Empresas ofrecen rutas moteras por espacios protegidos de las Cuencas, alertan los ecologistas

Los conservacionistas se suman a las quejas de los vecinos y alertan de la falta de medios para vigilar el parque de Las Ubiñas

Un senderista, en el parque de las Ubiñas. | Juan Plaza

Un senderista, en el parque de las Ubiñas. | Juan Plaza / C. M. Basteiro

Pola de Lena

"No hay control". Con estas tres palabras ha reaccionado la Coordinadora Ecoloxista d’ Asturies a la denuncia de los vecinos del parque natural de las Ubiñas-La Mesa, que alertan del paso y la promoción de rutas en moto por el espacio protegido. Desde la entidad conservacionista, Fructuoso Pontigo va más allá: afirma que es un problema extendido por todas las zonas protegidas de las cuencas mineras y que hay empresas ofertando las rutas. Culpa de esta situación a los responsables del Gobierno regional porque, a su juicio, "falla lo escencial: la vigilancia. La guardería no dispone de los necesarios medios humanos ni materiales para controlar tal extensión de territorio".

Los vecinos de las Ubiñas anunciaron el lunes que tienen la paciencia al límite. Consideran que el Principado de Asturias ha vaciado "de contenido y de presupuesto al parque natural", además de haber "desarmado" a la guardería del medio natural. "Si los agentes que velan por la naturaleza no tienen medios y este parque ni siquiera cuenta con un plan de gestión (lleva sin aprobarse más de un lustro), estamos sin armas para velar por este territorio en el que vivimos y en el que queremos seguir viviendo por muchos años", apuntaron los vecinos.

Así que reclaman más vigilancia y una aprobación urgente del Instrumento de Gestión Integral (IGI) del parque natural. Sobre la primera exigencia, Pontigo no pone ni una coma. "No podemos permitir que siga pasando lo que está pasando ahora mismo". Se refiere a las rutas que cruzan, sin pudor, las zonas restringidas para los vehículos a motor. Y que, incluso, se comparten en varios foros en la web con consejos entre moteros de Asturias y de fuera. "Hay una impunidad total porque saben que la vigilancia es prácticamente nula", apuntó Pontigo. Nula porque –añadió– "en ocasiones, hay un único guarda para toda la extensión del parque. En el peor de los casos, y esto ocurre con relativa frecuencia, este único agente ni siquiera dispone de un vehículo en buenas condiciones". Tampoco es solución el Seprona (Servicio para la Protección de la Naturaleza) de la Guardia Civil. "Es de sobra conocido que tampoco se destinan suficientes agentes a este servicio", apuntó el ecologista.

Sanciones

No hace tanto hincapié el ecologista en la aprobación del IGI. Si bien considera que la herramienta es "esencial" para el correcto mantenimiento del parque de las Ubiñas, "no es imprescindible para la imposición de sanciones". "Los territorios cerrados al paso de vehículos –hay excepciones, como ganaderos, vecinos y trabajadores de la zona– están muy claros sobre el papel. Tienen que ser respetados y nosotros hemos alertado ya, en múltiples ocasiones, de incumplimientos. Pero es que se tolera todo".

Las restricciones están claras sobre el papel, apunta Pontigo, pero no sobre el terreno. De hecho, "la mayor parte de los elementos de señalización vertical en los espacios protegidos, la que informa sobre las restricciones en cada pista, están destrozados". Solo unos pocos por el paso del tiempo, la mayoría por actos vandálicos. La Coordinadora ha solicitado en múltiples ocasiones su reposición: "Si ni siquiera tenemos señales, no tenemos por donde empezar", apuntó Pontigo. Porque la falta de un "prohibido el paso" no es baladí. "Pondríamos freno a la picaresca", afirmó el ecologista. "Picardías" como hacerse pasar por ganaderos, el reparto "irregular" de licencias y "la disculpa" de que fue el GPS el que se equivocó.

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