Poncia encumbra a Lolita

Fue un asturiano, el luanquín Nacho Artime, quien un 16 de septiembre de 2005 hacía debutar a Lolita Flores como actriz de teatro. Fue en el Teatro Alcázar de Madrid y poco antes de salir al escenario la actriz confesaba a LA NUEVA ESPAÑA que no tenía claro si volvería a hacer teatro. Por suerte para los amantes de la interpretación, la hija de la eterna Lola Flores, decidió seguir subiéndose a las tablas y 20 años después lo hizo la noche de este viernes en el Nuevo Teatro de La Felguera para cerrar la 51.ª edición de las Jornadas de Teatro de Langreo. No pudo haber una mejor telón final que ver a Lolita en el papel de Poncia. Una inmensa Lolita en un tremendo y desgarrador monólogo de 70 minutos de duración en el que se recogen todas las intervenciones de la criada de «La casa de Bernarda Alba», de Federico García Lorca

Laura Díaz, que ya había visto a la intérprete en el teatro romano de Mérida con la obra «Fedra», volvió a asistir a un nuevo espectáculo de la actriz, en este caso en Langreo. «Es una mujer que cuando se sube al escenario se transforma, te hace olvidar todo lo que hay fuera, y solo existe lo que hay sobre las tablas. Actúa con una luz propia y tenía ganas de poder verla de nuevo. No pude ir a ver ‘Poncia’ a Oviedo hace unos meses, y cuando supe que iba a estar en La Felguera compré las entradas», unas entradas que llevan semanas agotadas.

En estos 20 años de carrera, Lolita se ha convertido en una de las grandes intérpretes de teatro clásico. Ayer lo demostró de nuevo en el escenario de La Felguera donde parecían estar toda la fuerza no ya de las mujeres de «La casa de Bernarda Alba», obra en la que está inspirado el texto, sino de toda la familia Flores, desde la Faraona hasta su hijo Antonio. n

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