Hunosa enfrenta su futuro sin carbón con frentes judiciales abiertos en Mieres y Langreo

La Plataforma contra los vertidos tóxicos en Langreo interpuso hace unas semanas dos denuncias ante la consejería de Salud del Principado y ante el Seprona (el servicio de protección de la naturaleza de la Guardia Civil) contra la empresa Hunosa "por infracciones en distintos ámbitos del ordenamiento jurídico que afectan a la calidad ambiental". Se unen así al contencioso interpuesto por el Ayuntamiento de Langreo contra el uso de la escombrera de Cuturrasu para acoger las cenizas de la térmica. La compañía pública tendrá que acompasar lo que parece su última fase de descarbonización con la defensa de sus intereses en los tribunales. Y es que en Mieres también afronta un contencioso, en este caso por la transformación de la térmica de La Pereda en una planta que queme biomasa conjuntamente con combustible sólido recuperado (CSR, elaborado a partir de la basura). 

Pocas veces Hunosa ha sido tan pedagógica a la hora de explicar el contenido de sus proyectos, pero parece que no es suficiente. En lo referente a la térmica de La Pereda, la empresa se ha reunido con ecologistas, vecinos, asociaciones y gobierno local para trasladar a todas las partes interesadas en escuchar que la polémica quema de CSR no generará problemas de salud, como denuncian sectores de la sociedad civil asturiana. El proyecto ha convencido a sindicatos y Gobierno del Principado, pero ha encontrado un rechazo frontal en los pueblos del norte de Mieres.

La plataforma que ha asumido en Mieres la oposición al proyecto presentó ayer en la Administración del Principado un escrito avalado por casi 10.000 firmas para solicitar la paralización del proceso de transformación de la central de carbón de Hunosa. Antes del verano, el Tribunal Superior de Justicia de Asturias (TSJA) había admitido a trámite el recurso contencioso-administrativo presentado por el "Conceyu contra la Incineración de Asturies”. El colectivo ya tiene prácticamente cubiertos los costes, valorados en 10.000 euros, que calculan se generarán a lo largo del contencioso.

La plataforma que ha asumido en Mieres la oposición ciudadana a la quema de combustible sólido recuperado –elaborado a partir de residuos de la basura– en la central térmica de La Pereda explica que está a la espera de que el Juzgado le traslade todos los expedientes para proseguir con el contencioso-administrativo ante los tribunales. Actúan contra la autorización ambiental concedida por la Consejería de Transición Ecológica del Principado para que Hunosa proceda a la transformación de la planta, que hasta hace unos días se abastecía de estériles de mina y carbón. Ahora está parada a la espera de abordar su metamorfosis. El movimiento vecinal, una vez tomada su decisión, va a contratar la asistencia jurídica y recabar informes. Para ello, iniciaron a finales de abril una campaña de captación de fondos.

El ataque judicial a Hunosa saltó más recientemente de la comarca del caudal a la del Nalón a través del puerto de Santo Emiliano. Los vecinos denuncian en Langreo el uso que Hunosa hace de la escombrera de El Reguerón, en Lada, para depositar residuos de la térmica de Mieres. Desde la empresa se ha insistido en numerosas ocasiones en que no se trata de residuos sino de cenizas y que antes de que terminase el presente año el transporte de esas cenizas de Mieres a Langreo "se va a reducir drásticamente, puesto que el actual está vinculado al final de operaciones de la central de La Pereda". El transporte de cenizas a Langreo cesará y no se retomaría hasta 2026, año en el que La Pereda, una vez terminadas las obras de transformación a la biomasa, volverá a estar operativa. Esa es la planificación de Hunosa, que destaca que "la nueva central generará tan solo una décima parte de las cenizas que produce la actual térmica".

Los vecinos no aceptan las explicaciones de Hunosa y por eso han interpuesto las denuncias, porque entienden que "el deficiente transporte de cenizas desde La Pereda en Mieres afecta a los pueblos y a la salud de los vecinos". Además, se ponen en cuestión "las condiciones físicas y técnicas de la escombrera, el mantenimiento, los sistemas de riego, las aguas residuales y las condiciones de seguridad y habitabilidad de los pueblos próximos a la escombrera". La Plataforma solicita también el estudio y análisis de los materiales vertidos, así como un control de la calidad del aire en el entorno de la escombrera y el municipio en general y pide que se realicen pruebas de ruidos en diferentes franjas horarias ya que según aseguran, el tránsito de camiones es incesante durante las 24 horas del día. El Ayuntamiento de Langreo ya ha interpuesto una reclamación judicial por este mismo motivo.

Suscríbete para seguir leyendo