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Fernando Rodríguez
Ver galería >Cuando Grison, el popular colaborador de La Revuelta, salió al escenario de Mieres, eran las doce y media de la mañana. Tardó poco para que su música y su humor convirtiera en un "after" del Teodoro Cuesta. Lo dio todo sobre las tablas para que el público, que llenaba el auditorio, se olvidara de que era un domingo normal
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Cuando Grison, el popular colaborador de La Revuelta, salió al escenario de Mieres, eran las doce y media de la mañana. Tardó poco para que su música y su humor convirtiera en un "after" del Teodoro Cuesta. Lo dio todo sobre las tablas para que el público, que llenaba el auditorio, se olvidara de que era un domingo normal
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Cuando Grison, el popular colaborador de La Revuelta, salió al escenario de Mieres, eran las doce y media de la mañana. Tardó poco para que su música y su humor convirtiera en un "after" del Teodoro Cuesta. Lo dio todo sobre las tablas para que el público, que llenaba el auditorio, se olvidara de que era un domingo normal
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Cuando Grison, el popular colaborador de La Revuelta, salió al escenario de Mieres, eran las doce y media de la mañana. Tardó poco para que su música y su humor convirtiera en un "after" del Teodoro Cuesta. Lo dio todo sobre las tablas para que el público, que llenaba el auditorio, se olvidara de que era un domingo normal
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Cuando Grison, el popular colaborador de La Revuelta, salió al escenario de Mieres, eran las doce y media de la mañana. Tardó poco para que su música y su humor convirtiera en un "after" del Teodoro Cuesta. Lo dio todo sobre las tablas para que el público, que llenaba el auditorio, se olvidara de que era un domingo normal
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