El futuro y el pasado industrial de la comarca del Nalón

Bayer, el principio activo de Langreo

En 1942, Duro Felguera y Explosivos Riotinto crearon Productos Químicos, S. A. (Proquisa), para fabricar en Langreo ácido acetilsalicílico con los excedentes de sus procesos industriales. Compraron la patente a Bayer, que años más tarde se hizo con la empresa asturiana y sus instalaciones en Lada, que ahora quiere ampliar

La planta de Bayer, en Lada, en los años setenta del siglo XX. | LNE

La planta de Bayer, en Lada, en los años setenta del siglo XX. | LNE

David Orihuela

David Orihuela

El en archivo histórico de Hunosa, en el Pozo Fondón, en Sama, "El árbol de la hulla", un enorme mosaico explica todos los usos del mineral y sus derivados. En ese árbol está la clave del porqué Bayer decidió asentarse en Langreo, a apenas dos kilómetros del Fondón, en la margen izquierda del río Nalón, en Lada.

Bayer, con la torre de la térmica en desmantelamiento a la derecha. | LUISMA MURIAS

Bayer, con la torre de la térmica en desmantelamiento a la derecha. | LUISMA MURIAS

Duro Felguera y Explosivos Riotinto, dos de las grandes empresas del valle, apostaron en 1942 por la economía circular. El término, ni siquiera el concepto, existía, pero pensaron que se podría hacer algo con los excedentes químicos de sus procesos industriales. Entre esos productos sobrantes estaba todo lo necesario para fabricar el ácido acetilsalicílico, que Bayer había inventado en 1897 y que es el principio activo de la popular Aspirina . La patente de Bayer había caducado y Duro Felguera y Explosivos Riotinto la compraron y fundaron la empresa Proquisa (Productos Químicos S. A.) en unos terrenos en Lada.

Empezaron a fabricar ácido acetilsalicílico pero no lo podían llamar Aspirina porque era un nombre registrado por Bayer. Proquisa y Bayer no tenían nada que ver hasta que poco después del fin de la segunda guerra mundial, en 1949, muchos países, entre ellos España, incautaron los bienes de la empresa alemana. Esos bienes salieron a subasta pública y Proquisa los compró. Aquella empresa langreana que reutilizaba excedentes de la siderurgia y la mina para fabricar ácido acetilsalicílico a orillas del Nalón era pequeña, pero tenía un gran músculo financiero, toda la fuerza de Duro Felguera y Explosivos Riotinto. Desde ese momento podían utilizar la marca Aspirina y sellar con la emblemática cruz de Bayer lo que fabricaban en Langreo. Veinte años después, en 1969, con Bayer ya reconstruida, la empresa alemana compró el 51 por ciento de las acciones de la planta de Lada. En 1981, ya adquirió el 100 por cien de las acciones. En un momento dado, con la llegada del mercado único europeo (1993), la empresa decide concentrar en Langreo la producción del principio activo de la Aspirina y desde 2012 se fabrica en Asturias todo el ácido acetilsalicílico que Bayer necesita para sus productos.

Jorge Álvarez, director de la planta, repite orgulloso, siempre que tiene ocasión, que "cada día, 20 millones de personas consumen un producto fabricado en Langreo". "Hemos puesto a Langreo en la cabeza y el corazón de todo el mundo", es otra de sus afirmaciones más celebradas. Y es así. En Langreo se fabrica el principio activo de la Aspirina pero también del Adiro, un antiagregante plaquetario. Además de todo el nifedipino que Bayer comercializa en el mundo bajo el nombre de Adalat, de indicación cardiovascular.

Cuando alguien en cualquier lugar del mundo toma una Aspirina, un Adiro o un Adalat, y son millones de personas al día, están consumiendo un medicamento cuyo fundamento que ha salido de esa pequeña planta de Langreo que Proquisa fundó en 1942. Siete años después, en 1949, se comenzó a levantar, junto a las naves de la empresa química, la chimenea de la térmica que, en su última ampliación, alcanzó una altura de 175 metros, en 1981, y ahora se encuentra en pleno desmontaje.

Este jueves, mientras se escuchaba el estruendo de los trozos de hormigón armado de la chimenea cayendo al suelo por su interior, el responsable de Bayer para España y Portugal, Jordi Sánchez, anunciaba la compra de 25.000 metros cuadrados de esos terrenos de Iberdrola para ampliar la planta de Bayer, otra fecha para el libro de la historia de Bayer en Langreo que Jorge Álvarez quiere escribir.

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