El Plan de Hunosa, entre la creación de empleo y las prejubilaciones

La salida a la plantilla de las contratas, el plan social, y los proyectos que generen puestos de trabajo son los puntos que generan más fricción entre sindicatos y empresa en la negociación retomada esta semana en Madrid

Instalaciones del pozo Nicolasa. | LNE

Instalaciones del pozo Nicolasa. | LNE

Andrés Velasco

Andrés Velasco

La reunión que este martes mantenían en Madrid los sindicatos mineros (SOMA-FITAG-UGT y CC OO de Industria) con Hunosa y su accionista mayoritario, la SEPI (Sociedad Estatal de Participaciones Industriales) ha servido para acercar posturas y calmar unas aguas que bajaban muy revueltas tras los últimos desencuentros entre la dirección de la compañía pública y los representantes de los trabajadores. El encuentro celebrado en el Campus de Los Peñascales, unas instalaciones que la SEPI tiene en el municipio de Torrelodones, se desarrolló durante más de cuatro horas bajo un clima cordial. Desde Hunosa y su accionista se puso sobre la mesa la idea que tienen para el futuro de la empresa, aunque más allá de eso, la clave de este encuentro fue la de volver a encauzar las negociaciones. No se puede decir que las conversaciones estuvieran rotas hasta esta semana, pero la tensión entre las centrales sindicales y el equipo de Enrique Fernández era tan latentes que provocaron un encierro y varias oleadas de reuniones de los sindicatos a nivel político para recabar apoyos para su causa.

Ahora se abre un nuevo escenario, ya que la SEPI, con su vicepresidente Bartolomé Lora como interlocutor, ha decidido tomar el timón de las negociaciones con los representantes de los trabajadores. Una cuestión que desde el SOMA y CC OO de Hunosa consideraban vital, al entender que el diálogo con Enrique Fernández era estéril, al depender al cien por ciento del accionista mayoritario para tomar cualquier decisión. Ahora, con todos los actores ya sentados a la mesa, el escenario se antoja más favorable para el acuerdo. Aun así, sigue habiendo varios puntos de fricción entre las partes, especialmente los que conciernen al plan social (prejubilaciones o salidas no traumáticas), la contratación de los excedentes de las empresas auxiliares de Hunosa (las subcontratas) y la generación de nuevos empleos a través de los proyectos de diversificación de actividad relacionados con las nuevas energías.

Y es que precisamente este último punto era uno de los principales problemas: la visión de futuro de Hunosa que tienen los sindicatos y la que tenía, parece que hasta ahora, la SEPI. Los representantes de los trabajadores siempre han puesto sobre la mesa la idea de que Hunosa se transformara en una empresa energética, con proyectos sólidos como la térmica de biomasa la Pereda o el más reciente, la central hidráulica planteada para Nicolasa. Pero, según señalan fuentes cercanas a la negociación, hasta hace poco, la SEPI rechazaba esta posibilidad, enfocando a la hullera asturiana hacia un futuro ligado también a las energías, pero como empresa de servicios. Tras la reunión del martes, todo apunta a que este hecho ya se ha solventado o, al menos, se han acercado bastante hacia la postura sindical.

Donde queda mucho por hablar y negociar es respecto al plan social y las prejubilaciones. Los sindicatos mineros entienden que hay trabajadores que llevan casi dos décadas en la mina (a sumar las labores de cierre y mantenimiento de pozos que quedan por hacer), y que una recolocación en otros puestos que pudiera ofrecer la empresa supondrían una pérdida de categoría o una salida traumática. Por ello, entienden que los mineros que cumplan determinados requisitos deberían poder salir de la empresa a través de un plan social de prejubilaciones.

De la mano de esta medida iría también la solución para los trabajadores de las subcontratas de Hunosa, para los que desde las centrales sindicales se pide que se incorporen a la plantilla de Hunosa. De esta forma, la compañía pública tendría personal para esos nuevos nichos de empleo que se abren con la transformación del modelo de negocio hacia una empresa energética. "No vamos a dejar a nadie atrás", es el mantra que se repite desde las organizaciones sindicales a la hora de defender la integración de los trabajadores de las contratas en Hunosa.

Y siguiendo con el empleo, desde las centrales sindicales plantean en la mesa de negociación que Hunosa desarrolle ese papel que se le atribuyó ya desde su fundación, el de agente dinamizador de las comarcas mineras y motor en la creación de puestos de trabajo y atracción de nuevas empresas. Así, durante las reuniones de las próximas semanas se tratará la puesta en marcha de proyectos por parte de Hunosa que permitan la generación de nuevo empleo en los concejos mineros, para frenar la sangría que viene dejando el cierre de pozos desde hace lustros.

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