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En agosto de 2012 el atleta lavianés Héctor Moro subió hasta la fuente de La Nalona, a 1.433 metros de altitud y a poca distancia del Puerto de Tarna, para depositar en el entorno parte de las cenizas de su padre, que había fallecido de cáncer. Aquel día Héctor bajó corriendo hasta su casa, en Pola de Laviana, a unos 45 kilómetros de distancia. Hoy sábado, día mundial contra el cáncer, vuelve a tener en mente a su padre, pero también a otros allegados que han fallecido por la misma causa y a todos los que sufren la enfermedad. Remontó todo el valle del Nalón, partiendo desde Frieres, hasta el puerto de Tarna. 70 kilómetros recorridos en poco más de seis horas, para recaudar fondos para el Instituto Universitario Oncológico de Asturias (IUOPA). Todo un reto, de nuevo conseguido.
En agosto de 2012 el atleta lavianés Héctor Moro subió hasta la fuente de La Nalona, a 1.433 metros de altitud y a poca distancia del Puerto de Tarna, para depositar en el entorno parte de las cenizas de su padre, que había fallecido de cáncer. Aquel día Héctor bajó corriendo hasta su casa, en Pola de Laviana, a unos 45 kilómetros de distancia. Hoy sábado, día mundial contra el cáncer, vuelve a tener en mente a su padre, pero también a otros allegados que han fallecido por la misma causa y a todos los que sufren la enfermedad. Remontó todo el valle del Nalón, partiendo desde Frieres, hasta el puerto de Tarna. 70 kilómetros recorridos en poco más de seis horas, para recaudar fondos para el Instituto Universitario Oncológico de Asturias (IUOPA). Todo un reto, de nuevo conseguido.
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