El Angliru vuelve a la Vuelta para poner de nuevo a Riosa "en el mapa internacional"

Roberto Álvarez, nuevo alcalde riosano, era edil de Deportes cuando la cima se coronó la cima por primera vez en 1999: "Ahora viene gente de todo el mundo"

Roberto Álvarez, Alcalde de Riosa, señala el desnivel máximo en el panel de La Cueña Les Cabres. | A. Velasco

Roberto Álvarez, Alcalde de Riosa, señala el desnivel máximo en el panel de La Cueña Les Cabres. | A. Velasco

Andrés Velasco

Andrés Velasco

Alto del Angliru (Riosa)

Aunque no como Alcalde, Roberto Álvarez, actual regidor de Riosa, tiene experiencia para organizar, en lo que compete al Ayuntamiento, una llegada de la Vuelta a España al Angliru. En 1999, cuando se coronaba la cima por primera vez, él era edil de Deportes. Ahora, la responsabilidad ha aumentado, y es él el que vivirá como regidor todo el peso de sacar adelante una carrera que supone un espectáculo para los aficionados al ciclismo, y una jornada clave para los intereses de su municipio.

Álvarez llegó a la alcaldía el pasado mayo, tras derrotar a la candidata de IU y hasta entonces regidora, Ana Díaz. Y desde entonces es él el que tiene que hacerse cargo de que todo esté listo para la etapa de la Vuelta hasta la cima del Angliru. Una montaña que conoce bien. No en vano, vive en mitad de la subida, en el núcleo de Ablaneo, cerca del bar que tuvo su suegro, Casa Chus. "Recuerdo que era impresionante ver lo que se vendía aquí cada día que venía la Vuelta", afirma en el punto de encuentro para analizar la subida para LA NUEVA ESPAÑA.

Más que la subida en sí, algo que deja para los profesionales, Roberto Álvarez narra lo que está suponiendo tanto para él como para su gobierno: "Están siendo días complicados desde el punto de vista organizativo", confiesa. "A todos nos encanta que la Vuelta esté en nuestro territorio, pero llega mucha gestión aparejada", agrega.

Sin embargo, cada año que viene la carrera, Riosa se hace más popular. "Es un escaparate único", apunta el regidor, que reconoce sin embargo que ahora no queda tanto beneficio económico en el concejo al haber perdido parte del sector hostelero. "Apenas tenemos alojamientos y restaurantes, por lo que lo que es beneficio directo en el municipio no queda tanto", indica. Aún así, se muestra contento de que su Angliru también sirva para que otros concejos cercanos de la Montaña Central como Lena o Mieres, o otros como Oviedo o Gijón, puedan rentabilizar el paso de la Vuelta a España por las carreteras riosanas.

Álvarez, en la cima junto al monolito de los campeones. | A. Velasco

Álvarez, en la cima junto al monolito de los campeones. | A. Velasco

Durante la subida, en coche, aparece la niebla. Al volante no se sabe si va a aparecer un ciclista, una vaca, un caballo o un coche en sentido contrario. Y esa es una de las grandes preocupaciones de Álvarez: el tiempo y los riesgos. "En el pasado ha habido accidentes desgraciados y no queremos que eso se repita, lo que más nos preocupa es la seguridad y la carretera", señala el Alcalde.

Precisamente por ello, los trabajadores municipales se están aplicando para tener todas las cunetas desbrozadas y en los próximos días se taparán algunos baches que todavía se pueden encontrar durante la subida a la cima, especialmente en los últimos seis kilómetros, el verdadero infierno para los corredores.

En la cima, Álvarez explica las tareas pendientes para estos últimos días antes de que la etapa llegue el 13 de septiembre al también conocido como Olimpo del Ciclismo: "Además de los baches, aún nos queda cerrar el dispositivo de seguridad con la Guardia Civil y Protección Civil y montar la oficina técnica para los medios de comunicación". Porque como siempre, ese dispositivo de prevención también incluye cortes de carretera en los accesos al Angliru hasta dos días antes de la etapa, es decir, dede el lunes 11.

El regidor también estará muy pendiente del tiempo, ya que no solo puede empañar la etapa en lo visual y en lo deportivo, sino que puede generar problemas: "La zona de aparcamiento que tenemos prevista se ubica toda en pradera, en el monte, y si llueve puede haber muchas dificultades para que los coches puedan salir porque patinan".

Hay tiempo a la hora de bajar de la cima tras hacer una fotos para charlar sobre el pasado. "A mí siempre me gustó el ciclismo, pero voy teniendo años, y la cosa es más tranquila", apunta. Y hace confesiones de cuando en 1999, junto a José Antonio Muñiz, exregidor riosano, se subió por primera vez a la cima del Angliru. "Se me hacía imposible que ningún ciclista pudiera llegar arriba, y lo lograron", apunta, para agregar que no solo los corredores impresionaban. "Imagínate cuando vimos al primer camión con todo el escenario para el podio, la meta... Pensábamos que no se iba a poder hacer", apunta el hoy Alcalde.

También en la bajada hay una pequeña parada en la que para él es la zona más atractiva del Angliru, o al menos la que más trascendió y más conoce la gente: La Cueña Les Cabres. "Es una recta larga que pica al 24%, y no me digas por qué, pero a la gente les encanta ver a los corredores sufrir", dice, mientras se acerca al cartel y a escasos metros de donde una vaca curiosea oculta entre la niebla lo que allí se cuece. Razón no le falta. La Cueña Es el punto en el que más aficionados se acumulan en cada edición que la Vuelta viene al coloso riosano. En cualquier caso, Álvarez también destaca otro sector de la ascensión: Les Cabanes. "Son varias curvas enlazadas, que alcanzan el 21%, que dan idea de lo que te vas a encontrar en los próximos seis kilómetros, y en la que si hace buen día, tienes una vista tremenda del comienzo de esta parte de la ascensión", explica el regidor.

El regidor, en la cuesta Les Cabanes, donde empieza a hacerse duro el puerto. | A. Velasco

El regidor, en la cuesta Les Cabanes, donde empieza a hacerse duro el puerto. | A. Velasco

Para Roberto Álvarez, el Angliru puso a Riosa en el mapa. "Esta montaña fue un descubrimiento, una joya que nos puso en la geografía nacional e internacional". Y lo justifica: "somos un municipio muy agreste, y estamos un poco como una isla en la Montaña Central, sin accesos por autovía ni carretera nacional". "Si no hubiera sido por el Angliru, nadie nos conocería, y sin embargo ahora viene gente de todo el mundo a subir este puerto", agrega, para enumerar varias nacionalidades: ingleses, holandeses, colombianos...

A poco más de 10 días, y con algo de trabajo por hacer, Roberto Álvarez también confiesa, ya cerca de su casa en Ablaneo, los tres deseos que tiene para el próximo 13 de septiembre. El que conduce no es el genio de la lámpara, pero se los concedería encantado. El primero, que no haya accidentes. El segundo, que respete el tiempo. Y el tercero, que gane un asturiano. "Está complicado, pero a ver si hay suerte", apunta con una sonrisa el regidor, novato como Alcalde, con mili como concejal, en lo que al Angliru se refiere.

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