de lo nuestro Historias Heterodoxas

Gérard Alaux, nuestro amigo francés

La propuesta para volver a unir las ciudades de Mieres, Wolverhampton y Mazamet, vinculadas históricamente por la revolución industrial

El historiador francés, visto por Alfonso Zapico.

El historiador francés, visto por Alfonso Zapico. / Alfonso Zapico

Ernesto Burgos

Ernesto Burgos

Juan Carlos García Palacio es autor de varias biografías de personajes mierenses, que hasta el momento no han sido publicadas, pero sí se han distribuido en una edición artesanal entre un pequeño grupo de afortunados y también pueden consultarse libremente en varias bibliotecas públicas.

Gérard Alaux, nuestro amigo francés

Gérard Alaux, nuestro amigo francés / Ernesto BURGOS

Entre ellas figura una magnífica crónica sobre Numa Guilhou, a partir de la cual se ha derivado una propuesta que se hizo pública el pasado 23 de diciembre en este mismo diario. Juan Carlos planteó en un artículo bien razonado los beneficios que podría traer para Mieres el contacto con las ciudades de Wolverhampton (en Inglaterra) y Mazamet (en Francia), donde tuvieron su cuna respectivamente John Manby y el propio Numa, dos industriales del siglo XIX que fueron fundamentales para el desarrollo industrial de esta villa.

John Manby fue el verdadero pionero de los cambios que iba a experimentar la Cuenca del Caudal al fundar en 1844 la legendaria "Asturian Mining Company", aunque las dificultades económicas convirtieron a aquella empresa en un intento fallido y tuvo que abandonar su proyecto pocos años más tarde. Numa Guilhou recogió la antorcha del inglés para crear en 1870 una sociedad, que primero llevó su nombre y a partir de 1879 pasó a ser Fábrica de Mieres. Falleció en El Padrún en 1890 y está enterrado en el cementerio protestante, que es el único vestigio material de la enorme industria que durante un siglo dio riqueza a esta villa.

El proyecto de Juan Carlos se basa por un lado en recordar a estos dos personajes y por otro en relacionar a tres lugares que, de una u otra forma, están unidos por la misma historia: Mieres, Wolverhampton y Mazamet. Para ello, después de presentar su idea en nuestro Ayuntamiento, este enero lo ha expuesto en varios grupos de Facebook donde los vecinos de estas ciudades comparten sus inquietudes.

En el caso de la ciudad inglesa, la respuesta ha llegado de la mano de Penny Smith, quien nos ha hecho llegar una fotocopia de la partida de bautismo de Jhon Richard Manby, hijo de Aaron y de Sarah Ann, el 17 de octubre de 1813 en la iglesia de San Pedro de Wolverhampton. Aunque la sorpresa más agradable ha venido de Mazamet, donde un ciudadano llamado Gérard Alaux ha acogido con interés este proyecto y desde hace semanas mantiene una correspondencia regular tanto con Juan Carlos como con quien firma estas historias.

Gérard es originario de Mazamet, cursó estudios secundarios en el Collège Barral de Castres, una ciudad próxima conocida por ser la cuna del líder socialista Jean Jaurès y que cuenta con un museo en honor de Francisco de Goya. Luego inició una carrera profesional que le llevó al Ministerio de Cultura, donde fue director de Patrimonio del Centro Nacional de la Cinematografía (CNC) y director de la Escuela Nacional de Cine (La Fémis) y por último se hizo cargo durante trece años de la Fundación Nacional de Artes Gráficas y Plásticas (llamada actualmente Fundación de Artistas) bajo la presidencia de Éric de Rothschild.

Actualmente vive en París, aunque nunca ha abandonado su pasión por la historia, el patrimonio y la gastronomía de su departamento natal. En los últimos días nos ha proporcionado fotografías de los escenarios parisinos relacionados con Numa (el edificio en el que estaba su banco en la rue de Provence y la casa que habitó en la rue Balnche) y ha buceado en los archivos de Mazamet para enviarnos una colección de documentos que constituyen una absoluta novedad para quienes estudiamos desde Mieres los motivos que impulsaron al empresario francés a dedicar su vida a nuestra villa.

Así ya podemos confirmar que Jeanne Marie Phanie Rives tuvó a su hijo Jean Antoine Hercule Numa Guilhou en la noche del 10 de junio de 1814 y fue su padre Jacques Guilhou (a quien en Mieres hemos conocido como Santiago) quien lo inscribió al día siguiente en el registro acompañado por dos testigos. Uno fue su cuñado David Rives, y otro François Bouisset, Uno se identificó como comerciante y los otros dos como fabricantes y los tres firmaron por sí mismos, lo que indica que tenían algunos estudios. Aunque Jacques, que tenía entonces 23 años, lo hizo como Guilhou Jeune (joven), un término que repitió habitualmente en sus rúbricas y que respetaron más tarde sus hijos dando esa denominación a una de sus primeras empresas.

Siempre hemos pensado que esto se debía a un deseo de evitar la confusión con algún antepasado del mismo nombre, igual que se hace en América colocando un "junior" para distinguir a los hijos que se llaman igual que sus padres; pero ahora, gracias al trabajo de nuestro amigo Gérard que ha logrado llegar en su búsqueda de datos hasta la quinta generación anterior a Numa Guilhou, sabemos que ni sus abuelos ni sus bisabuelos se llamaban así y tenemos que remontarnos a un tatarabuelo para encontrar a otro Jacques.

De cualquier forma, queda claro que tanto la familia Guilhou como la Rives pertenecían a la pequeña burguesía local integrada por protestantes vinculados al prospero comercio lanero de Mazamet y practicaban los mismos hábitos endogámicos que también encontramos entre la pequeña nobleza y los industriales de su época.

Esto lo sabemos porque Gérard nos ha mandado las partidas de nacimiento de los dos hermanos de Numa: Jean Jacques Elisée (conocido como Louis) y Víctor Martial y varias inscripciones matrimoniales en las que encontramos que los padres de Numa, Jacques y Phanie además de esposos eran cuñados, ya que un hermano de ella se casó con una hermana de su marido.

Y todavía nos queda la confirmación de otra curiosidad que ya había apuntado Juan Carlos García Palacio en su trabajo sobre Numa Ghilhou. El fundador de Fábrica de Mieres y su esposa Anne Zélie Singuer también acabaron siendo primos, aunque no llevaban la misma sangre. Les explico este misterio: Anne pertenecía a una familia de pasteleros suizos, del cantón de los Grisons, y sus padres ya habían fallecido cuando se casó con Numa. Cuatro años después de la boda, fue adoptada por el matrimonio formado por Jean Pierre Rives y Charlotte Benoit, que eran tíos de Numa y al no tener descendencia la convirtieron en su heredera.

Volviendo a la relación que podría establecerse entre las tres villas, Wolverhampton ha superado con éxito la reconversión industrial y ahora es una ciudad grande, con una población de 260.000 habitantes y un futuro prometedor. En este momento está entre las diez economías en crecimiento más importantes del Reino Unido y cuenta con una universidad reconocida por el alto porcentaje de empleo que consiguen sus graduados.

Por otra parte, Mazamet tiene más semejanzas con Mieres. Cuenta con una población algo menor a la nuestra y su centro urbano se parece al de nuestra villa por su trazado en cuadrícula. Está emplazada en el corazón de Occitania, una zona caracterizada por el turismo cultural, con un buen conservatorio de Música y Danza y varios centros de Enseñanza Media en los que se imparte español.

Es evidente que este tipo de iniciativas particulares tienen un recorrido muy corto sino despiertan el interés institucional y de otros colectivos locales que puedan ir cultivando los lazos de cooperación entre ciudades. Nosotros podemos señalar muchos caminos, pero deben ser otros quienes los recorran. Así, los departamentos de lenguas extranjeras de nuestros centros escolares podrían plantear un intercambio de alumnos con sus equivalentes de Wolverhampton y Mazamet; también las agrupaciones musicales deberían relacionarse, por ejemplo a partir de una invitación para que ellos conociesen previamente nuestra villa, por ejemplo durante las fiestas de San Xuan.

Actividades tan diferentes como las artes plásticas, el teatro, la gastronomía o la arqueología industrial -por señalar algunas que actualmente despiertan el interés de nuestros vecinos-, se verían enriquecidas por esta reciprocidad que podría redundar en una proyección internacional de Mieres sin demasiado coste.

Hace muy poco hemos visto a la consejera de Cultura de nuestra Autonomía anunciar en Madrid que el Gobierno regional va a dedicar una más que notable cantidad económica para implementar las actividades turísticas en Asturias. Supongo que, antes de decidir con acierto el destino de estos fondos, uno de los cometidos de los expertos con que cuenta la Consejería es analizar con detalle los estudios que se encomiendan a los profesionales, pero creo que también sería bueno escuchar las propuestas que surgen desde la sociedad civil.

Por diferentes motivos, casi siempre coyunturales, Mieres está hermanada actualmente con Herstal, Karviná, San Miguel del Padrón y Amgala, lugares que son absolutamente desconocidos por la mayor parte de la ciudadanía. Evidentemente no buscamos hacer más larga esta lista, sino establecer una relación tranquila con las personas que habitan aquellos lugares que han tenido alguna relación con nuestra historia. De momento, quien sí nos ha respondido con cariño e interés desde Mazamet es Gérard Alaux, y por eso ya lo consideramos como uno de los nuestros.

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