No es Taylor Swift, es la piscina de Mieres: colas de diez horas para apuntar a los niños a natación

Cualquiera que pasara en la madrugada del domingo al lunes cerca de la piscina de Vega de Arriba, contemplaría cómo un nutrido grupo de personas hacía cola a la puerta de la instalación. La causa de esa presencia familiar a deshora era para inscribir a sus pequeños en uno de los módulos de natación de cara al próximo curso y no quedarse sin plaza. Una estampa que viene siendo habitual cada año y que obliga a los padres y allegados de los niños a guardar colas de más de 10 horas para que sus pequeños puedan tener la ocasión de aprender a nadar.

Según ha podido saber este diario, los primeros en llegar a las puertas de la instalación municipal de Vega de Arriba lo hicieron cerca de las doce de la noche del domingo. Acompañados de sillas plegables o de camping, hicieron cola durante varias horas hasta que, pasadas las nueve de la mañana, la piscina abría sus puertas y podían inscribir a los pequeños en los cursos. "Es una situación que en pleno siglo XXI no acabamos de entender, cómo no implantan un sistema para que nadie se tenga que tirar diez horas a la intemperie para poder inscribir a unos niños en unos cursillos en la piscina", señalaban padres que pasaron la noche en vela.

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No es la primera vez que se da esta situación, ya que durante los últimos años es usual que la noche anterior a la apertura de inscripciones se formen aglomeraciones desde la madrugada. De hecho, muchos niños cuyos familiares fueron a apuntarlos esa misma mañana, ya no encontraron plaza. "De alguna manera lo tendrían que solucionar, es ridículo", apuntaban otros padres sensiblemente enfadados.

Campamento

Precisamente este lunes también se abría el plazo de inscripción para los campamentos urbanos de verano "Movámonos Xuntos". Otro programa que tiene una gran demanda, y para el que, sin embargo, sí se utilizan una herramienta digital, que permite inscribir a los niños por internet, respetando luego el orden de registro de las solicitudes.

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