De perro de peleas a mascota mimosa: así es el programa pionero de Langreo para que todos los canes encuentren familia

Cada animal duerme en un módulo de unos 10 metros cuadrados, en el albergue municipal, y disponen de dos hectáreas para pasear al aire libre

Paulino Fernández, Carmen Arbesú, Alejandro Álvarez y Francisco Torre, junto al mastín "Lucio". | C. M. B.

Paulino Fernández, Carmen Arbesú, Alejandro Álvarez y Francisco Torre, junto al mastín "Lucio". | C. M. B.

"Lucio" salta sobre las dos patas traseras para saludar a los visitantes. Acerca el lomo, quiere que lo acaricien. Es un mastín de pelo corto, muy grande y mimoso. "Está irreconocible", afirman los que lo vieron llegar al albergue canino de Langreo.

"Lucio" es uno de los canes que ha formado parte del plan pionero de las instalaciones para la reeducación de perros con carácter conflictivo. Los animales son apartados -que no aislados- en un módulo específico para favorecer su adiestramiento. Cuentan con habitáculos de más de diez metros cuadrados para dormir y un área de recreo con cerca de dos hectáreas. "Principalmente, recuperamos a perros que han estado en peleas o sufrido maltrato", explicó el responsable de las instalaciones, Paulino Fernández. El objetivo es que todos los animales encuentren un hogar, aunque las adopciones entre los denominados "Perros Potencialmente Peligrosos" (PPP) -para los que se creó específicamente este módulo- son muy bajas. "Si reciben una buena educación, son muy buenos".

Las visitas a las que saluda "Lucio" son la alcaldesa de Langreo, Carmen Arbesú, el concejal de Bienestar Animal, Francisco Torre y el técnico Alejandro Álvarez. Han visitado el albergue para revisar las obras de reparación de la techumbre del módulo, que sufrió daños por los fuertes vientos. Paulino Fernández explica el trabajo diario con los perros del módulo: "Estamos con ellos a diario, en líneas generales necesitamos trabajar mucho la socialización. Aunque, como pasa con los humanos, cada uno tiene una necesidad específica y hay que buscar el tratamiento que mejor se adecúe a esas necesidades".

Cuando "Lucio" llegó al albergue, tenía la testosterona muy alta. Ese problema biológico le hacía muy agresivo. "En este caso particular fue necesario castrarlo para poder reducir un poco su agresividad y así trabajar con él", señala Fernández. Luego, mucho juego, aire libre y sobre todo socialización con personas. "Ahora es un encanto, le gusta muchísimo estar con gente y también con otros perros". Junto a él está "Sam", un can con un problema totalmente distinto: "Estamos trabajando con él porque no puede estar con otros perros. En cambio, las personas le gustan muchísimo". "Sam" acerca la cabecita para que lo acaricien.

Más abandonos

Son muchos, a cada cual más guapo. También está "Paula", una pastora belga Malinois; "Penélope", con el pelo a pintas. Así, hasta treinta y uno. Los abandonos, afirma Paulino Fernández, se han incrementado durante la crisis económica. Afortunadamente, también son cada día más las familias que se deciden a adoptar. "Lo que pedimos es responsabilidad y tener cabeza", matiza el responsable de las instalaciones.

La mayoría son perros con la catalogación de PPP. Estos animales requieren de más requisitos para su adopción: "Algunos llevan más de diez años con nosotros", apunta Fernández. Como "Homer", un pit bull atigrado con ojos de buenazo: "Tiene muy buen carácter, para él esto ya es su casa". Llegó al albergue en 2012.

"Es un amor", afirma la Alcaldesa mientras lo acaricia. La máxima dirigente local afirma que "nuestro objetivo es innovar en beneficio de los animales y, por supuesto, queremos que la gestión del albergue esté enfocada a la adopción. Queremos que los perros que lo necesiten se rehabiliten, mientras estén aquí, y que encuentren una familia".

La puesta en marcha del módulo para la reeducación de perros generó cierta polémica en el municipio: "Hay a quien le parece poco y a quien le parece muchísimo lo que hacemos por los animales, las opiniones siempre son opuestas. Nosotros seguimos adelante con el proyecto, nos parece que lo normal es que tengan un lugar digno en el que estar y que se rehabilite, en medida de lo posible, a todos los perros que no tengan una conducta adecuada". "El objetivo final es que se adopten y puedan salir de aquí", reiteró la Alcaldesa.

Con responsabilidad, siempre. Las personas interesadas en adoptar un perro en Langreo, más allá de los requisitos para los catalogados como PPP, tienen que superar un test que demuestre que están preparadas para aumentar la familia. Los responsables municipales y del albergue piden "cordura" a los que decidan dar el paso: "Requieren cuidado, mimo y un cierto período de adaptación tras dejar las instalaciones del albergue".

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