El baúl de la historia

Les Feries de Lena, 200 años de tradición

La historia de un festejo con gran tradición, que la invasión de Napoleón cambió de rumbo

José Antonio Vega

José Antonio Vega

Recientemente se han celebrado las tradicionales fiestas y ferias de Nuestra Señora del Rosario, patrona de Lena. Son una celebración anual que tiene lugar en el mes de octubre. La cita tiene una historia "reciente", de poco más de doscientos años. Concretamente, la "feria" tiene 202 años y la "fiesta" unos 208 años. En comparación con otras celebraciones de la región, son consideradas jóvenes. Inicialmente, eran dos eventos diferentes: las fiestas y los mercados ganaderos.

En Lena, las festividades estivales comienzan después de Semana Santa, con la romería y la fiesta de campo conocida como "La Flor", que se celebra a los pies del pueblo de Piedracea . Culminan en otoño con "Las Ferias y Fiestas del Rosario". Esta denominación no es única en la actualidad, ya que se celebran eventos similares en varios lugares de España y Asturias, como Fuengirola (Málaga), Riosa, Bimenes, entre otros.

A lo largo de su historia, las fiestas de Lena se han visto interrumpidas en pocas ocasiones, debido a eventos especiales como la Revolución de 1934, la Guerra Civil y la pandemia. Entre estas dos grandes celebraciones, Lena se llena de pequeñas romerías y festividades en aldeas y caseríos.

Este año, en el fin de semana previo a las Fiestas Patronales de Pola de Lena, se llevó a cabo algunos eventos lúdicos, tradicionales y deportivos según el programa de fiestas elaborado por el Ayuntamiento. Sin embargo, debido a dificultades económicas, no se contó con las espectaculares orquestas de años anteriores ni algunos otros actos.

Originalmente, las festividades en la villa de Lena se celebraban en honor al santo francés San Martín de Tours. Sin embargo, tras la invasión del ejército de Napoleón y las acciones despreciables de esas tropas, los lenenses abandonaron la devoción por ese santo francés a principios del siglo XIX. En su lugar, acordaron celebrarlas en honor a Nuestra Señora del Rosario, que contaba con una gran devoción en la zona y en el valle de Cuna del concejo de Mieres.

Desde 1821, estas festividades religiosas se complementaron con una feria ganadera gracias a una facultad real que concedió a Lena dos ferias y un mercado semanal todos los sábados del año. Una de estas ferias se celebraba el domingo siguiente al día de la Ascensión del Señor y los dos días siguientes, mientras que la otra tenía lugar los días 10, 11 y 12 de octubre de cada año.

Aunque en esencia no hay una diferencia significativa entre mercados y ferias, el diccionario de la Real Academia Española define la "feria" como un mercado de mayor importancia que el ordinario, que se celebra en un lugar público en días señalados, generalmente una vez al año, aunque en lugares como Lena, se celebran ferias anuales que reciben el mismo nombre que las fiestas.

Estas concentraciones ganaderas inicialmente se llevaban a cabo en un descampado cercano a la estación de Renfe y contaban con agua corriente como abrevadero, siendo el Ayuntamiento responsable de proporcionar alimento gratuito al ganado durante los días de la feria. En ese lugar, a menudo reinaba el desorden y el bullicio, aunque pintoresco, causaba graves problemas, como la propagación de enfermedades entre el ganado y robos de todo tipo.

En los primeros años de esta feria, se presentaba una amplia variedad de ganado, destacando especialmente los mulos y caballos. En ese tiempo, el colectivo gitano, conocidos como "castellanos nuevos", tenía una presencia significativa en la feria y solían llevar una cantidad considerable de ganado asnal. Aunque los gitanos representaban solo un pequeño porcentaje de la población de la provincia y aún menos en Lena, en la actualidad su participación en las ferias ganaderas ha disminuido, limitándose principalmente a la venta ambulante y la venta de libros antiguos en lo que se conoce como el "viejo", lo que permite a los historiadores acceder a información no disponible en las bibliotecas públicas.

Por lo general, en el inicio de las ferias, los precios eran moderados, aunque los compradores intentaban regatear aún más. Junto con el mercado ganadero, se instalaban numerosos puestos y barracas, que solían ofrecer bebidas de mala calidad, tanto de manzana como de uva, según se informaba en la prensa de la época y en las opiniones de los catadores de sidra o vino.

Con el tiempo, se unificaron las "ferias" con "las fiestas del Rosario", evitando que Pola de Lena albergara dos eventos separados durante unos días. Para ello, se coordinaron las fechas y se comenzaron a diseñar programas atractivos, generalmente organizados por el comercio local y los vecinos de La Pola. Por esta razón, estas celebraciones son conocidas como "Les Feries" y comienzan el segundo viernes de octubre.

Como es típico en las festividades asturianas, la comida y la bebida siempre desempeñan un papel importante. En aquellos tiempos, la sidra era una de las bebidas más consumidas durante las fiestas. La tradición de comer callos durante las ferias ganaderas se estableció con el tiempo, y en la actualidad, es un plato que no puede faltar los viernes de estas fiestas, ya sea preparado en casa o en los restaurantes de la villa. Aunque no se ha determinado el año exacto en que los callos se vincularon definitivamente con las Ferias de Lena, es un plato que se consume en toda la península ibérica, aunque cada región tiene su propia forma de prepararlo. En Asturias, los callos suelen servirse acompañados o mezclados con patatas fritas.

Antes de la llegada del ferrocarril en 1874, la villa de Pola de Lena tenía poco tráfico, pero esta situación cambió drásticamente con la apertura de la línea ferroviaria. Esto hizo que Pola creciera rápidamente y se llenara de visitantes, especialmente durante las Ferias de Octubre. Durante estas fechas, la empresa ferroviaria aumentaba la frecuencia de los trenes, y todos llegaban abarrotados de forasteros, algunos para disfrutar de las festividades y otros para participar en la feria ganadera. Además de los visitantes, muchos trabajadores que construían la vía del ferrocarril de Pajares se ausentaban de sus tareas para unirse a las celebraciones del Rosario. Estos trabajadores traían dinero fresco y en abundancia, la mayoría de los cuales gastaban en bebida, malas compañías y juegos ilegales. Esto llevaba a disturbios y altercados durante esos días, lo que convirtió a Pola de Lena en un lugar caótico durante un tiempo, y algunas voces se plantearon la suspensión de las festividades.

Como es tradicional en las fiestas asturianas, una banda de música se encargaba de amenizar los días festivos. La comida y la bebida, especialmente la sidra, siempre estaban presentes en estas festividades. En la actualidad, el inicio de las fiestas se marca con un pregón pronunciado por una figura destacada de Lena o alguien con fuertes vínculos con la zona. Este acto tiene lugar en el Teatro Municipal Vital Aza y está presidido por la primera autoridad local y parte de los concejales. En el pasado, estos actos eran menos protocolarios y comenzaban con disparos de bombas, música y campanas repicando.

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