El cormorán ahueca el ala a tiros en Mieres

Los ornitólogos denuncian que en el río Caudal se realizan batidas de aves con armas de fuego cerca de carreteras y sendas peatonales, "con peligro para conductores y viandantes"

Clemente Álvarez, observando las aves que anidan en el río Caudal, en Mieres.

Clemente Álvarez, observando las aves que anidan en el río Caudal, en Mieres. / D. M.

Los ecologistas han dado parte ante la Guardia Civil y alertado al servicio de emergencias regional (112) tras detectar que un guarda autonómico ha estado abatiendo durante los últimos días cormoranes en río Caudal, a la altura de Mieres. Han sido miembros de la Coordinadora Ornitológica de Asturias quienes han tramitado la denuncia, trasladada también al Ayuntamiento de Mieres. Son dos las quejas del colectivo. Por un lado, alertan de que la actuación de control, con escopeta, se ha producido demasiado cerca de la autovía y de zonas de tránsito humano. Además, rechazan tajantemente la eliminación de estas aves, aunque reconocen que todo indica que la intervención en el río Caudal para matar cormoranes se ha realizado con la debida autorización.

Clemente Álvarez, integrante de la citada Coordinadora Ornitológica de Asturias, es personalmente quien ha hecho seguimiento de la reciente batida de cormoranes en el río Caudal. Atestigua haber visto a dos guardas disparar contra varias aves a la altura del puente que une, ya cerca de Ablaña, la senda fluvial con el polígono de Fábrica de Mieres. Tras advertir a los agente de las irregularidades que presuntamente estaban cometiendo, procedió a informar a la Guardia Civil y al Ayuntamiento de Mieres. "Los disparos se realizaron a 20 metros de una carretera con tráfico, a 50 de la autovía y a 80 de los accesos al polígono", apunta Álvarez. "Se trata además de una zona de transido peatonal, por lo que el riesgo de que un simple fallo humano pueda acabar en un fatal accidente es muy alto".

A la izquierda, cormoranes en el cauce mierense. A la derecha, un grupo de aves en un árbol.

Cormoranes en el cauce mierense. / LNE

La primera preocupación de los ecologistas es, en este caso, la seguridad de las personas, pero tras la denuncia late también un total rechazo a las batidas controladas contra los cormoranes enmarcadas en la autorización de la Consejería de Medio Rural y Política Agraria para la eliminación de más de 200 ejemplares. Una amplia plataforma integrada por más de una veintena de organizaciones ambientales, entre ellas el citado colectivo ornitológico, defienden que "no es posible seguir autorizando la muerte de una especie que, según los últimos censos, presenta una clara tendencia negativa, con 126 ejemplares menos que en 2023, marcando uno de los censos poblacionales más bajos desde que se comenzaron a registrar sus efectivos en 2008".

Los ecologistas sostienen que el Principado no está teniendo en cuenta datos científicos. Por ello denuncian que el procedimiento de las autorizaciones para intervenciones de control "se hace con una absoluta falta de transparencia y participación pública, mediante resoluciones internas que no salen a información pública ni se publican en el Boletín Oficial del Principado de Asturias".

Los conservacionistas contrarios al control de los cormoranes aseguran que la administración, "según sus propios datos", ha sacrificado más de 3.500 ejemplares desde 2005, año en que empezó el control letal de cormorán grande. "A este número habría que sumar los ejemplares que no se contabilizaron por no haber sido recogidos, bien por haber escapado heridos o por la imposibilidad de acceder a los cadáveres, por lo que el número total de aves abatidas debe ser aún mayor".

El cormorán ahueca el ala a tiros

Un grupo de aves en un árbol. / LNE

La polémica

La postura de los ecologistas confronta con la de los pescadores. Las asociaciones deportivas defiende que el cormorán está esquilmando los ríos y castigando severamente, por ejemplo, el coto sin muerte del río Caudal. En el caso de Mieres apuntan que la población se ha descontrolado en los últimos años, con poblaciones de decenas de ejemplares de estas aves a lo largo del cauce canalizado entre Ujo y Ablaña. Los pescadores también alegan que los cormoranes son aves "invasoras" de territorios cada vez más alejados de la costa. Por eso piden el control de la especie en la comarca del Caudal.

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