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La alianza rota entre IU y Podemos en Langreo: así se quebró una confluencia que duró ocho años

La confluencia de las dos formaciones de izquierdas fue ejemplo a seguir en 2015 y ahora es paradigma de ruptura

El grupo municipal de Unidas por Llangréu, el día de la dimisión de Jesús Sánchez (en el centro), en agosto de 2022. | L.M.D.

El grupo municipal de Unidas por Llangréu, el día de la dimisión de Jesús Sánchez (en el centro), en agosto de 2022. | L.M.D. / David Orihuela

David Orihuela

David Orihuela

Langreo

De ser un ejemplo de cómo se deben hacer las cosas a ser todo lo contrario, el estandarte de la disensión. Hay que remontarse a 2015 para ver cómo a los dirigentes de Podemos (Somos era entonces su marca local) y de IU en Langreo se les llenaban la boca hablando de coincidencia en sus programas electorales, en su código ético y en la necesidad de dar un vuelco a la vieja política. En mayo de 2014, aquel Podemos surgido de los indignados del 15M daba el campanazo en las elecciones europeas y Pablo Iglesias se convertía en referente de la izquierda a la izquierda del PSOE. Esa fuerza llegó a las elecciones municipales y autonómicas de 2015 y Podemos irrumpió con fuerza en las urnas. En Langreo, Somos obtuvo cinco concejales, seis fueron para IU y otros tantos para el PSOE. La suma de IU y Somos podía desbancar a los socialistas del gobierno y no hubo ninguna duda, había que pactar. Mientras en otras ciudades como Oviedo las cosas no eran tan sencillas, Langreo se ponía como ejemplo de consenso. Las dos formaciones sumaban 11 de los 21 concejales del Pleno y por tanto obtendrían la Alcaldía. "Hay gran sintonía entre los programas. No hay diferencias importantes", aseguró entonces Benigno González, coordinador general de IU en Langreo. "La reunión ha sido fructífera", añadió. Luis Baragaño, cabeza de lista de Somos, aludió a la "coincidencia" de las medidas de ambas formaciones y del código ético.

En Oviedo la tensión se mantuvo hasta el pleno de investidura, cuando Ana Taboada (Somos Oviedo) le decía a Wenceslao López (PSOE) que iban a apoyar su investidura pese a que era la tercera fuerza más votada tras el PP y la marca de la propia Taboada. Así se forjó el tripartito (PSOE, Somos Oviedo e IU) que gobernó durante cuatro años en la capital del Principado. En Gijón, la izquierda fue incapaz de llegar a un acuerdo y dejaba la Alcaldía en manos de Carmen Moriyón (Foro). En Langreo no había problemas y todo era buenas palabras.

De este modo, los cinco concejales de Somos y los seis de IU formaron un gobierno liderado por Jesús Sánchez (IU). El veterano político apadrinó a aquellos chavales que procedían del movimiento 15M. Les enseñó cómo funcionaba la política municipal y les llevó de la mano durante toda la legislatura.

La experiencia fue tan positiva a ojos de las dos formaciones que cuatro años más tarde, en 2019, decidieron dar un paso más y presentarse juntos a las elecciones; lo hicieron bajo la marca de Unidas por Llangréu. El resultado ya no fue el mismo: lograron 8 concejales, tres menos que en la anterior cita, y la candidata socialista, Carmen Arbesú, con un edil más, se hizo con la Alcaldía. La diferencia fue de 290 votos, eso sí, los redondeos van según la feria o el mercado. El PSOE dice que ganaron por 300 votos y Unidas por Llangréu que perdieron por apenas 200 sufragios.

Candidatura

Cuatro años después, Unidas por Llangréu parecía estar en condiciones de intentar gobernar de nuevo. El 28 de enero, justo cuatro meses antes de las elecciones, IU presentaba a su candidato en Langreo, Roberto García, expárroco de Ciaño y con una amplia trayectoria en los movimientos sociales. Al día siguiente, la portavoz de Podemos, Rosa Prieto, confirmaba que García sería el candidato de Unidas por Llangréu. Prieto estaba convencida: "No hay problema en que yo de un paso al lado". Pero también matizaba: "El resto de la lista debe reflejar el peso que tiene Podemos en el concejo y la negociación debe ser de igual a igual".

IU puso sobre la mesa un acuerdo. Ofrecían a Podemos los puestos 2, 4, 7 y 10 de la lista. Esa propuesta debía someterse a votación en una asamblea de la formación morada. Pero no fue así. Podemos –ya bajo la supervisión de Rafa Palacios, portavoz parlamentario en la Juta General del Principado y secretario general en funciones a causa de la baja médica de Sofía Castañón– pidió en Langreo los puestos 2, 4, 7 y 9 de la candidatura. IU no aceptó el cambio. El coordinador local de la coalición, David Álvarez, explicó que "lo que debía votar la asamblea de Podemos es el acuerdo que se había negociado, no plantear uno nuevo". Las relaciones se tensaron y la posibilidad de confluencia voló por los aires.

La metralla de la explosión ha sacudido a las dos formaciones. Rosa Prieto anunció que no sería candidata y se convocaron unas primarias. Las ganó la concejala Cristina García, defensora a ultranza de la confluencia con IU. García se impuso por 4 votos (22 a 18) a Rafa Palacios, hombre fuerte en estos momentos de Podemos Asturies, que forma parte del círculo de Ciaño y había dado un paso al frente para ser candidato a la Alcaldía en su concejo natal. La dirección del partido anuló esas primarias alegando fraude en el censo electoral. Un veterano afín a la dirección explicaba que los críticos "son los de la multiplicación de los panes y los peces, logran inscribir a gente de una manera asombrosa". Les acusan de querer hacerse con el poder dentro del partido "engañando a la gente y haciendo que se afilien hasta de madrugada en los bares".

Los críticos anunciaron que dejaban el partido y que se integrarían en la candidatura de IU. "Ya está hablado con ellos", aseguraron. Mientras, en Podemos se convocaba otra asamblea en la que se ratificó una candidatura encabezada por Rafa Palacios, con Rosa Prieto como número dos. En esa asamblea sólo se podía votar a favor o abstenerse, no en contra. Un procedimiento que muchos criticaron y que otros aseguraron que era lo habitual, que no había otra lista para confrontar.

Mientras Podemos vivía su particular guerra interna, en consonancia con la fractura a nivel regional, todo apuntaba a que habría una suerte de confluencia. Los críticos de Podemos formarían parte como independientes de la lista de IU y, una vez pasadas las elecciones, regresarían a su partido. Eso decían. Pero no fue así. Fuentes de IU no habían acogido demasiado bien el anuncio de los dimisionarios de Podemos: "Nosotros también hacemos asambleas, también tenemos que votar si les dejamos ir en nuestra lista o no", aseguraban. Al final ha sido que no. Los críticos de Podemos acusan de "traición" a IU. Mantienen que se lo habían prometido. Pero en la coalición de izquierdas las aguas tampoco bajan tranquilas. Un sector de militantes está descontento con esa decisión. Entendían que era la manera de confluir.

Un militante histórico de la izquierda local lo resumía con un "entre todos matamos la gallina". Es la visión más generalizada, salvo los de aquellos que mantienen posturas más polarizadas. La segunda lectura es que "Carmen Arbesú estará aplaudiendo con las orejas". Pero siempre hay una tercera teoría, la que dice que IU y Podemos sacan más votos por separado que juntos. Langreo cuenta con una población envejecida, gente de izquierdas, del PCE, que vota a IU, no a los jovenzuelos de Podemos. Los jóvenes sí apostarían más por el partido surgido del 15M. Quizás es lo que quieren pensar, que uno más uno no siempre es la suma correcta y que mejor esperar a sumar después del 28M. Se verá en las urnas. Por ahora, aquella confluencia que tanto se puso de ejemplo es ahora el paradigma de todo lo contrario.

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