Los sanitarios, claves en la explosión de Mieres: así fue su actuación durante la tragedia

"No hay tiempo para pensar en lo que tienes alrededor, estamos entrenados para abstraernos y salvar vidas", señala la responsable de SAMU

Sanitarios atienden a las primeras víctimas en la calle Ramón y Cajal tras la explosión.

Sanitarios atienden a las primeras víctimas en la calle Ramón y Cajal tras la explosión. / LNE

Andrés Velasco

Andrés Velasco

Mieres del Camino

Ha pasado ya casi una semana desde que el corazón de Mieres se parase por unos instantes. La explosión de gas que se llevó por delante tres casas en el barrio de La Villa e hirió a 18 personas sigue estando en el día a día de los vecinos. Y las conversaciones versan en muchas ocasiones sobre el "milagro" de que no haya víctimas mortales. Además de bomberos, vecinos, y las policías Nacional y Local, buena parte de la "culpa" de que el suceso se haya saldado sin fallecidos la tienen los sanitarios. Una respuesta rápida y eficaz permitió dar la atención necesaria a los heridos. Y es que estos profesionales del Servicio de Atención Médica Urgente (SAMU) están preparados para abstraerse del ruido y el caos en este tipo de catástrofes y trabajar solo con una meta: salvar vidas.

Raquel Rodríguez Merlo es la jefa del SAMU Asturias, cuya base se encuentra en La Morgal, el lugar desde donde partió todo el operativo de Mieres. Merlo narra para LA NUEVA ESPAÑA esos minutos que para el común de los mortales suponen un caos absoluto, peo que para ellos supuso un ejercicio de concentración y de respuesta rápida para que todo saliese perfecto.

"A nosotros en La Morgal nos entra la primera llamada, que vienen del SEPA, a las 16.04 horas del lunes. Nos alertan de que hay una explosión con varios heridos y algunos aparentemente graves, y nos comunican que hay en torno a 15 o 20 pacientes graves, aunque desconocíamos a que nivel", eplica Merlo. El primer paso, en menos de un minuto, fue activar al equipo de Atención Primaria, cuya base está a escasas decenas de metros de la "zona cero", en el ambulatorio de Mieres Sur, así como también a la UVI Móvil que está en la misma ubicación. Fueron los primeros en llegar, y se encontraron con el desastre. "A la vez también activamos a las UVIs móviles de Langreo y de Oviedo, otras dos de soporte básico vital, y se alerta a la empresa de ambulancias de que van a tener que trasladar otros recursos a la zona".

Mientras tanto, en la plaza frente al edificio que había explotado se establece un mando sanitario en la base, y otro en el lugar del accidente, que en este caso fue la propia Raquel Merlo, que llegó desde La Morgal en poco menos de 20 minutos. "El mando sanitario en la zona del accidente es esencial, porque es quien coordina con los bomberos las actuaciones posteriores", apunta Merlo.

Con la llamada de alerta, también se avisa de urgencia a los hospitales cercanos, en este caso al Álvarez-Buylla de Mieres, al Valle del Nalón de Langreo y al HUCA. "No tenemos más datos que los de la llamada en ese momento, y no les podemos decir la gravedad de los heridos, pero tienen que estar bien preparados para lo que venga", explica Merlo. Algo que atestigua el director de Urgencias del hospital mierense, Ignacio González, que aunque no estaba en ese momento en el centro, fue informado de todo el dispositivo. "Lo que se hizo fue despejar el área de Urgencias, trasladando a los pacientes al box de observación para atender a lo que nos llegasen de la explosión", señalaba el facultativo.

Actuación

Hasta ese momento, todo había sido organización. Pero a partir de ahí llegaba el trabajo de campo. Los primeros en llegar fueron los médicos del centro de salud de Mieres, tanto los de Primaria como los de la UVI. Estos últimos se quedaron como primer mando sanitario, realizando el triaje (el término técnico que se usa para definir la calificación de la gravedad de los heridos), mientras que los primeros comenzaron ya a atender pacientes. "De ese primer triaje, tres pacientes son graves, y son ubicados en las UVIs móviles de OViedo y Langreo para tratarlos", apunta Raquel Merlo, que señala que posteriormente, tras las primeras atenciones urgentes, comenzaron los traslados.

"Lo que hicimos fue una rueda de evacuación con varios pacientes de diversa gravedad. A algunos se les dio el alta in situ, pero entre los que tuvieron que ser trasladados en ambulancias al hospital y los que fueron por sus propios medios, al final se llevó a diez personas a Mieres, dos al Valle del Nalón y los tres más graves fueron directamente al HUCA", explica Raquel Merlo. Hubo especial cuidado en el traslado de la herida más grave, que ahora lucha por recuperarse de sus heridas en Madrid. "Esta personas tenía unas quemaduras graves en la región facional, el tórax y los brazos, y fue trasladada a la Unidad de Quemados del hospital de La Paz, en Madrid, el martes por la mañana", explica la experta en urgencias, que apunta que este traslado a la capital "se hizo buscando las mejores condiciones sanitarias para la paciente".

Vivencia

Todo se resolvió de forma satisfactoria y sin víctimas mortales. "Un milagro" según os vecinos dada la magnitud de la explosión. "A nivel humano, el personal que trabajamos en emergencias estamos entrenados en este tipo de incidentes", apunta Raquel Merlo, que explica que "lo primero que haces tú es valorar hasta dónde es el alcance de la gravedad de los heridos". Reconoce que una situación de caos como la de Mieres impresiona. "Cuando llegué ahí, impresiona la situación, pero tienes que estar al margen de eso", afirma.

Hay pasos que seguir en el lugar, y no dan margen de primeras a la empatía. "Primero tienes que velar por tu seguridad, y luego ver qué necesidades sanitarias tienen los pacientes que tienes delante", apunta la jefa del SAMU. "Necesitas abstraerte de esa implicación personal, y aunque es verdad que siempre te vas a implicar porque somos humanos, esa es la realidad", dice, para indicar que solo hay un objetivo: "Priorizar las necesidades de los pacientes".

Una veintena de profesionales sanitarios fueron los que trabajaron con los heridos sobre los cascotes que dejaba la explosión de gas en la Villa. Técnicas y técnicos en Emergencias, enfermeras y enfermeros, médicas y médicos. Dentro del caos, pusieron la calma. Una calma que salvó vidas.

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