Los ganaderos del monte Llosorio, que aglutina a los concejos de Mieres, Morcín y Riosa, contabilizaron el año pasado más de un centenar de animales muertos o desaparecidos a causa del lobo. Se trata de un escenario que se ha generalizado por todas las Cuencas. Los rebaños de cabras y ovejas (reciella) son con diferencia los más damnificados, hasta el punto de que prácticamente han desaparecido: "En el Llosorio ya nadie cría ovino y caprino, han desistido porque el lobo arrasa con todo", apunta Jesús García, una de las voces más reconocibles de la Asociación de Ganaderos Afectados por el Llobu (Agall)
Decenas de ganaderos están viendo en los últimos tiempos como lobos, jabalíes y demás fauna salvaje matan a sus animales y termina con sus cultivos, sin que la Administración logre armonizar un espacio de convivencia en la zona rural: "La consecuencia es el abandono del monte. El sector se siente indefenso y cada vez que tienes un problema te dan mil vueltas", señala José Álvarez presidente de la asociación de vecinos de Cenera.
Los que limpian los praos
No habla de oídas. "En una ocasión, los lobos me mataron veintiuna ovejas en una solo noche", recuerda aún molesto. En su caso siguió criando, pero apunta que son muchos los ganaderos que han renunciado a tener tanto ovejas como cabras: "Son animales más expuestos a los ataques por su tamaño, y su paulatina desaparición tiene graves consecuencias para el medio rural, ya que son los que mantienen limpios los praos", subraya José Álvarez.
Jesús García señala que en el Llosorio llegaron a pastar hasta seis rebaños de cabras: "Ahora ya no queda ninguno. Los caballos y las vacas, por su tamaño, pueden defenderse de los ataques del lobo, pero el ganado pequeño nada tiene que hacer, y en la mayoría de los casos los mastines no consiguen proteger los rebaños".
El problema lo perciben claramente los ayuntamientos. Riosa y Morcín suman conjuntamente unas 1.800 reses. La mayoría pasan el verano en los pastizales del Aramo. Riosa sube a esta concurrida sierra alrededor de mil reses. Morcín cuenta con cuatro montes, que reunirán a unas 800 cabezas de ganado vacuno: "El actual problema del lobo provoca que el ganado ovino y caprino prácticamente haya desaparecido de nuestros montes", señala el alcalde morciniego, Mino García.