La izquierda asturiana se vuelca en la despedida a Benigno González en Langreo, un "gran hombre" y un "modelo de justicia"

"Era carbón y dinamita, pura esencia del movimiento obrero", resumió José Manuel Zapico sobre el fallecido excoordinador local de IU

Fili Gil se abraza al féretro de su marido.

Fili Gil se abraza al féretro de su marido.

David Orihuela

David Orihuela

La izquierda asturiana despidió este domingo a uno de los suyos, a un hombre que hizo de la lucha obrera y vecinal, de la solidaridad y del debate político una forma de vida, Benigno González, “pura esencia del movimiento obrero”, como lo definió José Manuel Zapico, secretario general de CC OO en Asturias. Familiares, amigos, vecinos y compañeros de lucha política y sindical acudieron al tanatorio de Sama de Langreo para decir adiós a Benigno. Fue “un pequeño homenaje para un gran hombre”, en palabras de Susana de la Fuente, presidenta de la Asociación de Vecinos de Riaño, que Benino, como le conocía todo el mundo, fundó y presidió. Fue su esposa, compañera de vida y de batallas, Fili Gil, quien sugirió ese pequeño acto. Era una despedida entre amigos. Solo tres tomaron la palabra, Zapico, De la Fuente y un emocionado Jesús Sánchez, exalcalde de Langreo. Allí estaban también las exdiputadas de IU Laura González y su hija Noemí Martín; los alcaldes de Mieres y Morcín, Aníbal Vázquez y Mino García; y la portavoz del PP en el Ayuntamiento de Langreo, María Antonia García. Pero fueron muchos más, decenas, los que llenaron la sala presidida por el féretro de Mino cubierto con las banderas de CC OO y el Partido Comunista de Asturias.  

Susana de la Fuente fue la primera en tomar la palabra. De lo local a lo universal, la lucha empieza por el entorno y así recordó como Benino y Feli hicieron de Riaño lo que es hoy, “representando que los derechos no se heredan, se luchan”. El matrimonio llegó, dijo De la Fuente, “a un distrito que no era nada”. Por eso “el movimiento asociativo no hubiese sido lo mismo sin ti”, le dijo a Benino hablándole en presente, negando el olvido. “Eres la voz de una vida difícil que no se rinde, un modelo de justicia social”, dijo antes de llevarse el puño al pecho: “El corazón siempre a la izquierda, siempre”.

José Manuel Zapico empezó su intervención recordando los versos de Alberti sobre la “Huelgona” del 62. “Benigno era carbón y dinamita, un militante que se forjó en la Huelgona”. Para el líder del sindicato del que también formó parte el fallecido, “Benigno es al movimiento obrero lo que las flores a la primavera, pura esencia”.

Enseñanzas

Jesús Sánchez se mostró deudor de las enseñanzas de un político “que me enseñó que es en la calle donde se hace la buena política”. Sánchez no pudo contener las lágrimas al despedirse de un amigo, de un camarada con el que mantuvo una gran relación hasta los últimos días, cuando los dos se despidieron. Uno, muy grave y sabiendo que se moría, y el otro, con cientos de recuerdos de muchos años de compartir batallas y amistad.

Los asistentes dedicaron a Benino un prolongado aplauso y puño en alto se despidieron cantando La Internacional. Fili se abrazó entre lágrimas al féretro. Todos se fueron con la seguridad de que el hombre muere pero el legado que ha dejado permanecerá para siempre en la izquierda asturiana, era su esencia.

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