800 euros, dos taxis y un bus: el periplo diario de un alumno casín para poder ir a clase al instituto

La familia de Germán Fonseca, de Nieves (Caso), pide cambios en la línea escolar, que pasa a 1,5 kilómetros para ahorrar uno de los 3 transbordos

Alejandra Martínez, junto a su hijo Germán Fonseca y la concejala Emilia Calvo, ante el ayuntamiento de Caso.

Alejandra Martínez, junto a su hijo Germán Fonseca y la concejala Emilia Calvo, ante el ayuntamiento de Caso.

Luisma Díaz

Luisma Díaz

Campo de Caso

Ochocientos euros al mes, unos seis mil euros por todo el curso. Este es el dinero que va a tener que desembolsar la familia de Germán Fonseca, un joven de 14 años del pueblo de Nieves, en Caso. Todo ello por la "falta de flexibilidad" de la administración regional, que de momento rechaza modificar una línea de transporte escolar "que pasa a kilómetro y medio" de donde vive el chaval.

Germán se levanta a las seis de la mañana para llegar a clase, a las ocho y media, al IES Alto Nalón de Barredos. Para lograrlo, tiene primero que tomar un taxi que de momento paga su familia hasta Campo de Caso. De ahí, otro taxi, ya con más alumnos, hasta Rioseco. Para ya coger el autobús hasta llegar al instituto lavianés. Su familia está tramitando la ayuda del Principado para sufragar el primer viaje en taxi, pero lo que de verdad desean –junto a todo el Ayuntamiento de Caso, que se muestra favorable a esta reclamación– es "un cambio en las líneas de transporte escolar". Uno de los taxis que lleva a los chavales casinos llega hasta Prieres, pueblo que está a poco más de un kilómetro de Nieves. "Con una serie de cambios en la ruta, o con un taxi más, no habría problemas. No estaríamos con esta situación", clama Alejandra Martínez, madre del joven, que estudia 3.º de la ESO. Hasta el año pasado, Germán, único joven que vive en Nieves –fue el primer chaval en nacer en el pueblo en 17 años– estudió en el colegio de Campo de Caso, donde se puede cursar hasta 2.º de la ESO dada su relativa lejanía de los institutos de Laviana, el de Pola y el de Barredos, a casi 30 kilómetros. Una relativa lejanía geográfica que hace mucho mayor "el sinsentido de la burocracia", subraya Emilia Calvo, concejala de Foro en Caso. "Es una situación rocambolesca, con un mínimo de voluntad no habría problema. Luego se dice que se quiere favorecer a los pueblos".

La familia del joven se dedica a la ganadería, la mayoría de los días ya desde primera hora está atendiendo al ganado: "Un día una vaca está de parto, otro día hay que llevar o comprar pienso". Subrayan que Germán sigue dentro de la enseñanza obligatoria, por lo que deberían facilitarles el transporte. La realidad es que "nos dicen que si no hay tres niños no se abre nueva ruta". Una "nueva ruta" que, en realidad, solo supondría "modificar tres kilómetros, la mitad en la ida y la mitad en la vuelta" la que ya existe. Así, el niño evitaría al menos tener que coger un primer taxi para llegar hasta el segundo que ahora tiene que tomar en Campo de Caso. Además de tener que ir adelantando el dinero del taxi, en la petición de la subvención la familia se está encontrando con las típicas trabas burocráticas. "Solicitamos la ayuda el día 3 de octubre, el día 12 tuvimos que añadir una ficha de acreedores y una declaración responsable de que no hay medios para llevarlo. El día 21 lo entregamos en el instituto, dejando de lado el trabajo. Pues el día 30 (este miércoles) recibimos otra carta, pidiendo de nuevo la misma ficha, el mismo papel". "El reto demográfico parece que es hacer desaparecer a la gente que trabaja en los pueblos", afirma Alejandra Martínez.

"Yo voy con ganas a clase, me gusta ir", afirma Germán, que en el futuro quiere estudiar "algo relacionado con la mecánica", especialidad que se ofrece en los grados de FP de su instituto, en Barredos. Lo cierto es que se levanta a las seis de la mañana, vuelve a casa sobre las cuatro de la tarde, con casi tres horas de transporte y transbordos cada día.

Desde el Ayuntamiento de Caso se apoya a la familia, y se han celebrado ya varias reuniones con Consorcio de Transportes y Consejería de Educación para tratar de arreglar el problema. La última, ayer mismo con el Consorcio. "Mucho nos tememos que no quieren cambiar la línea durante todo este curso", subrayaba el alcalde, Miguel Fernández (PSOE). El próximo curso será distinto porque se incorporarían nuevos chavales, por lo que sí podría haber cambios. La esperanza está ahora en un nuevo encuentro con Educación, "creo que deben recapacitar". "Si en cada pueblo de Caso hubiera tres chavales, como piden, tendríamos nuestro propio instituto. Estas políticas tienen que cambiar, hay que ser flexibles con los concejos de montaña", recalcó Fernández.

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