Entrevista | Roberto García-Álvarez Escritor y docente, autor de la biografía "P. T. Barnum. El gran showman"
"Barnum era un megalómano, como Donald Trump"
"La historia de Nueva York es la historia de Barnum, es un personaje que aparece mucho en la literatura y la cultura de mediados del siglo XIX y principios del XX"

Roberto García-Álvarez. | GUILLERMO SANTOS
Roberto García-Álvarez es ovetense afincado en Pola de Lena. Es licenciado en Derecho y Psicología. Se dedica profesionalmente a la docencia, pero lo que realmente le entusiasma es la literatura y el mundo audiovisual. Ha publicado varios libros, entre ellos “Edgar Allan Poe, el Delirante de Baltimore”, “El desencanto, elogio y refutación de la masonería”, “Nazismo Oculto” y dos volúmenes dedicados a la vida y obra de H. P. Lovecraft, “Enciclopedia Completa de H.P. Lovecraft” y “H.P. Lovecraft el caminante de Providente”. Su última obra sigue en lo fantástico pero haciendo una pirueta circense. García-Álvarez se adentra en la fascinante vida de “P.T. Barnum, el gran showman” (Ediciones Legendaria). El libro ha salido a la venta esta semana.
¿Cómo deja Lovecraft y llega a Barnum?
No recuerdo un momento exacto de descubrir a Barnum. Es un personaje que aparece mucho en la literatura y la cultura de mediados del siglo XIX y principios del XX. Está por todas partes. Es una persona muy prominente en Nueva York, la historia de la ciudad es la historia de Barnum. Tenía un museo junto al periódico en el que trabajaba Poe, incluso le financió una de sus novelas.
¿Cómo era Barnum?
Un ladrón, un pícaro, un estafador. O todo lo contrario. Se le atribuye la frase de que "cada minuto nace un idiota". Descubrió que al público le encanta que le engañen pero no que le digan que le están engañando.
¿Fue complicada la investigación para escribir su biografía?
Sí. En español no había nada. Sí encontré mucha bibliografía en Estados Unidos, Barnum era un tipo muy megalómano, escribió más de 20 autobiografías y hacía ediciones libres para que la gente pudiese reeditarlas. En Estados Unidos hay mucha documentación sobre él pero al final es complicado porque estás escribiendo la biografía de un mentiroso y es probable que mucho de lo que has leído sea mentira.
¿Y está seguro de que lo que usted ha escrito es verdad?
Sería maravilloso que todo fuese mentira, a él le encantaría y como diría el propio Barnum, "es lo que tiene que ser".
Dice que era un tipo megalómano, como Donald Trump.
El propio Trump lo dijo cuando ganó por primera vez las elecciones, "Yo soy como Barnum".
¿Y lo es?
Son iguales en lo excesivo y en el sentido de que de cualquier nimiedad montan un escándalo y un espectáculo pero son muy distintos. Según me iba adentrando en su figura, descubrí que tenemos una imagen errónea de Barnum, no era un estafador, creaba fantasía.
¿Sin estafar?
El reconocía que era un estafador pero que no estafaba más de 50 centavos. Descubrió los trucos para manipular a la gente, crear expectativa. Fui un pionero del marketing, del uso de la prensa y de los escándalos. Cuando montó un espectáculo con la sirena de Fidgi hizo unos carteles de una sirena rubia guapísima. Cuando la gente llegaba a verla se encontraba con una cosa horrenda. Creaba espectáculos virales cuando aún no existía tal cosa.
Utilizaba a los "freaks", lo que en España se llamaban "engendros".
Un término horrendo, sí. Utilizaba a estas personas, a la mujer barbuda, el niño enano… Insisto mucho en el libro. Los utilizó en el Museo Barnum de Nueva York y en el circo pero les daba un trato totalmente humano, los trataba como iguales, algo que no era habitual en la época. Estas personas preferían estar con Barnum que en manos de los médicos porque sabían que él no les iba a maltratar ni pegar porque le hacían ganar dinero. Es cierto que la explotación de esas personas es reprobable pero me llamó la atención que a esos niños que sacaba en el circo les ponía preceptores y maestros. En el museo y en el circo también tenía animales y él fue uno de los fundadores de las primeras asociaciones contra la crueldad animal. Una de las vías de humanización de esas personas era caer en manos de estos empresarios de circo, especialmente de Barnum.

La portada de la biografía de P. T. Barnum / LNE
Estuvo en los toros en Pamplona.
Sí, y le pareció una aberración. Dijo que estética y musicalmente era una maravilla pero que era una crueldad.
Barnum no tiene nada que ver con Poe o Lovecraft, protagonistas de sus otras investigaciones.
En principio parece que Barnum, Poe y Lovecraft no tienen nada que ver pero al final son personas que no son como los pintan. Barnum no es un ladrón, y Lovecraft no es un personaje tan triste como te imaginas. Cierto que Poe sí que es un poco como lo imaginas o incluso peor, un tipo que si te lo encuentras tirado en la calle no le ayudas a levantarse porque sabes que te la va a liar. La verdad es que tenía ganas de escribir algo sobre un personaje más alegre.
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