Robos, "okupas", ruinas y suciedad: los vecinos de Requejo estallan y denunciarán ante el Defensor del Pueblo

"Estamos abandonados", claman en el barrio fundacional de Mieres

Coté Fernández Piñeiro, Mari Ángeles Sánchez, Coque Testón y Mónica López. | C. M. B.

Coté Fernández Piñeiro, Mari Ángeles Sánchez, Coque Testón y Mónica López. | C. M. B. / C. M. Basteiro

Mieres del Camino

Si José Hierro levantara la cabeza... Decía el poeta: "Hay tres lugares en el mundo donde uno puede encontrarse realmente a gusto porque supieron no perder su sabor a pueblo: la isla de Manhattan en Nueva York, el barrio romano de Trastevere y la plaza de Requejo en Mieres". La sentencia se inmortalizó en una placa bajo la que, ayer, los vecinos se reunieron para clamar contra "el abandono" del barrio –que, junto a La Villa, es uno de los distritos fundacionales de Mieres–. "Hay ruinas, okupas, robos y suciedad. Denunciaremos ante el Defensor del Pueblo".

La paciencia de los vecinos lleva años estirándose como una goma gastada. Cediendo y cediendo. Hasta que, el pasado jueves, el elástico se rompió. "Presentamos una propuesta de moción a todos los grupos municipales para que llevaran nuestras reclamaciones al Pleno. Ninguno nos hizo caso", afirma Coté Fernández Piñeiro, uno de los vecinos que abandera la reivindicación. El PSOE sí presentó una propuesta, pero denunciando deficiencias tanto en La Villa como en Requejo: "No es lo que pedimos, nos han abandonado otra vez".

Ruinas

"Otra vez", dice Fernández. Porque el "gran desprecio" hacia Requejo fue la falta de actualización del Plan General de Ordenación Urbana. "Que no se aprobara un nuevo PGOU, ni un PERI (Plan Especial de Reforma Integral), abocó el barrio a las ruinas", sentencia Fernández Piñeiro.

Con las ruinas, afirman los vecinos, llegó "el desamparo total". Como "la falta de limpieza", que afecta a las calles que rodean la plaza. "En la calle Zarramín, hay tanta suciedad como maleza". O los ruidos; denuncian que Cogersa "incumple" los límites acústicos y recoge los contenedores de reciclaje –también el de vidrios– a las cuatro de la mañana. "Dormir es imposible. Estamos agotados".

Y la convicencia, otra historia. A lo largo de los últimos años se han "okupado" algunas viviendas: "Tenemos miedo, no nos sentimos seguros en nuestras casas". Los vecinos avisan: no pararán hasta "que hagan lo necesario para que podamos vivir a gusto". Han recogido 1.500 firmas. Si siguen sin respaldo, además de acudir al Defensor del Pueblo, estudiarán una denuncia a la Administración local por "dejadez de funciones".

Si José Hierro levantara la cabeza...

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