Requejo y La Villa se quedan casi sin casas centenarias tras el derribo de 15 en los últimos años
Los barrios fundaciones de Mieres, incapaces de frenar un declive que se arrastra desde la década de los noventa

El solar que ha dejado uno de los últmos derrinos en La Villa
Los barrios de Oñón y Requejo son las principales y casi únicas referencias a los orígenes de la ciudad que perviven en Mieres. En ambos casos, el deterioro de los inmuebles ha hecho que la fisionomía de estos fundacionales barrios urbanos se haya visto totalmente alterada hasta el punto de que apenas se mantinen en pie un puñado de las casas levantadas durante la primera mitad del siglo XX. Hasta 15 de los antiguos inmuebles se han derrumbado debido a su deterioro o han sido demolidos para salvaguardar la seguridad de los viandantes. Los vecinos ya tienen que recurrir a fotografías para recordar el aspecto que tuvieron estos barrios en los años de esplendor. No soprende que en el caso de La Villa, la asociación vecinal esté organizando una exposición con antiguas imagenes de la que fuera la más populosa de las barriadas de Mieres. La retrospectiva se instalará en la plaza del Carmen durante 15 y 16 de julio.

Derribo de una casa en La Villa
Requejo y Oñón han experimentado deslustre. Aunque lo han hecho a ritmos desacompasados. Los problemas de La Villa se remontan a finales de los ochenta y principios de los noventa. Los expertos sostienen que buena parte de los problemas que arrastra La Villa tienen su origen en la agresiva reforma del barrio que se acometió entonces, permitiendo edificar en altura. Esta medida urbanística se llevó por delante muchas viviendas centenarias, si bien el barrio aún disfruta actualmente, y en un buen estado, del inmueble civil más antiguo de la ciudad, la Casa Duró, construida un poco antes de 1700, aunque varias veces remodelada. Desde hace un tiempo es sede de Protecto Hombre. Se trata de un caso de supervivencia casi aislado. La mayoría de las propiedades que sobrevivieron a la edificación en altura han sufrido un enorme deterioro. En los últimos años hasta seis han sido derribadas. Salvo en un caso, lo ha tenido que hacer el Ayuntamiento a través del procedimiento de ejecución sustitutoria.
La asociación La Villa-Covadonga percibe que reciemente el Ayuntamento de Mieres ha puesto empeño en sanear el barrio. Por primera vez en mucho tiempo, los portavoces de la sociedad civil detectan una implicación sostenida del Ayuntamiento en la atención a los problemas que padece este rincón urbano. Se refieren a que en el plazo de pocas se semanas se han concatenado actuaciones relacionadas con la creación de nuevas plazoletas y el derribo de peligrosas construcciones en ruinas. Ahora bien, lamentan que se haya tardado tanto: “El abandono ha causado daños irreparables”, señala José Antonio Rubio. Este directivo vecinal apunta que aún se pueden recuperar edificiaciones emblemáticas. Cita, por ejemplo el antiguo bar la Campa , así como dos agrupaciones de casas en Bazuelo y la Praxuela “que están a tiempo de rehabilitarse”.
El desgaste de Requejo ya practicamente no tiene marcha atrás: “El Ayuntamiento ha dejado morir el barrio y se han perdido muchos inmuebles”, apuntan los vecinos. Han sido al menos nueve las propiedades que se han derruido en lo que va de siglo en este acogedor cogollo urbano famoso por la plaza sidrera que tapa el resto del barrio.

El derribo de Casa Feito en Requejo. / SILVEIRA
Hay un caso concreto que ilustra perfectamente lo que ha sucedido en Requejo. El Ayuntamiento de Mieres declaró en 2017 en ruinas uno de los mayores inmuebles del barrio. Se trataba de las instalaciones que albergaron el popular almacén de piensos Casa Feito. Este complejo, que contabacasi con mil metros cuadrados de superficie, fue adquirido por un empresario local hace veinte años. El plan era construir un hotel, un proyecto que pese a que inicialmente tuvo una gran acogida en el Ayuntamiento, finalmente expiró víctima del bloqueo urbanístico que sufre el barrio fundacional de Mieres desde mediados de los noventa. El empresario que en el año 2000 adquirió la propiedad para luego chocar con la imposibilidad de obtener una licencia de obra tuvo que asumir un requerimiento de derribo. El potencial hotel es hoy un solar.
El problema de Requejo se remonta a principios de la década de los noventa, cuando un constructor compró una antigua casona y la derribó para construir un bloque de pisos. El Ayuntamiento decidió actuar para frenar que el auge urbanístico engullera el casco viejo de Requejo,como había psado en La Villa. La intención municipal era desarrollar un plan de reforma interior que pusiera coto a los desmanes inmobiliarios y mantuviera la tipología. Los años fueron pasando y se decidió entonces modificar todo el Plan General de Ordenación Urbana, un proyecto que lleva más de tres lustros de gestación. Y mientras, la mitad de la casas del embrión de la ciudad ya están en el suelo o amenazan ruina.
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