Carmina Fernández, la maestra guisandera precursora del catering

La Biblioteca Centra del Asturias reedita unos de los libros de la cocinera mierense, que llegó a crear más de dos mil recetas y dio clase a 10.000 personas

A la izquierda, Carmina Fernández Miranda. A la derecha, Aurita Rivera y Marcos Cienfuegos, con la versión original y la reeditada del libro de Carmina Fernández.

A la izquierda, Carmina Fernández Miranda. A la derecha, Aurita Rivera y Marcos Cienfuegos, con la versión original y la reeditada del libro de Carmina Fernández. / LNE

En Mieres la referencia a cocineros locales de renombre remite de inmediato a José Andrés y a María Luisa (García). Los más avezados pueden citar a Magdalena y Víctor Alperi, incluso a la madre de ambos, Sofía. En Cenera muchos recuerdan a Queta Rodríguez y en Turón despuntó, entre otras, Emilia Fernández. Hay que revolver bien el fondo de la olla para encontrar el ingrediente clave de la receta, el condimento que termina por dar sentido al plato: Carmina Fernández Rivera.

“Se la puede considerar la maestra de las maestras”, apunta el cocinero e investigador gastronómico Marcos Cienfuegos. El chef ligado a Bocamina habla desde la autoridad que da llevar años indagando en la historia culinaria de Mieres. “Se trata muy posiblemente la zona de España que cuenta con una mayor concentración de publicaciones gastronómicas desde mediados del pasado siglo, con hasta siete autores y autoras de renombre”, destaca Cienfuegos. Carmina Fernández  fue la pionera. En 1950 público el libro de cocina “La Moderna economía”, en el que recopila más de 1.200 rectas. “Fue una de las primeras publicaciones gastronómicas en Asturias tras la guerra civil. Se vendieron más de 60.000 ejemplares en sucesivas ediciones llegando a ser declarado Bien de Interés Nacional por el Ministerio de Industria y Comercio. Fue un gran éxito”, apunta el cocinero mierense.

Carmina Fernández falleció en 1997 pero ahora vuelve a estar de actualidad al hilo de la que fue su segunda y última publicación. En 1971 escribió “La cocina asturiana”, que acaba de reeditar la Biblioteca Central de Asturias. Se trata de un libro de recetas que diseñó para ayudar al Colegio Santo Ángel de Oviedo. Su hija, Aurita Rivera, recuerda la motivación de su madre por este trabajo. “Fue siempre una mujer muy generosa y altruista y en este colegio había muchas huérfanas de mineros, por lo que les cedió todas las ganancias del libro”.

Carmina Fernández nació en Argame en el seno de una familia numerosa de diez hermanos. Su vocación culinaria le llegó muy joven. “Cuando tenía 14 años la familia estaba invitada a una boda, pero unos días antes los novios se percataron que no había organización alguna y que todo iba a ser un desastre”, recuerda Aurita. “Le ofrecieron a mi madre ponerse al frente de la cocina y sacó la boda adelante”. Desde ese momento su fama no dejó de crecer, extendiéndose por toda Asturias.

Marcos Cienfuegos destaca la labor docente de Fernández Miranda: “Fue una de las grandes maestras guisanderas. Contó con alumnas aventajadas como Queta Rodríguez o Magdalena Alperi”, señala el chef. Durante décadas fue reclamada para dar talleres de cocina, desde Llanes a Ribadeo. Fueron miles los cursos que dirigió: “Entonces las comunicaciones no eran como ahora y era frecuente que estuviera siete u ocho días fuera de casa, ya que se quedaba en los diferentes lugares en los daba los cursos”, destaca su hija Aurita.

Carmina Fernández vivió casi toda su vida en Mieres. Nunca estuvo al frente de una cocina profesional. “Se puede decir que fue una de las precursoras de lo que ahora conocemos como catering”, apunta Marcos Cienfuegos. “La llamaban particulares y la contrataban. Unas veces cocinaba en casa de los clientes y otras llevaba el menú ya preparado, según la demanda”, subraya su hija, que también se ha dedicado a dar clases de cocina.

Cocinera autodidacta

Fernández Miranda fue una guisandera adelantada a su tiempo. “En su momento fue muy popular y su ejemplo sirvió para que muchas mujeres dieran importancia al trabajo silencioso que hacían en las cocinas”, sostiene Cienfuegos. Cuando la Biblioteca Central de Asturias le informó de que pretendía reeditar un libro antiguo de cocina asturiana no lo dudó, pensó en Carmina de inmediato: “Fue una auténtica autodidacta, de las que dominó la cocina con el viejo método de prueba y error”.

La propia Carmina Fernández calculaba que había dado clase a más de 10.000 personas. Con frecuencia fue solicitada desde fuera de Asturias, pero tenía muy claras las raíces de su cocina. “Somos una tierra industrial donde gustan las comidas fuertes, pero también la variedad. En los pueblos también se come en abundancia, ya que se trabaja mucho, por lo que se necesita coger fuerza”, explicaba en 1974 la cocinera en las páginas de LA NUEVA ESPAÑA.

Carmina Fernández cuenta con más de 2.000 recetas propias. “Su cocina tiene total vigencia”, remarca Cienfuegos. De ello ha quedado un suculento testimonio escrito.

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