Catedral de Oviedo, Santa María de Eslonza en León. Como en el caso de otros concejos, nuestra historia reproduce la historia de Asturias a pequeña escala: los itinerarios medievales que son reflejo de la importancia de las rutas a pie, la presencia de Caso en la Junta General del Principado durante la Edad Moderna, las historias de hidalgos, la emigración y las guerras, hasta llegar a los cambios del último cuarto del siglo XX y el Caso del siglo XXI. Son todos ellos campos que aún necesitan un estudio en profundidad. Por ejemplo, en el capítulo dedicado al Patrimonio se hace una relación de las construcciones de carácter civil y religioso que se han conservado, que necesitan de la protección de la Administración. Solo voy a mencionar como ejemplo a las iglesias de Caleao y Tanes, y también al puente romano del Campu. Otra de las riquezas del concejo de Caso es la etnografía, que en este libro aparece reflejada como «Tradiciones locales». Estamos además en un momento crucial, pues la evolución cultural y de las mentalidades nos hace perder ese acervo cultural que fue heredado generación tras generación: la forma de celebrar las fiestas, la indumentaria tradicional, la manera de vivir en los pueblos y en las mayadas. Para hacer nuestro trabajo hemos consultado –entre otras– obras publicadas en los años cuarenta y cincuenta del siglo XX, que reflejan un mundo absolutamente distinto al nuestro, y aún no ha transcurrido un siglo.

–¿Y esos itinerarios turísticos?

–Son muy sencillos e invitan a pasear por un entorno muy agradable. Están el camino que lleva desde Tanes hasta la iglesia de Santa María la Real, la ruta del Camín Real entre Belerda y el Campu y un paseo por la capital del concejo, donde conviven casas sencillas y otras construidas en el boom de los setenta, con preciosas edificaciones de estilo indiano.

–Entre las tradiciones está la ganadería de vaca casina y el queso casín, ¿tienen futuro?

–Las actividades económicas tradicionales han estado siempre vinculadas a la ganadería de vaca casina y como complemento, al quesu casín. La ganadería se mantiene a duras penas, con mucho esfuerzo y sacrificio por parte de los ganaderos y en cuanto al queso casín, tiene en la actualidad un gran reconocimiento. Nuestra obligación es que tengan futuro, pues si desaparecen estas actividades, se pierde el elemento principal de nuestra identidad cultural. Son las profesiones ligadas al campo y las personas que las practican, las que definen la esencia del concejo. Ese es el gran reto que tenemos por delante y de cuya solución depende el futuro. 

–¿Qué significa para Caso ser concejo de montaña? 

–La montaña, nuestros paisajes, la riqueza natural también definen nuestro carácter, ha determinado una especial forma de ser de los casinos. Yo escribo que somos prudentes, precavidos, poco arriesgados. Nuestros antepasados han trabajado incansablemente roturando, ganando tierra al monte, obteniendo cultivos de una tierra sometida a bajas temperaturas, con pocos valles. Ha sido y sigue siendo muy difícil, eso explica nuestro carácter. El argayu del año 2017 nos recordó la realidad: tenemos una carretera estupenda, pero la naturaleza sigue marcando su tiempo y su ritmo. La montaña determina nuestra ganadería, el tipo de leche, el queso… también el carácter y la idiosincrasia de los casinos. 

–¿Y qué supone ser tierra fronteriza?

–El alejamiento geográfico o administrativo se ha ido reduciendo, lógicamente, y hoy el concepto ha evolucionado, gracias a la globalización, la mejora de las infraestructuras, el contacto habitual con los visitantes. En muchas ocasiones nos quejamos de que en las oficinas no conocen nuestra realidad, y hay razón en ello. Pienso que el concepto de «tierra fronteriza» va mucho más allá de la cuesta del pantano: también se refiere a la cultura, que cuanto más permeable más frágil y vulnerable se vuelve. Este es un tema interesante sobre el que nos convendría reflexionar. Por ejemplo, me preocupa la imagen que transmiten las redes sociales, al banalizar y frivolizar sobre aspectos de nuestra cultura tradicional. 

–Caso preserva aún la esencia de lo rural. ¿Es conveniente que se desarrolle todo su potencial turístico, hasta qué punto?

–Los límites a la explotación turística están claramente descritos en la ley que regula el Parque Natural de Redes: siempre debe ser planteada como complemento y nunca como objetivo ni actividad principales. Sin duda somos un paraíso para los turistas, pero es importante que definamos nuestro producto y nos mantengamos fieles a esa definición: ¿ofrecemos paisajes, rutas, calma, tranquilidad y buena gastronomía? Pues evitemos lo que no suma a ese producto: eventos ruidosos, cabañas convertidas en alojamientos, publicidad de negocios que contradicen estos principios y las leyes del parque. La actividad turística es una actividad ideal para el concejo si se practica con control y respeto a las leyes. En caso contrario puede ser nuestro suicidio.

El concejo está en el Parque Natural de Redes, ¿para bien y para mal?

–Mi lectura es positiva. Estamos integrados en una estructura normativa que limita nuestras actividades con la intención de protegerlas. Sé que la teoría se aleja de la realidad y que esta es muy difícil, pero el mundo globalizado del siglo XXI es tremendamente cruento y agresivo, nos hubiera devorado. Tendemos a idealizar el pasado y sin embargo, ¡cuánto hemos mejorado en calidad de vida! No hay más que ver las viviendas, las carreteras y las infraestructuras. 

–¿Por donde pasa el futuro de Caso?

–Todos sabemos que el futuro depende de la población. En el libro explicamos la terrible sangría poblacional que hubo a lo largo del siglo XX, y quiero creer que estamos llegando a un punto de inflexión. La escuela se conserva y esa es la mejor señal, también que se mantenga las vocación ganadera entre los jóvenes. Sé que se hace un gran esfuerzo por abrir carreteras cuando nieva, luchar contra los argayos, que los coches lleguen a las puertas de cada casa del concejo. Pero con esto no basta. Además de carreteras y buena conexión a Internet es necesaria una política cultural. En el concejo tenemos una biblioteca que fue referencia en Asturias y hoy está cerrada, negando a los casinos el uso de un patrimonio que les pertenece. El futuro necesita de mucha mayor voluntad política en el marco de la cultura, una aclaración respecto al producto turístico que se quiere ofrecer y, sobre todo, mayor cohesión vecinal. 

Suscríbete para seguir leyendo