Le gustan los frixuelos, músico a los doce años y boda "por lo civil" en Gibraltar: las "confesiones" de Víctor Manuel a los escolares de Mieres

El cantautor respondió a decenas de preguntas del alumnado sobre su vida y su carrera y cantó a capela algunos de sus éxitos

El emotivo taller de música de Víctor Manuel en un colegio de Mieres

C. Basteiro/ J. Plaza

Víctor Manuel ha sido esta mañana, en el colegio Aniceto Sela de su Mieres natal, simplemente "Víctor". Más que al cantautor que llena teatros con su voz, con éxitos como "Asturias" o "Solo pienso en ti", el alumnado descubrió al hijo de un ferroviario que se fue a Madrid en busca de su sueño. Más que al artista que ha vendido cientos de miles de copias de sus trabajos, han escuchando a un vecino al que le gustan más los frixuelos que el arroz con leche; más el pote que la fabada. Ha respondido a decenas de preguntas de los escolares. Y, no podía ser de otra manera, también cantó para ellos. Cerraron el acto con un "Asturias" entonado con las doscientas once voces de los alumnos. Más una, la de Víctor Manuel.

El encuentro con Víctor Manuel forma parte de un proyecto del centro sobre la música. Y estuvo enmarcado en la programación de la II Semana Cultural. "Tuvimos la suerte de que una de las compañeras es prima de Víctor Manuel", ha explicado Maite Duarte, directora del centro. Se trata de Bárbara González San José, profe de Llingua. "Hemos estado preparándolo todo durante mucho tiempo", comentaban, algo nerviosos, los alumnos del centro. Llevaban preguntas muy buenas, algunas más personales que otras.

"¿Es verdad que te tuviste que ir a casar a Gibraltar porque aquí no te dejaban por lo civil?". Víctor Manuel no pudo evitar una sonrisa a esta pregunta de Emma Ruipérez (cuarto curso de Primaria). "Sí, es verdad", rio. Y alguna otra intimidad: "¿Cómo conociste a Ana Belén?", quiso saber José Conde. Aquí una bonita historia de amor. A él le pareció muy guapa la primera vez que la vio, en el teatro. Pero ella solo tenía dieciséis años y Víctor Manuel ya tenía veinte. El destino hizo bien su trabajo y los reunió cuatro años después: "Coincidimos en La Coruña y ya no nos separamos más".

Pero antes de ser un chaval prometedor en el mundo de la música, Víctor Manuel fue un "guaje", hijo de ferroviario. Su padre, narró en el encuentro, le dejó hacer su primer viaje en tren cuando tenía seis años: "Eran otros tiempos", matizó. Le dijo que esperara al final del recorrido, que el tren daría la vuelta y él estaría esperándolo en la estación. Palabra de un paisano de Mieres. Por supuesto, cuando el tren paró allí estaba su padre: "No, no tuve miedo porque sabía que él me esperaba", replicó a las preguntas de los chavales.

"¿Y por qué tenías tú esa pasión por la música?", se interesó Joel Peña. Víctor Manuel respondió, entre risas, que eso también se lo pregunta a veces. Ya en serio: "En mi familia no había nadie que se dedicara a la música, pero siempre me apoyaron muchísimo". Tanto, que fue su tío Kiko el que le regaló su primera guitarra. "Una guitarra que le regalarías a un chaval de doce años que aún no sabe tocar". Pero ya a esa edad empezó a componer los primeros temas.

La pregunta de cuál es la canción de su repertorio favorita se repitió unas cuantas veces. "Solo pienso en ti" fue su primera respuesta. De hecho, fue uno de los temas que cantó a capela con los chavales. También, no podía faltar, "La Romería". También se interesaron por qué canción, que no sea suya, le hubiera gustado componer: "Mediterráneo", afirmó. A la pregunta de qué echa más de menos de Asturias, aseguró que un poco la lluvia y un muchísimo a las personas. "Lo mejor de Asturias es su gente".

"Encuentro maravilloso"

Aplausos del alumnado, también del personal docente. "Es un honor tenerlo aquí, ha sido un encuentro maravilloso", señaló la directora del centro. Y eso que faltaba lo mejor: escolares y docentes se despidieron en el patio, cantando "Asturias". Víctor Manuel, emocionado sobre el escenario, les hizo un vídeo.

Ya casi al término de la jornada, uno de los alumnos se acercó a Víctor Manuel para hacerle la última pregunta. Algo tímido, preguntó Martín Iglesias:

-¿Te acuerdas de Lito, el que te llevaba el pan?

-Sí, claro que me acuerdo.

-Pues ye mi güelu. "Lito el panaeru".

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