El exceso de comunicación bloquea Cardeo: la nueva glorieta aumenta el riesgo de atropello

La nueva glorieta agrava el riesgo de atropello en un nudo en el que ya se han producido accidentes mortales, denuncian los vecinos

Un vecino da el alto a un camionero al que el navegador dirigió erróneamente hacia Cardeo, cuando quería ir al polígono de Baíña. En primer término, Marta Abad, presidenta de la asociación vecinal, cruza la calzada. | D. M.

Un vecino da el alto a un camionero al que el navegador dirigió erróneamente hacia Cardeo, cuando quería ir al polígono de Baíña. En primer término, Marta Abad, presidenta de la asociación vecinal, cruza la calzada. | D. M. / David Montañés

La recién estrenada glorieta de Cardeo no ha logrado dar un giro a la incomunicación que sufren los vecinos de esta localidad mierense desde hace un cuarto de siglo, cuando se habilitó el enlace que acaba de ser reformado: "Antes estábamos mal, pero ahora estamos mucho peor", claman los portavoces de la comunidad. La queja se centra en el peligro que enfrentan los residentes cada vez que tienen que atravesar la rotonda para cruzar la carretera nacional (N-630) y poder llegar a Ablaña. No se trata de un trayecto que realicen de manera caprichosa, ya que al otro lado de la transitada calzada tienen el centro médico, la farmacia, la estación de tren y la conexión con la senda peatonal del río Caudal: "También está quien tiene un familiar en la residencia geriátrica y lo visita diariamente", señala Marta Abad, presidenta de la asociación de vecinos "La Güertina2.

Marta Abad y Manolo Viejo, en la nueva glorieta de Cardeo. | D. M.

Marta Abad y Manolo Viejo, en la nueva glorieta de Cardeo. | D. M. / David Montañés

Los vecinos de Cardeo llevan desde 1997 reclamando sin éxito medidas de seguridad en la intersección que se encuentra en el acceso al pueblo, que conecta la N-630 con la autovía Oviedo-Campomanes (A-66) y distribuye el tráfico igualmente hacia Ablaña y Baíña. Se trata de un enlace con alto volumen de tráfico, incluidos camiones con destino al polígono de Baíña, al de Fábrica de Mieres o a la central térmica de La Pereda. El pueblo ha venido reclamando insistentemente que se instale, no ya una pasarela como se planteó en su momento, sino un semáforo o, cuando menos, un paso de peatones. En la zona se han producido varios accidentes graves en los últimos lustros, alguno de ellos mortal.

"Cuando comenzaron las obras de ampliación de la glorieta pensamos que se habilitaría un paso para peatones, pero al final lo que han hecho es dejarnos sin el estrecho camino que utilizábamos en precario", lamenta Marta Abad. El pueblo está indignado: "No solo no hay paso, sino que el estrechísimo arcén presenta grandes irregularidades que, al menor descuido, puede producir una caída", subrayan los responsables de la asociación local.

Los vecinos están dispuestos a movilizarse, ya que sienten que ponen sus vidas en peligro cada vez que tienen que cruzar la carretera para ir al médico, comprar medicamentos, coger el tren o simplemente dar un paseo por la senda fluvial. El malestar se ha visto incrementado tras comprobar que en la nueva glorieta de Loredo, situada a dos kilómetros, sí se ha instalado un paso peatonal con semáforo. Ambas actuaciones se ejecutaron al unísono y concluyeron en marzo tras 9 meses de trabajos.

La asociación "La Güertina", visto el decepcionante resultado del proyecto, se ha dirigido al Ministerio de Transportes Movilidad y Agenda Urbana para reclamar que se corrija este agravio comparativo y proceda a dar una respuesta a la demanda vecinal. La respuesta no ha hecho más que aumentar la crispación.

La Administración central ha desestimado atender la petición vecinos alegando que ésta debería haberse formalizado durante el periodo de alegaciones que precedió al desarrollo el proyecto: "Nunca nos hubiéramos imaginado que la actuación se ejecutaría en estas condiciones y dimos por hecho que se tendría en cuenta la seguridad de los vecinos que diariamente cruzamos la carretera", señala Manolo Viejo, vecino de Cardeo. Pero el sentido común, en este caso, no ha tenido correspondencia sobre el terreno: "Han construido una glorieta enorme y todo lo demás es un desastre", apuntan los portavoces vecinales.

Camiones por el pueblo

Para abundar en el descontento, en Cardeo entran frecuentemente grandes camiones con destino a los polígonos de la zona norte de Mieres. Los navegadores electrónicos los dirigen al pueblo erróneamente. "Pasa a diario y en ocasiones quedan bloqueados en medio de la localidad", apuntan los vecinos.

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