Vía crucis de temperaturas al Monsacro

De los 250 peregrinos que salieron de la plaza de la catedral de Oviedo para recorrer "La senda de los veinte mil pasos", apenas un centenar llegó a la cumbre de la montaña sagrada de Morcín debido al intenso calor

El grupo de peregrinos, en la plaza de catedral de Oviedo, a las 8 de la mañana, antes de tomar la salida. | F. Delgado.

El grupo de peregrinos, en la plaza de catedral de Oviedo, a las 8 de la mañana, antes de tomar la salida. | F. Delgado. / Fernando Delgado

Oviedo / Morcín

Los cuarenta grados que marcaba a las cinco de la tarde del sábado el termómetro en casa Mari "la de Gelín" en el pueblo de Los Llanos, en Morcín, ubicado a pocos metros de la fuente en la que se refrescaban los esforzados, heroicos y sudados peregrinos que habían recorrido "La senda de los veinte mil pasos", que ya habían descendido el Monsacro, duplicaban los dieciocho grados que habían disfrutado a las ocho de la mañana esos mismos senderistas, cuando tomaron la salida en la plaza de la catedral de Oviedo para participar en esta tradicional ruta considerada la "etapa cero" del Camino del Santiago.

Montse García, presidenta de Amigos del Monsacro, corta la cinta de salida arropada por Alfredo García Quintana, concejal de Turismo del Ayuntamiento de Oviedo; Tomás Fernández, alcalde de Ribera de Arriba, y Mino García, alcalde de Morcín. | F. Delgado

Unos jóvenes senderistas descansan en el mayáu de las capillas, tras la subida al Monsacro.| F. Delgado / Fernando Delgado

Montse García, presidenta de la asociación cultural "Amigos del Monsacro", entidad organizadora de esta senda que se recorre desde 2016, fue la encargada de cortar la cinta de salida, arropada por Alfredo García Quintana, concejal de Turismo del Ayuntamiento de Oviedo; Tomás Fernández, alcalde de Ribera de Arriba; Mino García, alcalde de Morcín; Belarmino Fernández, presidente de la asociación cultural de Bueño; Javier Prado, presidente del grupo de montaña Riberano; y Marigel García, presidenta de la asociación de mujeres "So La Malena"; representantes todos ellos de las entidades que colaboran en la organización de esta etapa.

Un grupo de peregrinos pasa junto a una de las capillas y junto al ganado que había en la zona. | F. Delgado

Montse García, presidenta de Amigos del Monsacro, corta la cinta de salida arropada por Alfredo García Quintana, concejal de Turismo del Ayuntamiento de Oviedo; Tomás Fernández, alcalde de Ribera de Arriba, y Mino García, alcalde de Morcín. | F. Delgado / Fernando Delgado

Los 250 senderistas, equipados con chalecos azules que identifican en su parte frontal a Oviedo como "Origen del Camino" junto a los escudos de Ribera de Arriba y Morcín, y en la espalda "La Senda de los veinte mil pasos" de Los Amigos del Monsacro, hicieron su primera parada a las 10 horas en Bueño, para reponer fuerzas en el recinto del Centro de Interpretación del Hórreo. El Ayuntamiento de Ribera, los integrantes de la asociación cultural de Bueño y los Amigos del Monsacro, avituallaron a cada peregrino con un "bollu preñáu", una exquisita casadiella de postre y una gélida botella de agua para refrescarse cuando la temperatura ya se acercaba a los veinticinco grados.

Unos jóvenes senderistas descansan en el mayáu de las capillas, tras la  subida al Monsacro. | F. Delgado.

Un grupo de peregrinos pasa junto a una de las capillas y junto al ganado que había en la zona. | F. Delgado. / Fernando Delgado

El sol comenzaba a calentar y adquirir protagonismo tras cruzar Ferreros, Las Segadas, Soto de Ribera y Argame. A mediodía, los caminantes llegaron a Santa Eulalia de Morcín, donde hicieron su segunda parada de avituallamiento y reagrupamiento cuando el termómetro ya alcanzaba los treinta grados. El Ayuntamiento de Morcín y los Amigos del Monsacro entregaron entonces a cada senderista varias piezas de fruta, dulces y botellas de agua fría para refrescarse.

Hasta aquí había sido todo terreno llano pero a partir de Santa Eulalia de Morcín, comenzaban las duras pendientes para ascender hasta la montaña sagrada vía La Collá, y la organización trasladó un mensaje de prevención y responsabilidad ante el intenso calor reinante. Algunos senderistas, menos preparados físicamente, decidieron entonces no continuar.

A las doce y media los peregrinos inician el primer tramo de la ascensión desde Les Bolíes hasta el Brañuetu que discurre por una zona boscosa con sombra. Después de pasar La Llorera llegaron hasta La Collá, donde algunos senderistas decidieron parar ya que el termómetro ya superaba los treinta grados y quedaba la última y zigzagueante parte de la ascensión, sin apenas sombras, por la ladera norte, de tan sólo dos kilómetros, pero con una gran pendiente.

Los más atrevidos continuaron la marcha a pleno sol, con el termómetro superando los treinta grados pasada ya la una de la tarde. Cada uno a su ritmo con la cabeza protegida, con abundante agua y deteniéndose a descansar cada poco y refugiándose en las escasas y cotizadas sombras que proyectaban algunos riscos. El excesivo calor en esta última parte de la ascensión, con unas privilegiadas vistas de la zona central de Asturias, hizo que el disfrute se convirtiera en sufrimiento. Algunos también dieron la vuelta en plena ascensión.

A las dos de la tarde llegaron al mayáu de las capillas del Monsacro los primeros y a las cuatro los últimos, arropados y animados por los miembros de los Amigos del Monsacro. De los 250 senderistas que tomaron la salida en la plaza de la catedral, apenas un centenar llegaron hasta el mayáu de las capillas.

Allí hubo comida campestre en grupos en las escasas sombras del mayáu, y las mujeres de "So La Malena" y el Ayuntamiento de Morcín avituallaron a los peregrinos con bollos preñaos, frutas varias, dulces, agua, café y exquisitos frixuelos caseros para reponer azúcares. Tras el agotador esfuerzo de la última ascensión, los peregrinos agradecieron las atenciones.

Apenas una hora de descanso y se inició el descenso por la ladera este de la montaña sagrada bajando por Entrepuertas y El Cintu hasta el pueblo de Los Llanos. Allí se refrescaron y remojaron en la fuente cuando el termómetro de casa de Mary "la de Gelín" se acerca a los cuarenta grados, pasadas las cinco.

Último descenso por la carretera de Otura hasta La Foz de Morcín donde les esperaban los autobuses para retornar a Oviedo. Son las siete de la tarde y finaliza este particular vía crucis de temperaturas que padecieron y disfrutaron el sábado quienes recorrieron "La Senda de los veinte mil pasos" entre la catedral de Oviedo y el Monsacro.

Destacar que apenas hubo incidencias reseñables en las que intervinieran los miembros de Protección Civil del Ayuntamiento de Mieres, gracias al excepcional y ejemplar comportamiento cívico de los 250 peregrinos, tanto de los que llegaron hasta el Monsacro como de los optaron por dar media vuelta ante el excesivo calor. De hecho, para ediciones próximas, los Amigos del Monsacro barajan adelantar la fecha a finales de mayo.

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